Las aventuras de Olivegio

Las aventuras de Olivegio

Olivegio era un camaleón muy observador, que vivía en un gran bosque apartado del ruido y la contaminación, le gustaba ir a otros bosques a conocer cosas nuevas, observaba detenidamente cada lugar al que iba porque era muy listo y quería saber cada día más y más cosas, así que en cada bosque que visitaba veía con detalle cada planta, flor, animal para ver como vivían, cuando regresaba a su bosque les describía a los demás como eran aquellos lejanos bosques, todos lo escuchaban con atención, quizá era porque tenía una forma especial de describir cada cosa.

Aún era muy pequeño y su mamá decía que le gustaba ver todo a su alrededor, cuando creció, hablaba con todos los animales que había en el bosque no importaba si algunos eran pequeños o grandes, verdes o negros, si volaban o caminaban, a él le gustaba ir a pasear por el bosque con todos, los amigos de Olivegio sabían que era alguien especial porque se adaptaba en todos los lugares, además tenía algo que lo caracterizaba, cuando estaba contento cambiaba de color, por lo regular siempre era verde, pero cuando estaba muy feliz era azul, esto era algo que llamaba la atención de todos los demás animales del bosque. Tenía una vida muy tranquila, vivía con sus papás y su hermana que era aún una pequeña bebé, o al menos así la veía él, la cuidaba mucho no le gustaba que saliera sola al bosque, aunque el conocía a todos los animales de ahí y sabía que no le harían nada a su pequeña hermana, a pesar de que la quería mucho no le gustaba protegerla de más, sabía que ella tenía que aprender a defenderse, porque no siempre estaría el a su lado, algún día ella tendría que ser independiente.

Los papás de Olivegio solían pasar mucho tiempo fuera del bosque, así que desde que Olivegio y su hermana eran pequeños se acostumbraron a no pasar demasiado tiempo con ellos, y él se sentía responsable de ella. Había un día de la semana que era familiar, y los cuatro se reunían para pasar todo el día juntos fuera del bosque, porque a todos les gustaba conocer otros bosques, cazaban insectos diferentes para comer, y trepaban los árboles en búsqueda de comida.

Una de las grandes amigas de él era Sofía, pasaban todo el tiempo juntos desde que eran pequeños, ella era diferente a Olivegio porque no era capaz de cambiar su color de piel, aún cuando se encontrará en situaciones de peligro, por eso cuando iban con otros camaleones ella prefería alejarse porque se sentía diferente, Olivegio trataba de integrarla con los demás, pero a ella no le gustaba convivir con otros camaleones que no fueran de su mismo color, a pesar de eso ellos dos no dejaban de ser amigos, corrían a través del bosque para llegar a una cueva que era su escondite, eran muy territoriales y defendían su espacio, ahí llevaban a los insectos que cazaban, casi siempre eran pajáros, aunque a veces eran grillos, cuando comían eran muy solitarios y si alguien se acercaba a su cueva comenzaban una lucha por defender su territorio. En una ocasión, un camaleón trato de entrar a la cueva y establecerse junto con otros, esto enfureció a Olivegio porque esa cueva era de ellos, así que lo ataco y comenzaron a pelear, al término de la pelea los camaleones se marcharon, Olivegio quedo herido una de sus patas estaba sangrando, y no podía caminar, entonces, Sofía de inmediato fue por ayuda, su papá llego a la cueva y lo ayudo a ir a casa, ahí su mamá le curo su pata con unas hojas que sólo se encontraban en ese bosque, a pesar de que la pelea no le dejo golpes severos, si paso un mal momento, aunque, estaba acostumbrado a pelear para defender su territorio.

Un día Sofía desapareció de su casa, cuando Olivegio se entero salió con otros animales del bosque a buscarla, nadie sabía donde estaba, parecía que había desaparecido, aquella noche fue muy triste para él, sufría pensando que no volvería a ver a Sofía, no comprendía porque se había marchado del bosque, sus papás la querían y lo tenía todo era una pequeña camaleón llena de privilegios no le faltaba nada, así que algo estaba muy raro, él sabía que si algo hubiera estado mal, ella le hubiera contado, no entendía porque desapareció, pensó entonces que alguien se la había llevado a la fuerza, pero quien si ella no tenía enemigos. Los papás de su amiga pensaban que algún animal malo la había raptado, y que tal vez corría peligro, la buscaron todo el día con ayuda de los animales de vigilancia del bosque, pero no había señal que les indicará su paradero, pasaron una larga semana en la incertidumbre, sus papás lloraban día y noche, era su única hija no podían creer que la vida se las hubiera arrebatado, cuando salían al bosque y veían a los pajáros pasear con sus pequeños pajáritos, a los peces nadar con sus hijos, a los grillos cantar, se entristecían, todo les recordaba a su pequeña hija, pero no perdían las esperanzas de recuperarla, paso otra semana y no había noticias de ella. Los animales de vigilancia que eran los búhos del bosque, seguían buscándola día y noche, sin encontrar nada. Hasta que un día apareció una nota en la casa de sus papás, decía que su hija estaba bien, y que dependía de ellos si volvía a casa o no, la mamá de Sofía rompió en llanto, y como era característico de ellos cuando se ponía triste cambiaba de color, así que pronto el color de su piel oscureció al leer esa nota, su esposo le pedía que guardará la calma, y repetía que su Sofía regresaría con ellos, así tuviera que buscar debajo de cada piedra del bosque, o aunque tuviera que dar la comida que tenían de reserva para todo el año a cambio de que su pequeña Sofía regresará a su lado.

Una noche un animal desconocido vigilaba la casa de los papás de Sofía, y un búho que por lo regular permanecía despierto toda la noche cuidando el bosque lo vio, al percatarse aquel animal de que lo habían descubierto corrió, pero el búho fue tras él y con unos sonidos extraños pidió ayuda a otros búhos para atraparlo, hubo una persecución y por fin lograron atrapar a aquél malvado lobo, que confesó tener escondida a Sofía, los búhos lo escoltaron hasta aquella horrible cueva en la que tenía a Sofía.

Cuando Olivegio volvió a ver a su amiga recupero la alegría que había perdido desde que ella desapareció, cambiaba de colores súbitamente estaba tan emocionado, pasaba de la euforia al llanto, de la tristeza a la alegría, Sofía también cambiaba de color, juntos parecían un arcoiris que irradiaba luz en medio del bosque. Todo volvió a la normalidad, Olivegio tenía ya a su compañera de viajes, y sobre todo a esa amiga que estaba con él en las buenas y en las malas, que lo escuchaba cuando estaba triste o tenía algún problema, aunque la vida siempre le sonreía de

...