Modelo Evaluador

EL MODELO EVALUADOR.

En este ensayo se hablara de lo importante que es aprender sobre evaluación ya que es una de las cúspides fundamentales para entender nuestro proceder docente, construir nociones, tomar decisiones y trasformar nuestra práctica no puede darse en un mejor recinto que en el de la evaluación. Ahora bien, si de seguir un modelo evaluativo se trata, hay que reflexionar que si la evaluación como procesos de comprensión, dialogo y mejora es formativa, debe serlo también su planteamiento, su metodología, su informe y la interpretación y utilización de los resultados obtenidos.

Ya que la evaluación inicia desde que se empieza un ciclo escolar en el cual se evalúa diagnósticamente a los jóvenes que acaban de regresar de un tiempo de relax en que en ese tiempo no les importo ni siquiera levantar un cuaderno y estudiar un poco es ahí que cuando se aplica este tipo de exámenes se diagnostican quizás resultados bajos o pocos esperados ya que antes de ese tiempo de relajación por el que paso el alumno existieron bases y se supone que algún tipo de enseñanza.

Pero mediante el avance del ciclo y el intercambio de participaciones el alumno va creando su propio personaje principal donde el mismo va desarrollando sus propios aprendizajes y combinándolos con los que ya cuenta según su experiencia de aprendizaje es ahí donde aparece otro tipo de evaluación la coevaluación es aquella que se realiza entre pares o entre un grupo de estudio.

Dentro de la pedagogía, la coevaluación sobre todo es un nuevo método para evaluar los procesos de aprendizaje. La heteroevaluación y la auto evaluación también lo son. En este sentido, no sólo contribuyen al aprendizaje si no también en la tolerancia a los juicios de valor, pensamientos y opiniones de los demás, y a entender que, mediante el trabajo en equipo, podemos enriquecernos en el plano personal y en el plano educativo, académico o profesional.

Es entonces preciso decir que todo modelo evaluativo debe de ser veraz, eficiente y efectivo, ya sea para un proceso de aula o para un proceso institucional, debe ser meramente formativo, esto debido a que todos los elementos o sucesos imprescindibles de un modelo ocurren durante el proceso.

Todo modelo evaluativo debe considerar que tras el proceso evaluador, siempre conviene reflexionar sobre lo realizado y sobre lo conseguido, para incorporar la experiencia a nuevas evaluaciones y conseguir un proceso efectivo educativamente hablando.

Es entonces donde surge la interrogante ¿cómo podemos realizar la evaluación de de los procesos de enseñanza? En primer lugar, puede evaluarse la enseñanza a través de la evaluación de las unidades didácticas (su elaboración y aplicación en el aula) y de los aprendizajes que los alumnos alcanzan en cada una de ellas.

b) En segundo lugar, mediante una reflexión personal, sobre los

Indicadores pertinentes que pongan de manifiesto -individual o

Colegiadamente- hasta qué punto se corresponde lo que el profesor

Hace con lo que se considera adecuado hacer.

Si la evaluación tiene que ser formativa, debe serlo su planteamiento, su metodología, su informe y la interpretación y la utilización de los resultados obtenidos. En caso contrario no resultará coherente y no podrá llevarse a cabo por sus elementos internos no se corresponderán adecuadamente y no será posible llegar a conclusiones por falta de datos.

La meta puede estar perfectamente definida pero si falla el trazado apropiado de la vía resulta absolutamente imposible alcanzarla.

Además

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