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FRIO AFUERA, CALOR DENTRO - VIVIENDAS DEL NEVADO DE TOLUCA


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2011  •  1.385 Palabras (6 Páginas)  •  978 Visitas

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Frío afuera, calor dentro.

Viviendas del Nevado de Toluca

Juan Ignacio Arias Anaya

La humilde vivienda, está llena de humo...

Eso no es extraño, ya está acostumbrada,

año tras año, es siempre lo mismo.

Llega el frío invierno, se secan las hierbas

en todo el entorno se puede apreciar...

Los árboles gimen, sopla el viento helado.

A veces la nieve se deja caer.

El frío arrecia. ¿Qué se puede hacer...?

Cualquiera de fuera, quien no viva aquí,

Viendo todo frío, sólo pensaría

¡Esa pobre gente, puede perecer!

¿Qué saben de esto, quienes sólo vienen,

de paso a pasear… y luego se van…?

¿Aquellos paseantes que vienen aquí,

Vienen sólo a ver, para divertirse,

pa` pasear en lancha, para galopar?

Cuando hace ya frío, cuando está la bruma,

no viene ninguno, se puede enfermar

Nadie ya cocina, los cuacos no salen,

la gente se mete a su intimidad.

Entonces comienza, algo nunca visto,

es una alegría de gente de aquí.

Se ponen los niños, a traer contentos,

brazadas pequeñas de leña ya seca.

Pa´ ellos es bueno hacer ejercicio,

pa´ ella la nieve, es sólo un pretexto.

Vaya si la espera, vamos si le gusta,

este clima frío, y cuanto llega con él.

Lo teme, lo anhela, es siempre lo mismo.

Estarán muy juntitos, prendido el fogón.

¡Es un tiempo lindo, aunque ahí afuera,

Diluviando esté, mojándolo todo.

Ella ya lo espera, ya sueña con él.

Habrá mucho frío, caerá la llovizna,

se pondrá lodoso, no podrán salir.

Eso allá afuera, porque acá adentro,

Eso bien lo sabe… hará buen calor.

Contarán historias, se dirán de cosas,

de esas cuanto unen, recio al corazón.

Sentirán entonces una unión tan fuerte,

cuanto más orgullo les debe llenar.

Los niños se espantan de saber qué hicieron,

los aparecidos, las sombras de espectros,

los duendes, los gnomos y hasta el diablo gris.

Sabrán también ellos, contarlo después,

cuando ya crecidos puedan repetir,

las mismas historias de esas cuanto unen,

a toda la gente quien vive en los pueblos

sea donde fuere, vayan a vivir.

Así se sumergen en las historietas,

de esas que platican la abuela y la madre,

de cuantos mucho antes, murieron malditos,

pero siguen siempre, vagando en el monte,

donde aúllan siempre, en las noches frías,

cuando miran viene, una helada importante.

Todos muy atentos, felizmente espantados,

siguen paso a paso cuanto les relatan,

porque ellos tienen su imaginación.

El judío errante, la llorona triste,

un jinete que ya sin cabeza, sigue galopando

un charro negro, vestido de luto

y tantos otros más, que ellos conocen,

son sólo apenas, una buena parte de la narración.

Cuando una termina, se escuchan las voces.

¡Cuente usted otro…! Exclaman felices,

sabiendo del miedo, que causa el saber.

En tanto les cuentan, ahí apretados,

se saben muy juntos, quieren mucho más.

A ella que cuenta… Y ellos que escuchan…

Así con el gusto de sentir el susto,

para los pequeños pasa alegre el rato,

en tanto la madre prepara el café.

La abuela encarga en echar otro leño.

Todos sienten ahora, lo dulce y lo tierno,

como es el hogar, donde no hay nada,

Y es donde a ellos, tocara vivir.

Ahí hay cariño, todos se quieren

Así lo demuestran pegándose más.

¿El frío? Ni en cuenta

Estando muy juntos, se siente calor.

El padre ha salido, pronto va llegar.

Estarán unidos, tendrán muchas cosas

De cuanto escucharon, para meditar.

Esto se comienza cuando el cielo gime.

La tierra se enfría, el aire golpea,

¿Creen ustedes sea, como pa´ sufrir?

Todo lo contrario, es un tiempo lindo,

es cuando el humilde, goza mucho más.

Son

...

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