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Mujeres De La Vida Alegre De La Escritora Ligia Minaya: Desarticulación Del Discurso Masculino.


Enviado por   •  11 de Octubre de 2013  •  3.898 Palabras (16 Páginas)  •  484 Visitas

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Mujeres de vida alegre de Ligia Minaya. Desarticulación del discurso masculino .

Doris Melo Mendoza.

La escritura femenina es una, que se refiere a textos escritos por mujeres, desde la experiencia de una voz femenina. Aquella, que recorre el camino de las vidas inventadas, que se filtra detrás del hablante o narrador.

Según el caso, la narradora podría ser en primera persona o como en la mayoría de los cuentos que estudiaremos aquí, será un narrador testigo, cómplice. omnisciente (narrador en tercera persona).

Cada una de los personajes plantea la necesidad de recrear sus vivencias, en las mujeres que la encarnan y contar sus historias de amor, pasión o desengaño desde la propia mirada. Rompiendo con los patrones que han sido construidos por ellas y su entorno en su trayectoria de vida. Desde la familia, la sociedad hasta los temores masculinos a los que ha estado de alguna manera expuesta.

Ligia Minaya es una escritora dominicana que centraliza su diatriba discursiva desde lo que entendemos como lo femenino. Con ello no quiero insertarla desde ya, en el tema que corresponde a la mujer desde la perspectiva “feminista de los años setenta u ochenta”. Más bien, deseo ubicarla en el discurso que se interesa en despertar la conciencia de la mujer, como un intento en descubrir quienes verdaderamente somos, como sujeto pensante en esta sociedad, en la que todavía parece ser que las mujeres no tenemos voz.

A Ligia Minaya se le conoce en el ámbito de las letras desde el año 1998. Ha ganado varios premios entre ellos dos galardones simultáneos en el Concurso de Cuentos de “Casa de Teatro” y otros honores muy bien merecidos por su trabajo literario. Nació en Moca, es abogada de profesión y ha desempeñado importantes cargos en su carrera como abogada en su país de origen. Además, mantiene una columna en el Diario Libre donde escribe artículos de compromiso con la sociedad y temas de actualidad.

Minaya es una escritora muy prolifera, en cuanto a la cantidad de novelas que ha escrito, y otros géneros como el cuento y el ensayo. Entre su libros podemos mencionar: Palabras de Mujer (1997), Cuando me asalta el recuerdo de ti (2003) El callejón de las flores, (2004), Mi corazón tiembla en la sombra (2007) Mujeres de la vida alegre (2009), Si cayese la ausencia (2011), Mariposa de arena (2012) entre otras.

La escritura de Minaya es una que va más allá del erotismo como se le ha querido encasillar. Es una que denota el buen manejo y el conocimiento del género literario que se trate. En este caso el cuento. Su discurso además, reafirma un compromiso con la sociedad dominicana donde todavía quedan rezagos machistas. Como se puede observar en los cuentos y novelas de la autora, en los cuales la sociedad margina a la mujer que está sola (sin la compañía de un hombre) y provoca que ella se preocupe, se sienta desdichada frustrada e incompleta.

Los relatos de Minaya se insertan en historias breves, argumentadas, sencillas y fácilmente comprensibles, bajo las que subyacen ejemplos de la complejidad humana de esta era; soledad, incomprensión, relaciones difíciles o imposibles, carencias y complejos etc. El nexo común de estos relatos, además del escenario es el encuentro entre personajes de cultura y nacionalidad muy similares aunque entre los personajes muchas de ellas proceden de extractos sociales diferentes.

En los relatos de Minaya, la mujer desarticula el discurso de poder del macho, dibujando la escritura de la otredad como resistencia. Su propósito es desarmar las estructuras del espacio, poder que sostienen las diferencias sexuales.

La autora, a través de las voces y las reflexiones que se cuelan en sus relatos, nos muestra la manera en que piensan sus personajes, que no son más que ecos de la sociedad en la que ha vivido toda su vida. Se trata de un grupo reducido de mujeres que se atreven a enfrentarse a la sociedad desafiando los cánones que gobiernan, atreviéndose a ser ellas mismas.

No queda duda que en los textos de Minaya se filtra el discurso erótico y sensual, situaciones que la autora plantea con seriedad . Aunque se cuele en el texto segmentos de humor, en los diálogos de los mundos de cada uno de estos personajes.

En el primero de los cuentos “El último bolero que bailé contigo”, el personaje dialoga consigo misma mientras en la puerta de la casa se abanica con un pañuelo. En sus mundos internos el personaje recrea un pasaje de su vida. Esteban su último amante se había marchado sin decir si quiera adiós:

“ He tenido tres esposos, varios maridos , muchos amantes, amigos de siempre y furtivos, algunos dejaron una huella perfumada que saco del baúl de los recuerdos cuando en soledad me amenazan los fantasmas. […]otros , los menos , de lo que solo guardo un último dolor llamado olvido, no le recuerdo ni en los momentos más ingratos. [..]con Esteban aprendí que el siempre que creemos puede ser un breve instante, que la eternidad es un intenso y estremecido andar de enamorados […] o simplemente el silencio apacible de un después”. (13)

Si observamos con atención el texto antes citado, la mujer se comporta con el pensamiento del hombre, quien le ha enseñado a ser práctica en el amor y no aferrarse a ilusiones que son las que provocan dolor en el alma. Minaya, en un tono que va desde el humor a lo serio, nos deja en este discurso una reflexión final a través del personaje:

[…] por el aprendí la espera y la impaciencia , a retener el paso ligero y la palabra inmediata. […] En él supe del deseo que arrebata la cordura, arrastra la cordura y nos rescata del vacío. […] Con Esteban fui yo misma, y otra, y volví a mi misma , y me repartí conmigo misma y con esa otra que a veces soy yo y esas otras que también soy yo y son para mí desconocidas”. (14).

Ella se reaprende, se hace sabia, recoge su poder y aprende a conocerse a saber ser ella misma, a aceptar derrotas y vivir plenamente su sexualidad , a ser una mujer libre:

“Gozamos cada instante como si fuera el último . En la cocina, en el baño, sobre la mesa y debajo de las sábanas , sobre ellas

[…] Tarde o temprano se iría . Lo sabía yo, no él que me juraba amor eterno. ¡Si otros se habían ido…! Y se fue Esteban . Para él el último. No para mí, que espero a otro Esteban para seguir bailando”.

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