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"Ideas Para Una Filosofía De La Historia De La Humanidad", Herder


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  2.395 Palabras (10 Páginas)  •  1.674 Visitas

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“Ideas para una Filosofía de la Historia de la Humanidad”, Herder (1784-1791) 02 abril 2012

Un acercamiento bibliográfico a los Libros IV y V.

Nombre: Matías Collao Jara

Seminario Filosofía de la Historia

Profesora: María José Lopez

Licenciatura en Filosofía UCH

Herder, a través del libro IV y V de “ideas para una Filosofía de la Historia de la Humanidad”, conjetura fundamentos y planteamientos con el objeto de dilucidar como es que el hombre es superior al resto de las especies de la naturaleza y su relación con éstas. Así, partiendo del ser humano y su naturaleza organizada para la actividad racional, realiza un recorrido descriptivo del hombre como animal condicionado por facultades que lo conducen a un progreso eterno y superior, hasta el actual estado de los hombres en sociedad.

Para ello serán repasado los capítulos de dichos libros (IV y V), en su totalidad.

En el libro IV, Herder comenzará por describir las condiciones que hacen al hombre un ser susceptible de razón, en “El ser humano está organizado para la actividad racional”. Parte por una descripción temprana de lo que diferencia al hombre de otras especies, y de los animales. Con preguntas como: ¿qué es lo que nos hace animales?, da por iniciada una lista descriptiva acerca de aquello que nos provee “humanidad”, con ejemplos distintivos de animales, inclusive de especies similares como los simios.

Como primer factor distintivos de estos animales, indicará que el hombre es único por su postura erguida, la cual forma “un centro de gravedad perpendicular”, la postura erguida y gallarda del hombre como señal de que “toda forma exterior de la naturaleza es reflejo de su interior” , la condición estética del hombre como receptora de “la mas sagrada de tus criaturas terrenales (oh! Gran madre), el laboratorio de la inteligencia humana”. Pues claro, “el tamaño del cerebro en una criatura es una condición esencial, pero no la única”. El cerebro como receptor principal de las ideas y sensaciones espirituales, ha de ser el mas seguro de sus archivos, donde morarán los pensamientos. El cerebro será un laboratorio de ideas, que será fuente propicia de lo que se Herder llamará reflexión superior: “han de sumarse las circunstancias exteriores de la enseñanza y del despertar de las ideas”. Herder procederá diferenciado al hombre de otros animales en el empleo y perfeccionamiento de sus sentidos, concluyendo que es el hombre donde estos alcanzan su mayor expresión. El cerebro humano es perfecto, dice Herder, en la medida, que la preferencia de su formación depende “notoriamente de su perfecta organización de conjunto”. Pues, en el caso de los animales similares a los hombres, “la relación de sus partes con el todo según su posición recíproca y la dirección de la cabeza en su organismo” va en estricta relación con sus instintos por sobre el entendimiento.

La figura erecta del hombre es, por lo tanto, un inmenso privilegio al ser elegido como el ser vivo cuya “toda proporción de las fuerzas orgánicas de un animal no es favorable todavía para la razón”, a excepción, claro está, la del hombre. Especie que posee la forma de “un árbol que quiere subir, coronado con la mas bella de todas las coronas: una primorosa formación de ideas”.

Siguiendo con el libro IV, Herder optará por dar una “mirada retrospectiva desde la organización de la cabeza humana hacia las criaturas inferiores que se le aproximan por su formación”. Herder procede con analogías de las especies de la naturaleza con respecto a a la relación de su cabeza con la estructura general de sus miembros.

Hay un principio evolutivo en relación con desarrollo del cerebro en los animales: “siempre un cerebro cada vez mas primoroso, con el fin de concentrar en la criatura un mas libre centro de sensaciones y pensamientos”. Estableciéndose una cadena ascendente entre las especies, del mas sencillo gusano y zoófito hasta el mas complejo mamífero marino. Herder relacionará finalmente el desarrollo del cerebro, la figura erecta y la belleza: “La figura erecta es la más bella y la mas natural de todas las que crecen en la tierra”.

Luego, en un tercer capítulo del libro IV, Herder abordará cómo es que “el ser humano está organizado para sentidos mas primorosos, para el arte y el lenguaje”. Primero menosprecia aquellos animales mas salvajes para los cuales el olfato y el gusto representan sus sentidos mas importantes, animales de deposición horizontal. Pues, con “la marcha erecta se convirtió el ser humano en una obra de arte”, y con esta estructura el hombre obtuvo “unas manos libres y artísticas, instrumentos idóneos para las manipulaciones más delicadas y para buscar constantemente ideas nuevas y claras”. Pero, el hecho determinante es que “un resorte que los pone a todos (los sentidos) en movimiento: fue el divino don del habla. Sólo mediante el habla se despertó la razón dormida”. Es decir, sin el lenguaje, el hombre jamás habría de poder desarrollar todos los fines alcanzables por la razón, por tanto: “los instrumentos del lenguaje pueden y deben considerarse como el timón de nuestra razón”, es decir, la naturaleza formó al hombre pare el lenguaje, y además: “dios le enseño también el arte de traducir ideas en sonidos”. Con el habla ha de comenzar el ejercicio de la razón y la cultura de la humanidad, pues solo por ella el hombre se denomina a sí mismo y “ejerce la meditación y arbitrio de que es capaz en virtud de su organización”, esto es, una primera aproximación a una conducta propia de la condición humana, que es la política.

Esta organización, como fin de su especie, ha de expresarse en el hombre por medio de “sus instintos el hombre está organizado para la libertad”. La razón es, dice Herder, “algo que se llega a saber, una aprendida proporción y dirección de las ideas y fuerzas”, es decir, “la razón del hombre es humana”. Y esta condición no es accidental, el hombre debe seguir su objetivo: “aprenderlo todo como su marcha erecta, solo cayéndose aprende a andar y a menudo solo por los errores llega a la verdad”. La razón además de significar una misión para el hombre, ligada a su desarrollo como especie, implica la condición en libertad de su existencia, única entre los animales de la naturaleza.

El hombre deberá renunciar al impulso constante que han de sugerir las inclinaciones, por medio de los deseos, éstas intentarán apartar al hombre de su naturaleza

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