El Pensador Griego Como Hombre De Acción Y Su Legado

La labor del pensador o intelectual, tomado en consideración según Hubeñak, F. (2011), está en comunión con la política debido a la capacidad que debe desarrollar para poder enfrentar la inquietudes cotidianas del mundo.

Su origen viene del pensador de la Grecia Antigua, el cual se preocupaba de una manera más existencialista de “el problema del hombre y su destino” Hubeñak, F. (2011). Su participación activa dentro de las polis (“cosa de todos”) y su interés primordial por la sociedad y su conformación, permiten afirmar que “hacían política”. Uno de los principales ejemplos, es Platón.

Con los tres viajes que realizó Platón por el mundo, conoció a distintos personajes, y por lo tanto distintas formas de pensar y ver el mundo, al regresar a su ciudad natal (Atenas), funda la “Academia” la cual fue básicamente una escuela de formación de dirigentes políticos. Esta “academia” era considerada como una política poco práctica.

Las ideas de estos pensadores fue más allá de sus barreras geográficas, ya que se difundió con una mayor facilidad cuando Macedonia fue conquistado por los Romanos, en donde estos según Tucídides “Roma comenzó a pensar en griego” Hubeñak, F. (2011). La diferencia que enmarcaba drásticamente a ambos imperios mediante esto, es que el romano no se dedicaba a escribir su historia, más bien se dedicaba a construirla, pues esa era la mentalidad del pensador romano, dando paso abierto para la entrada del “cristianismo” por medio de las conversiones como es el caso del emperador Teodosio, dando como resultado que ahora ya no serían pensadores “cristianos” (para el caso de roma con el cristianismo unificado), sino más bien serán ahora Teólogos.

Posteriormente transcurrido el periodo de la historia, por el S. XVII los pensadores serán conocidos como “hombres de letra” el cual éste con las innovaciones como la imprenta, trató de ser más independientes para poder expresar sus ideas a más personas, no tan solo a los grandes poderes como el Papa o gobernantes.

Dicho objetivo fue corrompido por la ambición a la fama, y así fue como sin ganar autonomía total, se expresaban en salones, auditorias o la corte más preocupados por llamar la atención que por la importancia de lo que decían.

Con el tiempo, la “cultura de masas”, el saber que toda la realidad no se encuentra solo en libros, y las influencias de los medios masivos de comunicación comenzaron a acceder al poder y los negocios (como negación al ocio).

Finalmente podemos decir que la misión de los intelectuales no es la de dominar el mundo, si no la de poder interpretar las cosas que están sucediendo a su alrededor, poder transformarlas e influir sobre ellas. Un ejemplo de ello es la Iglesia Católica que trata de explicar los acontecimientos del mundo mediante la Teología y los propósitos de la existencia de Dios sobre nosotros.

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