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DIFERENTES CONCEPTOS DE HOMBRE DIFERENTES HUMANISMOS


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  2.377 Palabras (10 Páginas)  •  629 Visitas

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DIFERENTES CONCEPTOS DE HOMBRE

DIFERENTES HUMANISMOS

Autor: HENRY JOSÉ GALLEGO BEDOYA

Licenciado en Ciencias Sociales

Magíster en Filosofía

El concepto de hombre varía de acuerdo a la época. Ahora corresponde saber cuántos y cuáles de esos conceptos han existido. Pero no los veremos todos ya porque se trata solamente de ver los más representativos e influyentes.

Cada concepto de hombre constituye un humanismo. Se habla de humanismo cuando una época tiene de suyo una concepción del hombre y todas las instituciones sociales (económicas, política, ciencia, vida, organización social, etc,), funcionan en torno a esa idea. Se habla de que un humanismo está en crisis cuando ya esa concepción del hombre se queda corta para lo que se espera del hombre.

Así como la cultura, los distintos humanismos son algo vivo, es decir, cambiante. Esto quiere decir que nacen, alcanzan su mayor fuerza y comienzan a fenecer. Generalmente ocurre que son los filósofos de cada época los que primero ven estos cambios, pero en realidad un filósofo es solo un intérprete de su época, por lo cual, cuando los cambios son escritos en libros, es porque ya han pasado en la vida. Por lo tanto, un filósofo es nada más que un observador-participante de los cambios del mundo de la vida. Lo importante es que también piensa esos cambios.

El primer humanismo en la historia de la humanidad fue el mitológico, el hombre era el mito, la creencia en que los dioses poderosos habían creado el mundo mediante acontecimientos sorprendentes. Las tribus indígenas Latinoamericanas dan buena cuenta de eso. El mito constituye para ellos una fuente de sentido vital que se extiende a la moral, las costumbres. De ahí que el mayor personaje de la tribu fuera el chamán o intérprete directo de los mitos y curandero.

El primer humanismo de la historia de la cultura occidental, no fue un humanismo, fue un “divinismo”, ya que el hombre era la voluntad de los dioses en la tierra. Dioses voluntariosos y semihumanos, con pasiones, protagonistas de los mitos por los cuales

nacieron los hombres. El hombre es la voluntad de los dioses en la tierra y responde al mito que está escrito. Este humanismo existió en Grecia, entre los siglos X a VII y se encuentra representado en las libros de Homero y Hesíodo (La Ilíada, la Odisea). Cada hombre tenía un destino, según la creencia antigua, había sido seleccionado por los dioses para algo diferente. Para este humanismo, la voluntad humana y su pensamiento son secundarios. Pero este humanismo tenía que entrar en crisis, por el desarrollo de los viajes, y una época militar más gloriosa para los griegos.

Un segundo humanismo se da cuando se pasa a concebir al hombre ya no como un mito sino como logos. El hombre es razón, es decir, mediante el estudio directo que se hace de la naturaleza puede encontrar la explicación de las cosas. Este humanismo ocurrió entre los siglos VII a V a. de C. y fue visualizado por Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes. Ellos colocaron como causa de las cosas no al mito sino a los elementos de la naturaleza, agua, tierra, aire, fuego. En una segunda etapa el logos o razón, pasó a explicar el origen de las cosas como principios ya no visibles sino abstractos: el ser (Parménides), el conflicto (Heráclito). Resumamos este humanismo en lo siguiente: El hombre es razón natural, estudio de la naturaleza. Se preocupa por seguirla en todo.

Una tercera etapa se da cuando Sócrates define al hombre como virtud en la polis. Toda la época de esplendor griega giró en torno a esta idea. Este humanismo obliga al hombre al estudio de si mismo antes que la naturaleza (antropología filosófica). Los sofistas dedicaron su actividad a formar hombres virtuosos para hablar en público, lo cual fue entendido por Sócrates como corrupción. Era el bien y no la elocuencia lo que debía primar.

Todo el hombre griego era un hombre público, este humanismo no concibe una separación entre lo público y lo privado. Esto quiere decir que ninguna virtud existe si no es en la polis y al contrario, la polis te da todo el potencial que requieres para alcanzar el mayor bien. Tus satisfacciones individuales tienen que ser colectivas o no son bienes. De ahí que los griegos antiguos y en general el hombre antiguo y medieval siempre cuenta su vida privada y se le reclama porque lleve una vida pública igual en todas partes, en su casa, en su sexualidad. En el diálogo llamado el Banquete, Sócrates cuenta de sus particularidades amorosas explicando por qué elige o no a ciertos amantes. Esto es típico del hombre antiguo. Nótese que cuando un hombre traicionaba la polis era desterrado y ello representaba la mayor humillación pública y un verdadero castigo moral. Sócrates se niega a irse de Atenas aunque le habían condenado a muerte. Constituía mayor orgullo la muerte causada por los suyos que el exilio.

En Roma las cosas no variaron mucho, pero lo hicieron. El hombre ya no era virtud en la polis sino ciudadano. La diferencia en grande. Mientras el primero buscaba el bien por encima de todo, el romano buscaba la ley por encima de todo. Roma fue el pueblo antiguo que más desarrollo el derecho. Éste aún sigue rigiendo los códigos de muchos países del mundo. Incluso se puede decir que en Roma casi todo el derecho moderno tuvo su origen. El derecho de gentes, por ejemplo, anticipó muchos de los derechos humanos. El ideal humano en Roma era el quíritas (ciudadano), quien tenía propiedad, libertad y capacidad para hacer negocios, participar, derechos como persona, derecho a heredar y a hacer del poderío romano y la guerra un honor nacional. Las deudas no pagadas te iban reduciendo este status. El estoicismo se preocupó del aspecto espiritual del quíritas y lo condujo a una vida contemplativa de las leyes naturales que deben acceder a la razón, para convertirse en un ciudadano por encima del derecho humano. El estoicismo fue un estudio de la individualidad humana y por eso es más una causa de autocrítica para los romanos. Cicerone fue un gran crítico de la corrupción romana justificando el suicidio para el ciudadano digno.

Pero este concepto del hombre tenía que entrar en crisis, por estoicismo y por el cristianismo, para quien el hombre ligado a los poderes de este mundo, guerrero, obediente de las leyes, político (en sentido griego), no tenía ningún sentido. Las palabras de Jesús buscaban un reino para los débiles por fuera de este mundo. Las pasiones humanas eran vistas como debilidades y las ultramundanas, la contrición, la

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