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Zapateado encabronado


Enviado por   •  15 de Febrero de 2012  •  Informes  •  642 Palabras (3 Páginas)  •  728 Visitas

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26 de mayo del 2011

Zapateado encabronado

El toro está casi listo. Los ganaderos ultiman detalles de los lazos de la bestia salvaje. El locutor anima al público que se ha dado cita en la plaza de Chiltepec. Jóvenes, niños, abuelos; el recinto luce lleno. La música de banda, los narcocorridos y el mariachi amenizan el lugar.

“Ya casi está listo, la ñianguita de Tecolutla se prepara para montar al piolín; la ñianguita mira de un lado a otro , acomoda el toro, se pelea con los ganadores, les reclama, dice que no está bien, suelten al toro chinga. Uno, dos tres, cuatro, la ñianguita aguanta, se va, se va, se va, regresa, regresa, regresa, se va, qué espectáculo nos está dando, se va, se va, quíteselo, quíteselo“

Los payasos de rodeo entran en acción ante la caída del jinete, el piolín al ver a su enemigo en el suelo, intenta pisarlo sin piedad; se abalanza sobre él, bufa, la polvadera es abundante. Este fue el último toro de la noche. Ahora viene la presentación de la banda la Auténtica de Jerez.

5,4,3,2,1,0. El estruendor del sonido se hace presente en la pequeña plaza; l gente grita de emoción. La población de Chiltepec es fanática del género grupero. “Vengo a decirle a una perra, que ya no ladre tan fuerte“.

Salen los músicos al escenario, “buenas noches Chiltepec, cómo se la está pasando toda mi raza, vamos a aventarnos un ambiente bien chingón para que la plebada se la pase zapateando toda la noche, venimos a divertirnos chinga“.

La raza del lugar comienza a bailar, jóvenes en las gradas disfrutan de la música, cantan a capela como si fueran unos verdaderos artistas, le ponen más sentimiento que el mismo solista. Los hombres, sostienen con una mano la cerveza helada, con la otra, hacen lo propio con la cintura de su dama. Ellos visten como vaqueros “modernos“, traen su saco negro, pantalón de mezclilla, botas de pito de burro, su texana y un cinturón de hebilla con la marca de cowboy.

Las vaqueritas, con su pantalón de mezclilla ajustado, camisa de cuadros que combinan con texanas rosas, negras, azules. Eso sí, lucen un escote que hace voltear a cualquiera. Lo adornan también con sus botas negras. Es la fiesta en Chiltepec.

Una, dos, tres rolas se avientan los de la banda Jerez, sus éxitos suenan en los linderos del rodeo. “Acá entre nos, quiero que sepas la verdad, no te he dejado de adorar, allá en mi triste soledad“, un cover sale a relucir. El rodeo, donde hace unos momentos se utilizó como espectáculo de monta, ahora está convertido en pista de baile. La tierra, la cerveza y las latas de éstas mismas, aunado con la raza que se asentó allí para darle al zapateado, hacen que en conjunto, con cada pisada con las botas de pito de burro, se vuelva un tornado de polvo que ni en Estados Unidos sucedería algo parecido.

La

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