Literatura Latinoamericna

En el presente ensayo se abordarán dos grandes obras pertenecientes a la literatura latinoamericana, se trata de Aura, obra del escritor Carlos Fuentes y Entre tus dedos helados, escrita por Francisco Tario, ambos autores mexicanos. La narrativa contemporánea a la que pertenecen estos autores se caracteriza por deshacerse de los lazos que la mantenían ligada a la realidad. La novela y el cuento latinoamericano son sinónimo de realismo, el cual llegó a tener tintes mágicos como en las obras que se van a analizar.

Aura, es una palabra que puede significar varias cosas a la vez, desde el nombre de una persona hasta un viento suave, entre otras. En este caso, “Aura”, es el titulo de la novela de Carlos Fuentes que se va a analizar.

Carlos Fuentes es un escritor mexicano destacado que ha viajó por Europa y Norteamérica, ocupando cargos importantes en el extranjero, también ha recibido numerosos premios literarios tanto en México como en España y Venezuela, lo que le da cierto prestigio en su carrera como escritor y también como persona, tal es su popularidad que sus obras han sido traducidas a varios idiomas.

Tanto Aura, como otras novelas de Carlos Fuentes, son obras de suspenso, muy místicas y obscuras en la trama de la historia, utilizan un lenguaje a veces comprensible y otras muy raro, pero eso las hace interesantes, mezclan situaciones completamente diferentes, utilizan elementos poco comunes o aparentemente insignificantes, que al ir avanzando en el desarrollo, te hacen ver que son parte esencial para la comprensión clara de la historia.

A todos los elementos que hacen interesante Aura, se les conoce, según la literatura, como realismo mágico. Este termino no es propio de la literatura, ya que fue usado por primera vez en el año de 1925 por el critico alemán Franz Roh, quien lo aplicó a una exposición de pinturas post-expresionistas. Posteriormente se reemplazo por el termino “nueva objetividad” en las artes plásticas, y esta vez la literatura se apropió de él para definir a la nueva tendencia narrativa hispanoamericana entre los años 1950 y 1970.

Fue en 1955 cuando Ángel Flores, critico literario latinoamericano, le otorga el término a Jorge Luis Borges. Desde ese entonces, este concepto se asignó a la mayoría de las obras del “Boom Americano”, caracterizado por los numerosos escritores que se dieron a conocer en esos años, tales como: Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Julio Cortázar, García Márquez, entre otros grandes exponentes del llamado “realismo mágico”.

Dentro de la historia hay pocos personajes, unos físicamente, como Felipe Montero, Aura, Consuelo, Saga, y otros ausentes, como el general Llorente, pero presentes dentro de la trama.

Felipe Montero, el protagonista, empieza desplazándose a través de un espacio en la ciudad de México, en un café, leyendo el periódico, para luego situarse en una

calle algo desconocida y antigua a lo manejado con lo contemporáneo del periférico y la gente, la calle Donceles en donde esta la casa de la anciana con numero 815. Ahí es a donde Felipe tiene que dirigirse para encontrarse con el pasado, representado por Consuelo quien se encuentra con el presente, por que Felipe es un joven de 27 años y Consuelo una anciana, consumida por el paso de los años.

Así pues, en la obra se aprecia como Consuelo, el pasado, se apodera de Felipe, el presente, y trata de ser ella misma el presente, a través de su sobrina Aura, por medio de la hechicería. Aura una muchacha joven y bella de ojos verdes y cautivadores, que al parecer actuaba mecánicamente, y ausente de varias escenas que pasaban dentro de la casa. Los sueños o encuentros de Felipe con Aura en su recamara y en la de Consuelo, son elementos del realismo mágico que parecen fantasías, pero en la novela se vuelven realidad, el lector piensa que el sueño fue sueño, pero lo que el autor quiere transmitir es un hecho real.

El hecho de que tan solo en cuatro días pase toda esta historia, es parte del realismo mágico, ya que es imposible que ocurran en tan poco tiempo todas las cosas que se narran. Felipe y Aura se tratan como si hubieran estado viviendo mucho tiempo juntos, se declaran su amor y se enamoran mutuamente uno del otro; Aura es su delirio y la sueña como la mujer que nunca encontró en el exterior.

Así es como el lector puede darse cuenta que Aura no es más que un espíritu, el espíritu de la

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