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El siglo XVII, una época de crisis


Enviado por   •  18 de Diciembre de 2014  •  Tesis  •  1.000 Palabras (4 Páginas)  •  242 Visitas

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1.- El siglo XVII, una época de crisis

Durante el siglo XVII tuvo su desarrollo el Barroco, movimiento artístico que se caracteriza por una visión pesimista y escéptica y por una profunda desconfianza hacia la naturaleza humana. La vida se concibe como un engaño, una mera apariencia truncada por la ineludible intervención de la muerte, y el mundo, como un lugar caótico en el que imperan los vicios, la hipocresía y la corrupción. Fue, en este sentido, fruto de las adversas circunstancias históricas.

Constituyó un periodo de crisis, en el que los cambios políticos, la recesión económica y las tensiones sociales provocaron un decaimiento de los ideales que habían alentado la centuria anterior. Los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II condujeron a España a la pérdida de la hegemonía política y militar y la desmembración del imperio forjado en el siglo anterior.

Los enfrentamientos entre católicos y protestantes provocan guerras de religión, que crean un clima de intolerancia y persecuciones. Debido a la recesión económica, el desarrollo del comercio y el avance de la burguesía se estancan y las ciudades pronto se ven ocupadas por una numerosa población de mendigos, pícaros y delincuentes, muchos de ellos campesinos en busca de trabajo. Al mismo tiempo, la nobleza y el clero refuerzan su poder económico y social.

La preocupación por la ortodoxia religiosa conduce a la persecución de las ideas extranjeras, al aislamiento de la sociedad española y a la búsqueda de respuestas en la religión. La sociedad se debate entre dos extremos: Los sueños de grandeza y la suntuosidad y, por otro lado, las derrotas militares y la miseria. Este conflicto entre lo que se es y lo que se desea ser desemboca en el afán por aparentar y el gusto por el espectáculo.

El arte barroco estuvo caracterizado por la opulencia y la brillantez. Los artistas abandonan el equilibrio formal del arte renacentista y buscan la sorpresa del receptor y la originalidad, creando un estilo basado en el dinamismo, el contraste y la artificiosidad.

Los temas barrocos más frecuentes reflejan el pesimismo de la época: la apariencia engañosa de las cosas, que esconde su auténtica realidad; la fugacidad de la vida, vista como un simple y enojoso tránsito hacia la muerte; y el desengaño, fruto último del desvanecimiento de las ilusiones juveniles.

2.- La literatura barroca

Los temas habituales de la literatura barroca, los frecuentes contrastes y su afán de originalidad originan el uso de un estilo complejo en el que abundan los recursos retóricos. La distinta concepción de la lengua literaria da lugar a dos corrientes:

El culteranismo. Busca la belleza formal mediante el uso de cultismos y la creación de un lenguaje artificioso. Su principal representante es Luis de Góngora.

El conceptismo. Se basa en el ingenio: son frecuentes la ironía, la paradoja, la caricatura, el doble sentido... La figura más destacada es Francisco de Quevedo.

3.- La lírica del Barroco

La poesía barroca no supuso una ruptura respecto a la lírica renacentista, sino más bien una evolución, en la que se conservan los géneros y la métrica importados de Italia, a la vez que cobran un nuevo vigor las formas de la poesía tradicional:

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