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Secuencia Didáctica Campo Y Ciudad


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2013  •  962 Palabras (4 Páginas)  •  4.293 Visitas

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Ciencias Sociales (Segunda Semana)

CLASE N° 3

Practicante: Guerrero, Maldonado Sabrina

Pareja pedagógica: Maldonado, Natalia

Docente a cargo: Novak Patricia

Escuela: Nº 137 “Provincia de Mendoza”

Fecha: martes 29 de octubre Hora: de 08:00 a 09:40 hs

Grado: 2º “B”

Tema: “El campo y la ciudad”

Objetivos:

- Reconocer similitudes y diferencias entre el campo y la ciudad para ver las relaciones que se generan en estos espacios.

- Entender que el campo y la ciudad no son cosas aisladas sino que se necesitan mutuamente.

- Participar activamente de la clase respetando el orden y el silencio para así lograr comprender el cuento y crear un clima armonioso en la clase.

Inicio de la clase:

1- La docente comenzará la clase leyéndoles a los alumnos el siguiente cuento:

“Ratón de campo y ratón de ciudad”

Érase una vez un ratón que vivía en una humilde madriguera en el campo. Allí, no le hacía falta nada. Tenía una cama de hojas, un cómodo sillón, y flores por todos los lados.

Cuando sentía hambre, el ratón buscaba frutas silvestres, frutos secos y setas, para comer. Además, el ratón tenía una salud de hierro. Por las mañanas, paseaba y corría entre los árboles, y por las tardes, se tumbaba a la sombra de algún árbol, para descansar, o simplemente respirar aire puro. Llevaba una vida muy tranquila y feliz.

Un día, su primo ratón que vivía en la ciudad, vino a visitarle. El ratón de campo le invitó a comer sopa de hierbas. Pero al ratón de la ciudad, acostumbrado a comer comidas más refinadas, no le gustó.

Y además, no se habituó a la vida de campo. Decía que la vida en el campo era demasiado aburrida y que la vida en la ciudad era más emocionante.

Acabó invitando a su primo a viajar con él a la ciudad para comprobar que allí se vive mejor. El ratón de campo no tenía muchas ganas de ir, pero acabó cediendo ante la insistencia del otro ratón.

Nada más llegar a la ciudad, el ratón de campo pudo sentir que su tranquilidad se acababa. El ajetreo de la gran ciudad le asustaba. Había peligros por todas partes.

Había ruidos de coches, humos, mucho polvo, y un ir y venir intenso de las personas. La madriguera de su primo era muy distinta de la suya, y estaba en el sótano de un gran hotel.

Era muy elegante: había camas con colchones de lana, sillones, finas alfombras, y las paredes eran revestidas. Los armarios rebosaban de quesos, y otras cosas ricas.

En el techo colgaba un oloroso jamón. Cuando los dos ratones se disponían a darse un buen banquete, vieron a un gato que se asomaba husmeando a la puerta de la madriguera.

Los ratones huyeron disparados por un agujerillo. Mientras huía, el ratón de campo pensaba en el espacio rural cuando, de repente, oyó gritos de una mujer que, con una escoba en la mano, intentaba darle en la cabeza con el palo, para matarle.

El ratón, más que asustado y hambriento, volvió a la madriguera, dijo adiós a su primo y decidió volver al campo lo antes que pudo. Los dos se abrazaron y el ratón de campo emprendió el camino de vuelta.

Desde lejos el aroma de queso recién hecho, hizo que se le

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