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La Indisciplina Escolar


Enviado por   •  23 de Febrero de 2012  •  1.704 Palabras (7 Páginas)  •  4.498 Visitas

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LA INDISCIPLINA ESCOLAR

Un tema actual que preocupa a todo el sistema educativo, profesores, alumnos, padres, Administración,… es la DISCIPLINA ESCOLAR así como las diferentes técnicas y estrategias para que haya una buena convivencia en las aulas y centros educativos.

La disciplina constituye uno de los principales elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje a través del cual los alumnos aprenden a vivir como miembro de una sociedad, por lo que se presenta como una cuestión relevante tanto en los contextos educativos como familiares y sociales. Los educadores, aunque están de acuerdo en que es necesario un cierto orden en las clases con los que trabajan, coinciden en señalar que, en muchas ocasiones, actuaciones y estrategias para mejorar la disciplina resultan inoperantes.

Muchos asocian disciplina con rigidez y autoritarismo; incluso hoy, cuando vivimos en un país constitucionalmente libre y democrático, todavía algunos tienen una visión negativa y peyorativa (etiquetar negativamente) de la disciplina en la escuela. Podemos entender la escuela como escenario de disciplina, orden, convivencia cuya meta consiste en desarrollar estrategias que permitan la interiorización disciplinaria que lleva a la “libertad de ser y elegir”. A medida que el individuo crece, necesita aumentar su libertad y autonomía, pero éstas estarán limitadas por la aptitud que tenga para razonar y asumir responsabilidades

Desde un punto de vista social la gestión, control, gobierno y disciplina escolar viene siendo un fenómeno que preocupa tanto al profesorado como a los responsables de la Administración educativa. Y la preocupación surge por la frecuencia con la que se suceden hechos que alteran y rompen la buena armonía y convivencia en las aulas y centros educativos y por la dificultad de encontrar soluciones idóneas y eficaces para superar el problema. Actualmente se escribe y publica mucho sobre las dificultades que entrañan las relaciones profesor-alumno, de lo complicado que resulta desempeñar las funciones docentes en un clima de convivencia, respeto necesario para que la enseñanza alcance la calidad conveniente.

Nadie debe ignorar que este hecho no surge como un fenómeno típicamente escolar, ni se puede considerar como aislado del cambio que las relaciones sociales y familiares han experimentado en general durante los últimos decenios en todo el mundo y en este caso tomando a América Latina como ejemplo. Esto quiere decir que si han cambiado las relaciones sociales también han cambiado las relaciones escolares.

Una de las preocupaciones más importantes para todo profesor comprometido en la difícil tarea de educar es conseguir un nivel de orden necesario para que el grupo de alumnos a quienes se desea instruir y formar logre el funcionamiento adecuado y, con ello, los objetivos en el período de escolarización; dichos objetivos se refieren tanto al aprendizaje de contenidos y destrezas académicas como a la socialización de los alumnos. Si nos fijamos en los trabajos de investigación sobre satisfacción-insatisfacción y

"stress" docente publicados en estos veinte últimos años aparece siempre como variable analizada, estudiada y correlacionada la indisciplina, el descontrol y la falta de gobierno del aula. También nuestro tema es investigado como factor causante de perturbaciones psicosomáticas, sentimientos de impotencia, fracaso profesional, irritación, deseo de abandono,... En las investigaciones francesas sobre salud mental del profesor aparece nuestro tema como variable influyente. En una investigación llevada a cabo en nuestro país promovida y subvencionada por el CIDE (1995) el 72 % de los profesores manifiestan que la indisciplina escolar es un problema grave.

Las palabras disciplina, gestión, control y gobierno en la clase no son del agrado de muchos profesores, psicólogos y pedagogos porque sugieren un contenido e idea de rigidez y dominio por parte del profesorado. Nosotros aquí nos referimos simplemente al proceso de gobernar, dirigir y organizar una clase de forma armónica y eficaz, y de ofrecer oportunidades adecuadas para el desarrollo de las aptitudes de cada alumno, en la que el profesor pueda cumplir su misión especial de facilitar la labor de aprendizaje, y los alumnos asimilar de buen agrado las técnicas de control y orientación de sus propias conductas. En esta forma de entender la disciplina de la clase tanto el profesor como los alumnos deben ser conscientes de la conveniencia de regirse por ciertos patrones de conducta y ser capaces de cooperar en su mantenimiento. Así el aula se convierte en un lugar agradable no solo para el profesor sino también para los alumnos, ya que ofrecería al primero oportunidades para realizarse profesionalmente y sentirse satisfecho con su trabajo, y a los segundos para trabajar en unas condiciones adecuadas que facilitarán el logro de sus tareas (Fontana,1989).

El objetivo de la disciplina no consiste en que el profesor imponga su autoridad sobre los alumnos sino en facilitar la evolución hacia una situación en la que el ejercicio efectivo de ese control, que lleva implícito toda gestión, vaya haciéndose cada vez menos necesario. A medida que los alumnos vayan dándose cuenta de la necesidad de estructurar sus conductas personales y someterlas a ciertas restricciones, van mejorando sus posibilidades de integrar esos principios y restricciones en sus propias vidas.

La disciplina de la clase se debe basar en la comprensión inteligente de la conducta y norma por parte del alumno y en un auténtico

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