El problema de la deserción escolar en Puerto Rico

El problema de la deserción escolar en Puerto Rico, dentro de nuestro sistema educativo público, debe verse desde distintos ángulos para poder conseguir conclusiones que puedan ofrecer salidas inteligentes a su solución a corto, mediano, y largo plazo.

La escuela ideal es aquella que trabaja con el apoyo de la comunidad, de los padres, maestros, directores educativos, organizaciones laborales, y los gobiernos de turno.

Los invito a leer un artículo de prensa, escrito por la profesora Ana Helvia Quintero, que detalla como algunos planteles han podido “cambiar actitudes” transformando escuelas conflictivas en lugares funcionales. Cada escuela debe promover que ‘alguien” tome la iniciativa para inspirar a los demás para crear el ambiente apropiado contra la deserción.

El problema de la deserción escolar, sin duda, nace del deterioro social, conducta, valores, etc. que ha venido afectando nuestro pueblo desde el seno familiar hasta las más altas esferas de nuestra sociedad.

En mis tiempos de estudiante, a pesar de las limitaciones económicas existentes, nuestros padres ejercían dominio total en el hogar, el maestro era visto como un segundo padre (por su papel como educador) y (nuestros padres) le daban autoridad para disciplinarnos.

Asímismo ocurría dentro del componente de gobierno y dentro del conglomerado comunitario. Estoy seguro que la gran mayoría de ustedes estará de acuerdo conmigo que la educación de antes era mucho más efectiva que ahora. Hoy día la educación, enseñanza y valores, es mucho más difícil de ejecutar.

Los jóvenes del presente son muy distintos, provienen de un ambiente social afectado por el libe-ralismo, los medios de comunicación, hogares disfuncionales, requieren un mayor compromiso por parte del sistema educativo en general.

Sus valores están en un nivel bajo al igual que su autoestima. En la última década la deserción escolar se ha disparado, sobre el 45% de los estudiantes abandonan la escuela antes de alcanzar el cuarto año. Muchos de estos jóvenes indicaron que no le gusta la escuela, otros desertaban por problemas dentro del seno familiar, otros por caer en la delincuencia, otras por embarazos no deseados, etc. etc.

Otros estudiantes se quejan de los maestros, de los directores, del sistema. Fue, entonces, cuando el gobierno decidió asignar fondos a instituciones sin fines de lucro, dedicadas a la educación, como alternativa para trabajar con los desertores.

La Asociación Pro Bienestar, Proyecto CASA de Comerío, fue una de las instituciones de alternativa seleccionadas para atender municipios de la región central como Caguas, Cidra, Aguas Buenas y Come-río.

Nuestra misión es recibir jóvenes desertores escolares dentro de un ambiente de estudios que le sea favorable. Lo primero que hicimos fue estudiar

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