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Bases Conceptuales


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  1.137 Palabras (5 Páginas)  •  557 Visitas

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Actividad física para la salud en el niño y adolescente.

Resumen de la disertación ofrecida por la licenciada María Cristina Tognollini en la A.M.A.

Licenciada en Kinesiología - UBA.

Profesora Nacional de Educación Física.

Profesora Titular del Instituto Superior de Educación Física "Dr. E. R. Brest".

El ejercicio físico se puede, se debe realizar en todas las etapas cronológicas de la vida, siempre y cuando no existan lesiones o enfermedades que lo impidan, cuidando ante todo de armonizar adecuadamente los fines que se buscan con la edad y atendiendo más su auténtica edad biológica que a la cronológica.

Olvidar esta premisa y lanzarse a la práctica del esfuerzo físico sin control alguno, puede resultar poco beneficioso para la salud y contraproducente para las metas perseguidas.

El ejercicio físico y el deporte representan un importante elemento de cultura y deben programarse correctamente y practicarse con profusión en toda sociedad que se estime como civilizada y libre.

El simple ejercicio físico es fundamental para el cuidado de la salud, para la lucha contra el sedentarismo, y llevado al terreno deportivo constituye un estímulo a la emulación personal.

Podemos considerar, de una forma general que, toda actividad física persigue:

Mantener / restablecer el equilibrio del esqueleto.

Mantener este equilibrio por medio de una acción neuropsicomotriz apropiada.

Mantener la armonía de las funciones esenciales de la vida:

motricidad - respiración - circulación - nutrición.

Sabemos que la acción del movimiento influye sobre:

El desarrollo osteoarticular.

La función motriz y sus componentes: psicomotricidad, neuromotricidad, tono y adaptación muscular.

La función cardiorrespiratoria.

Los aspectos psicológicos.

Por lo tanto al planificar la actividad física es importante recordar.

LEYES DEL DESARROLLO ÓSEO (A. Lapierre)

El esqueleto es tanto más maleable cuanto menos osificado esté, es decir, cuanto más joven sea el sujeto. Se puede decir que toda deformación ósea tiene origen más o menos directo entre el nacimiento y los veinte años, y con más frecuencia entre los siete y los catorce años, pareciendo ser este lapso la edad morfológica por excelencia, en la que la morfología y la actitud se definen ya para el porvenir.

Pero si, por un lado, la plasticidad del esqueleto es esta época facilita la malformación, por el otro, y por la misma razón, favorecen el enderezamiento.

Esta es la razón por la que es necesario planificar una correcta actividad física para que no sucedan alteraciones óseas en el futuro, tener en esta etapa una visión preventiva.

Osificación y crecimiento:

No todas las partes del esqueleto osifican con la misma rapidez, dándose las siguientes reglas generales:

Las costillas osifican rápidamente, pero continúan maleables gracias a los cartílagos costales.

El pie osifica más deprisa que la mano (por lo tanto los trabajos de pie deben ser precoces)

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