Suicidio

Suicidio

Etimológicamente el término deriva del verbo latino “caedere” y del pronombre “sui”, ‘darse muerte a sí mismo’. El que se mata por sus propios deseos comete suicidio, afirmó el abate Francois Desfontaines en 1735, creador del término. Muchas religiones monoteístas lo consideraban un pecado, y en algunas jurisdicciones se consideraba un delito. Por otra parte, algunas culturas, especialmente las orientales, lo ven como una forma honorable de escapar de algunas situaciones humillantes o dolorosas en extremo. El suicidio también puede ser efecto de trastornos psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de depresión o ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos de depresión. En estos casos es principalmente la enfermedad lo que provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo. Antes que la acción, el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuos para entonces entender el suicidio a nivel social. la psiquis de la persona suicida debe contener dos elementos fundamentales: valor y no temer a la muerte. Sin estos factores indispensables la persona tendrá pensamientos suicidas que no ejecutará. Estos pensamientos pueden ser controlados y remplazados por pensamientos positivos. Con éstos, viene un sentido de indefensión y desesperanza ante las situaciones que le afectan. Las personas suicidas exhiben algunas características tales como depresión, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y son personas sin espíritu de lucha. Teniendo en cuenta el perfil de la persona suicida se puede prevenir la mayoría de los suicidios con hospitalización, psicoterapia y farmacoterapia en casos extremos. Los indicadores y comportamientos varían dependiendo de la persona.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 1.8 % del total de los fallecimientos en el mundo son suicidios, aproximadamente un millón de personas. Es considerada la segunda causa de muerte a nivel mundial. En nuestro país es considerada la tercera causa de muerte. Durante el período de 1970 al 2007 el suicidio se incrementó más del 270%, y tres millones trescientos veintiún mil jóvenes entre doce y veintinueve años de edad, manifestaron haber tenido ideación suicida.

Suicidio Adolescente

La OMS calcula que anualmente un millón de personas se suicidan en el mundo. La tasa de mortalidad se estima actualmente en 16 por un millón de habitantes. Lo cual implica un aumento de aproximadamente el 60% por ciento en los últimos 45 años.

El suicidio es la décima tasa de muerte de la población general, la segunda en el grupo de 10 a 24 años. En la Argentina también se verifica el aumento del número de suicidio en la población adolescente y joven, siendo la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 24 años.

El suicidio constituye un fenómeno global sumamente complejo, donde no sólo se reconocen en su causa, factores como la enfermedad mental y el consumo excesivo de alcohol, sino también se deben considerar factores sociales, económicos, culturales, religiosos y ambientales.

El autor Galende Emiliano en su texto “De un Horizonte Incierto” afirma que la aparición de cambios significativos a nivel cultural, en la forma de trato y vínculo entre los individuos, habrían dado lugar a distintos tipos de problemáticas, entre ellos “el suicidio”. Entre estos cambios se encontrarían:

 La individualidad actual: Es decir relaciones sociales que se sostienen básicamente, a través de una cultura de consumo, donde

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