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TEORÍAS EDUCATIVAS EN LA EDUCACIÓN MÉDICA EN MÉXICO


Enviado por   •  17 de Enero de 2014  •  5.628 Palabras (23 Páginas)  •  244 Visitas

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TEORÍAS EDUCATIVAS EN LA EDUCACIÓN MÉDICA EN MÉXICO

La calidad en la formación médica en México dista mucho de ser congruente con los adelantos en la educación, la ciencia y la tecnología. Con modelos educativos diversos las facultades de medicina obtienen del proceso de enseñanza aprendizaje resultados heterogéneos. Existen diversos factores que influyen en el fenómeno educativo de la medicina en nuestro país. A continuación se describen algunos de ellos, tratando de enfocarlos bajo las propuestas de algunos teóricos educativos.

Los retos en la educación médica en México por Alberto Lifshitz y los Elementos de la Situación Educativa de Paulo Freire.

Educador. El rol de maestro en la carrera de medicina es el de ser el centro de la enseñanza, paradigma antiguo y desafortunadamente vigente, en el que éste ofrece al alumno su conocimiento previamente construido. Al convertirlo de esta forma en figura emblemática de sabiduría, la enseñanza de la medicina se vuelve un proceso dogmático de transmisión abundante de información. Para Freire no es válido tal protagonismo y centralización del proceso educativo en la enseñanza.

Educando. Durante la formación médica el alumno obedece diversos patrones de comportamiento.

Fase inicial, Estudiante. Al pasar por la facultad de medicina el alumno experimenta su primer acercamiento con la medicina, ocupando un rol que generalmente es pasivo, correspondiendo a una relación maestro-alumno en donde la diferencia de conocimiento genera una verticalidad abismal, relegando aún más al alumno a un rol receptor. Gracias a este ambiente que limita la curiosidad del alumno, se pierden de vista muchos objetos cognosibles relevantes en la formación médica, confinando el aprendizaje a sólo la información recopilada por el maestro.

Fase de pregrado, Médico Interno. Finalizando los 4 a 5 años de estudios universitarios, el alumno pasa por un proceso intenso de formación llamado Internado Médico de Pregrado. Es un ciclo académico teórico práctico que se realiza durante un año consecutivo como parte de los planes de estudio de la Licenciatura en Medicina, como una etapa que debe cubrirse previamente al servicio social, al examen profesional y a la obtención del título respectivo.

Se considera “interno de pregrado” al alumno que ha acreditado los ciclos académicos del plan de estudios de la Institución Educativa que procede y se incorpora como becario a las unidades hospitalarias del Sector Salud convenidas para su educación y adiestramiento.

El tiempo pedagógico en este proceso comprende un horario matutino de 9 horas de lunes a viernes de 7:00 a 16:00 horas. Las prácticas clínicas complementarias (guardias) son de 16 horas en días alternos (cada tercer día) y de 24 horas los días sábados, domingos y festivos. Las condiciones en que se forman los médicos internos en los hospitales son muy demandantes, constan de periodos de actividad continua prolongado, hábitos alimenticios deficientes, altos niveles de estrés, nivel de responsabilidad alto, actividades contrarreloj, atención a pacientes en servicios sobresaturados, pocas horas para dedicar al estudio y múltiples actividades académicas.

Fase de Servicio Social, Médico Pasante. Ésta parte del proceso de formación del médico es un fenómeno sui generis en México, ya que se considera al alumno proveniente de un rito de paso comprendido por el internado de pregrado, como todo un profesional de la medicina. Armado con la experiencia profesional de 1 año como sustento académico y con una cédula profesional provisional para cubrir los recovecos legales, el Médico Pasante es lanzado a una comunidad rural para intentar solventar los requerimientos básicos de salud. Pasando inmediatamente de un papel de educando a un rol de educador. Mediante los programas comunitarios de educación para la salud se pretende lo que Freire propone como una transformación social.

Fase de posgrado, Residente Médico. Realizar un posgrado clínico o especialización se ha convertido en un divisor de clases entre los profesionales de la salud. Los residentes de pregrado juegan un rol de maestro-alumno por encontrarse en una posición intermedia dentro de la jerarquía educativa, ya que son especialistas en formación subordinados de la máxima autoridad clínica (médico adscrito) y profesores a cargo de los médicos internos que constituyen la posición más inferior. Su metodología principal se basa en el “aprender haciendo” en la que los residentes desde el principio comienzan a hacer actividades similares a las realizarán cuando se encuentren como médico adscrito. Además la asignación de responsabilidades desde el principio es una motivación fuerte para hacerlos aprender, junto con la suficiente supervisión, asesoría y retroalimentación (no en todas las sedes educativas).

Otro fenómeno de los estudiantes de medicina ha sido la feminización de la educación médica, que desde el siglo XX ha modificado el impacto de la profesión en la sociedad y viceversa (no olvidemos a Montessori quien fuera la primera mujer Italiana en estudiar medicina, luchando contra un sistema misógino al que finalmente logró vencer). A pesar del notable aumento de la proporción de mujeres que cada año ocupan hasta un 70% de la matrícula universitaria en varios países incluyendo México, se siguen reconociendo múltiples especialidades clínicas masculinas (ejemplos: cirugía y neurocirugía), donde el ambiente machista propicia espacios educativos no apropiados para las mujeres, aislándolas de actividades educativas significantes.

Espacios educativos son múltiples, no solo el aula provee de un lugar donde el aprendizaje se logre, en la formación médica se cuenta con espacios menos ortodoxos como la sala del hospital y los pasillos donde también se llevan a cabo actividades educativas al platicar los médicos sus casos, discusiones sobre diagnóstico y terapéutica en la cafetería o comedor entre internos y residentes. Hasta los nuevos espacios virtuales, que mediante el uso de la tecnología innovadora que aporte mas no restrinja al desarrollo humano, se proporcione de mejores oportunidades de aprendizaje. Las escuelas existentes en México ofertan una matrícula incongruente con el mercado laboral, el cual si bien se encuentra mal distribuido, no lo está saturado. El total de plazas laborales en el IMSS entre vacantes y jubilaciones asciende a 23950para 2015, lo cual aún con la taza de creación actual de especialistas de todas las instituciones de salud no se logrará satisfacer dicha demanda. Esta amplitud de vacantes de especialistas se ha incrementado heterogéneamente entre las principales instituciones de salud, donde el

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