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Simon Bolivar Conservacionista


Enviado por   •  21 de Enero de 2014  •  806 Palabras (4 Páginas)  •  456 Visitas

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SIMÓN BOLÍVAR CONSERVACIONISTA

Simón Bolívar, desde su niñez, fue un verdadero amante de la naturaleza. En el patio de su casa natal se regodeaba viendo los pájaros de múltiples colores volar en su derredor: los arrendajos, los turpiales, los gonzalitos, los canarios, cuyos alegres cantos, impregnados de deliciosas melodías, los percibían sus oídos infantiles como una sinfonía hermosa que alegraba el espíritu y su corazón.

Simoncito, como se le llamaba cariñosamente, pasaba temporadas en la finca de sus padres en San Mateo, donde contemplaba fascinado la maravilla de la tierra. Muerta su madre doña Concepción, quien al fallecimiento de su esposo Juan Vicente, tuvo que asumir la responsabilidad de la administración de los bienes comunes, uno de sus más allegados maestros, Don Simón Rodríguez, se encarga de la tutela del discípulo y aprovecha esta oportunidad para poner en práctica el método didáctico contentivo en el "Emilio", de Rousseau, quien decía: "Mantened al niño en la sola dependencia de las cosas y en los progresos de la educación seguiréis el nombre de la naturaleza".

Simón Rodríguez, vencido de la necesidad de mantenerlo cerca de la naturaleza, se lo llevó a San Mateo, donde debió pasar una de las etapas más decisivas de su vida. Miraba con interés, con admiración, la belleza de los bosques y todo cuanto le rodeaba.

Ambos emprendían largas caminatas, y en los ratos de descanso le hablaba don Simón, como un ritornelo, de la naturaleza, de sus encantos, y, también, de sus peligros. Le enseñó a montar a caballo, a manejar el lazo y a nadar. Él le infundió profundamente por esa creación de Dios, la naturaleza, amor y consideración.

Su vegetación frondosa, sus árboles frutales, el aletear de las aves, los manantiales cristalinos donde se reflejaban las estrellas, y donde abundaban los animales de todo tipo, sobre todo de aquellos que lo llevarían a atravesar el extenso territorio suramericano para sembrarlo de libertad. Esta imagen panorámica lo acompañaría gratamente todo el resto de su vida. Se sabe que a Bolívar le gustaban las magnolias, pasear a caballo, bañarse en los ríos como un niño, colgar su hamaca de un árbol a otro, y estar largas horas a la intemperie conversando con sus oficiales; tal vez le venían a su recuerdo todos estos ratos agradables que experimentó en su niñez y en su adolescencia.

Rodríguez no era partidario de la enseñanza que se impartía a la sazón en la colonia, pura teoría, e impulsado por esa preocupación, se propuso hacer todo cuanto pudo para obtener de las autoridades españolas un cambio en los sistemas de enseñanza.

Ofrece al Ayuntamiento de Caracas sus apuntaciones tituladas, "Reflexiones sobre los defectos que vician las escuelas de primeras letras en Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento".

Don

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