Epilogo/ Como Aprendi A Leer

Garrido, Felipe (1999), “Epílogo/ Cómo aprendí a leer”

EPÍLOGO

CÓMO APRENDÍ A LEER

Las personas nunca terminamos de leer , puesto que al hablar de lectura no solo hacemos referencia a la decodificación de textos escritos, sino a la interpretación de cualquier tipo de lenguaje ya sea visual, auditivo, corporal, simbólico; etc. Tomando en cuenta que el lenguaje es un instrumento fundamental de la expresión y por ende de la comunicación. Y el lenguaje, en nuestros tiempos se da en dos formas paralelas: de manera oral y por escrito.

Hoy en día uno de los mayores problemas de la educación, la comunicación y la sociedad es que en la escuela no se crean lectores que puedan servir a la escritura lo cual es un grave error, puesto que el aprender a escribir y a estructural el lenguaje de una manera escrita no debería ser más difícil que hablar y el problema radica, como ya lo había mencionado, en que en las escuelas no se forman lectores, solo se alfabetiza a las personas y esto no garantiza que con ello el proceso de lectoescritura tenga éxito y se pueda emplear de una manera funcional.

Todo lo anterior trae como consecuencia que no se tenga un hábito por la lectura y que cuando se lea no se comprenda, y que por este problema se deje de leer debido a que se pierde el sentido a la actividad., lo cual también se convierte en un problema que revierte a la educación, puesto que la base del estudio está en los textos y si no hay una lectura de calidad y comprensión no se puede estudiar de una manera efectiva.

Gran parte de la calidad de la educación dentro de un aula radica en un manejo cada vez más profundo y capaz del lenguaje y el lenguaje no solo implica saber leer y escribir, sino nutrir una capacidad crítica, analítica y reflexiva que consiste en el ejercicio de la palabra.

Nuestra tarea como futuros docentes es entonces no solo alfabetizar a los alumnos, sino transmitirles el gusto que trae consigo el regocijo de la lectura, cultivar en ellos el placer por los libros, por nutrir la imaginación, tratando de hacerles ver que el lenguaje es algo cotidiano sumamente sencillo, como para hablarlo como para escribirlo y leerlo, comprenderlo y apropiarse de él. Hay que retomar la lectura como un mundo abierto, lleno de posibilidades para la expresión y comunicación, no solo con fines académicos sino también para transmitir sentimientos y emociones, debemos comprender el lenguaje como un medio social para la comunicación.

Alejandra Carreola Ramírez

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