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Plan De Secundari


Enviado por   •  22 de Agosto de 2011  •  5.204 Palabras (21 Páginas)  •  631 Visitas

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Introducción.

La adolescencia, en nuestra sociedad, es la etapa de transición entre la infan-cia y la vida adulta. Es un periodo marcado por importantes transformaciones biológicas que hacen posible que las personas alcancen la madurez sexual y puedan reproducirse. Este hecho, es fundamental para cualquier especie animal. Además, en el caso de la especie humana, alcanzar la madurez sexual repercute en las formas de relación que establecen los jóvenes entre sí, sobre todo entre jóvenes de diferente sexo, y tiene claras consecuencias en la formación de su personalidad e identidad. El joven ha de afrontar y dar respuesta a las expecta¬tivas que la sociedad y su entorno más inmediato atribuyen, de forma diferente, al género masculino y al femenino y ha de ir elaborando su identidad de perso¬na adulta en consonancia con su sexo. Éstos son algunos de los principales retos que ha de abordar para pasar de la niñez a la etapa adulta

De una generación a otra, se transmiten también valores, comportamientos, conocimientos, formas de vida, en definitiva, una serie de elementos que forman la trama social y cultural de cualquier comuni¬dad. Aunque el joven haya alcanzado la madurez sexual, tiene que seguir afron¬tando estos otros retos; unos desafíos que pueden ser considerados como "tareas" típicas de su desarrollo psicológico. Ha de adquirir aún aquello que le permitirá integrarse plenamente en su grupo cultural de referencia como miembro adul¬to: desarrollar nuevas formas de relación con los compañeros de ambos sexos y con los otros adultos, desarrollar un pleno sentido de sí mismo, aprender los roles asociados a su identidad sexual

En este sentido, la escuela y especialmente los profesores (naturalmente jun¬to a otras muchas instituciones sociales entre las que destaca la familia) tienen un papel muy importante para ayudar a los jóvenes a abordar los retos propios de esta transición hacia la vida adulta

CAPITULO I: EL PAPEL DE LA ESCUELA EN EL DESARROLLO DEL ADOLESCENTE

La escuela constituye uno de los escenarios en que los adolescentes de nuestra sociedad ocupan buena parte de su tiempo, sea directamente- estando en ella-, sea indirectamente –a través de la realización de tareas mas o menos relacionadas con la actividad escolar-.

La adolescencia puede caracterizarse, en su conjunto, como una etapa de transmisión hacia las formas de comportamiento personal y social propias de la vida adulta. Esa transmisión tiene, como una de sus notas definitorias, la de ser social y culturalmente mediada; dicho en otros términos, las relaciones e interacciones entre el adolescente y las personas que los rodean, así como las características de los distintos contextos en que participan, influyen de manera fundamental en la actualización de la nuevas potencialidades de comportamiento que ofrece la etapa, y en la manera en que se concretan la transmisión adolescente hacia la vida adulta. La escuela, como de los contextos en que los adolescentes participan de manera habitual.

Se afirma la importancia de dicha etapa como espacio educativo en que debe concretarse para los diversos alumnos el apoyo de la escuela a la transición adolescente en distintos ámbitos. Entendemos que llevar a cabo efectivamente ese apoyo desde la institución escolar plantea retos importantes a la propia escuela; retos que demandan, a su vez, ciertos cambios y prioridades de acción en la practica habitual para poder afrontarse con éxito.

La trasmisión de padres a hijos “herencia cultural” puede guiar y regular el propio comportamiento, la adolescencia es, por lo tanto, un proceso esencialmente psicológico y social que se relaciona íntimamente, pero que a la vez debe distinguirse claramente, lo que denominamos “pubertad”.

Y la tarea evolutiva global a la que se enfrenta los adolescentes es, en ultimo termino, la de dominar el amplio y complejo conjunto de recursos e instrumentos psicológicos que abren la puerta a las forma de comprensión y actuación autónoma en relación a uno mismo y al entorno físico, personal y social que, en el grupo de que se trate, se consideran distintivas y asociadas típicamente a los miembros adultos y de pleno derecho de ese grupo.

De forma similar, la consideración de la adolescencia como periodo de transmisión hacia formas mas potentes y autónomas de comportamiento de transición “normativa”, por decirlo en los términos de algunos autores reditúa y re significa el carácter supuestamente conflictivo, de “tormenta y drama”, que muy a menudo se considera como el rasgo mas definitorio o característico de los adolescente es el hecho de estar tratando de elaborar su proyecto de vida y su identidad como individuo adulto.

1.2 Construcción personal y mediación social en la transmisión adolescente.

Los procesos de cambio en la adolescencia no presentan un carácter siempre idéntico ni se manifiestan siempre en los mismos comportamientos, sino que muestran notables diferencias entre los adolescentes y otros. Desde esta perspectiva los adolescentes deben dominar capacidades cualitativas nuevas y diferenciadas con respecto a las que les permitan un adecuado funcionamiento psicológico durante la infancia, pero esas capacidades no se insertan en el vació o ni aparecen de la nada, sino que se desarrollan a partir de las anteriores existentes, eventualmente transformándolas y reorganizándolas.

Las capacidades y recursos previos, con todo, informan y condicionan, pero no determinan por completo, la transición adolescente. En ultimo termino, esas capacidades se ponen en juego entre el adolescente y su entorno y muy particularmente entre el adolescente y las otras personas que forman parte de ese entorno.

Unas normas de relación interpersonal adecuadas, que apoyen al adolescente en su recorrido de transición, planteándole retos que puedan afrontar con ayuda necesaria y ofreciéndole el apoyo emocional y los instrumentos para resolverlos, pueden contribuir de una manera decisiva a un transito fluido y una salida positiva hacia la vida adulta , incluso en adolescentes con historias evolutivas y bagajes de competencia escasamente favorables.

El pensamiento formal no se produce de manera espontánea y automática en los adolescente, sino que esta afectado fuertemente por su conocimiento y experiencia previa en dominios específicos de contenido y tarea, así como por su implicación en determinados contextos y actividades, incluyendo ciertos contextos educativos. El desarrollo del pensamiento formal parece estar delimitado por aspectos como el nivel educativo y cultural, los dominios de especialización laboral y académica o la participación

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