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Las Lenguas Romances


Enviado por   •  1 de Febrero de 2013  •  5.397 Palabras (22 Páginas)  •  7.835 Visitas

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INTRODUCCION

En esta ocasión estudiaremos las lenguas romances a las que también se les ha denominado lenguas románicas o lenguas neolatinas, estas son una rama indoeuropea de lenguas estrechamente relacionadas entre sí y que históricamente aparecieron como evolución del latín vulgar, y opuesto al latín clásico.

CONCLUSIÓN

He llegado a la conclusión que las lenguas romances fueron parte importante para la formación de nuestro idioma español ya que aportaron muchas palabras y vocabularios que se usan hoy en día en nuestro idioma.

BIBLIOGRAFÍA

http://es.wikipedia.org/wiki/Lenguas_romances

LAS LENGUAS ROMANCES

El número de lenguas romances conocidas supera la veintena, aunque en la actualidad muchas variedades regionales están severamente amenazadas y sólo media docena de ellas tienen un uso general y tienen varios millones de hablantes.

Estas lenguas se hablaban y se siguen hablando en un territorio que recibe el nombre de Romania, que cubre en su mayor parte el sur europeo del antiguo imperio romano. Los términos romance y Romania proceden efectivamente del adjetivo latino romanicus: se consideraba que sus hablantes empleaban una lengua tomada de la de los romanos, por oposición a otras lenguas presentes en los territorios del antiguo Imperio, como el fráncico en Francia, lengua de los francos perteneciente a la familia de las lenguas germánicas.

El primer escrito en que se encuentra el término romano, de una manera u otra, se remonta al sínodo de Tours, en el año 813. Es a partir de ese sínodo cuando se considera que la primera lengua vulgar se separa del latín, y se designa en efecto como una lengua aparte. Se trata de una forma de protofrancés que recibe el nombre de romana lingua o román. No obstante, en los Cartularios de Valpuesta, hay un texto anterior que data del año 804, y está escrito en un latín muy romanizado.

La evolución del latín vulgar hacia las lenguas románicas se fecha, grosso modo, de la siguiente manera:

1. Entre el 200 aec y el 400 aproximadamente: diferentes formas de latín vulgar.

2. Entre el 500 y 600: estas formas comienzan a distinguirse entre sí.

3. A partir del 800: se reconoce la existencia de las lenguas romances

Del latín clásico al latín vulgar

En la antigua Roma se presentaba diglosia: el latín de los textos literarios o sermo urbanus (o ‘discurso urbano’, es decir, refinado) se encontraba estancado por la gramática (como ya lo estaba el sánscrito en la misma época en India). Por lo tanto la lengua cotidiana no era el latín clásico sino una forma distinta aunque cercana, en un proceso de desarrollo más libre, el sermo plebeius (‘discurso plebeyo’). El sermo plebeius era la lengua cotidiana del pueblo llano, los comerciantes y los soldados y podemos identificarlo ampliamente con el latín vulgar, que nos es conocido sobre todo por citas indirectas y críticas pronunciadas por los hablantes de un latín literario, así como por numerosas inscripciones, registros, cuentas y otros textos corrientes, y por la evidencia deducible a partir de las lenguas románicas.

Primeras evidencias

Un testimonio importante del latín popular es el Satyricon de Petronio, una especie de “novela” escrita probablemente en el primer siglo de nuestra era que fue pasando por los entornos marginales de la sociedad romana. Otra fuente importante de diglosia es el Appéndix Probi, una especie de compilación de "errores" frecuentes, recopilados por un tal Probus, que data del siglo III de nuestra era.

Algunas evidencias de construcciones de tipo romance en inscripciones latines populares son muy tempranas (muchas inscripciones en la Pompeya del 79 d. C.). Algunos autores han sostenido que las lenguas romances no proceden de la evolución usual del latín clásico, sino que estas podrían venir de versiones criollas de dicha lengua. Existen diversos argumentos:4 5

La criollización del latín pudo compartir rasgos con la formación de otras lenguas criollas a parte del francés, el portugués, el holandés y el español. En los estadios iniciales, cuando había escasez de hablantes de la lengua colonizadora, las lenguas romances pudieron haberse propiciado en entornos multiétnicos, por el surgimiento de pidgins entre personas que hablaban lenguas diferentes bajo la misma administración.

Lenguas de la familia y clasificación interna

Ante todo, conviene aclarar que hasta el momento no existe una clasificación unificada y científica respecto a los grupos y subgrupos de las variedades lingüísticas románicas, universalmente aceptada. Sin embargo, tradicionalmente se han usado clasificación en que se agrupan a las lenguas según áreas geográficas, teniendo en cuenta también rasgos distintivos fonéticos y gramáticos. De acuerdo con estos criterios, se considera lenguas románicas orientales aquellas que forman el plural mediante vocales (generalmente -i o -e) y no sonorizan las oclusivas sordas intervocálicas /p, t, k/ de origen latino; mientras que pertenecen a la Romania Occidental aquellas variedades que sonorizan /p, t, k/ intervocálicas o forman el plural con -s. Entre estas dos ramas formarían un grupo de transición los dialectos centrales y meridionales de Italia, incluyendo también el italiano estándar.

La clasificación interna exacta es uno de los problemas más complicados dentro de cualquier familia lingüística. Fuera de los grupos de primer nivel de variedades lingüísticamente muy estrechamente emparentadas resulta difícil establecer un árbol cladístico ya que las lenguas en su desarrollo histórico se influyen mútuamente y el modelo de árbol filogenético no resulta adecuado para representar la diferenciación lingüística de un conjunto de lenguas en contacto. Una enumeración de los grupos que muy probablemente constituyen unidades filogenéticas válidas es la siguiente:

1. Lenguas iberorrománicas (español, gallego-portugués, asturiano-leonés y aragonés)

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