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ARISTÓTELES ÉTICA A NICÓMACO


Enviado por   •  30 de Junio de 2012  •  2.001 Palabras (9 Páginas)  •  1.068 Visitas

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Introducción

Es una obra escrita por Aristóteles en el siglo IV a.C. Esta dedicada a su hijo Nicómaco, se desarrolla en diez libros que hablan sobre la felicidad. Ética a Nicómaco se considera una obra fundamental de la cual se basa la ética occidental. Se le conoce como el primer tratado sistemático sobre la ética.

La obra empieza definiendo lo esencial de la ética, el bien. Basándose en el concepto de virtud, que sería el buen obrar, se establece dos clases de esta, las virtudes éticas, morales o de carácter como la justicia, que viene del alma que expresa deseo y esta se rige por la razón, y las virtudes dianoéticas, intelectuales o racionales, que son las que permiten alcanzar la felicidad y vienen del alma racional. El muestra cómo el placer tiene que ver también con la felicidad, y por lo mismo con la ética. Como el hombre es social, necesita amigos para alcanzar la felicidad completa. Esto le lleva a una descripción final de la felicidad que será la que se alcance por una actividad acorde con la virtud más importante.

Libro I: Sobre la Felicidad

En el primer capítulo propone la definición del bien, y muestra cómo todas las acciones y elecciones humanas van dirigidas a un fin, o sea, el bien. Pone asimismo dos diferencias de fines: unos, que son acciones, como es el fin del que aprende a tocar un instrumento o cantar, y otros, que son obras fuera de las acciones, como es el fin del que aprende a curar o edificar. Demuestra asimismo cómo unas cosas se apetecen y desean por sí mismas, como la salud, y otras por causa de otras, como el barco, por la navegación, la navegación por las riquezas, las riquezas por la felicidad que se cree o espera hallar en las riquezas.

El hombre virtuoso es el mejor de todos que por sí solo comprende todas las cosas, es también noble el que sabe oír a los buenos consejos, pero quien no comprende nada por sí mismo, ni retiene en su mente las palabras de otro, es un hombre absolutamente inútil. El bien propio del hombre es la actividad del alma en conformidad con la virtud. La felicidad se alcanza mediante la virtud y cierto aprendizaje o ejercicio debe ser considerada como una cosa divina. Llamamos virtud humana no a la del cuerpo, sino a la del alma, y afirmamos que la felicidad es una actividad del alma.

Libro II: Naturaleza de la virtud Ética.

Existen dos clases de virtud, la dianoética y la ética. La dianoética tiene su origen principalmente (y también su incremento) en la enseñanza, por eso requiere experiencia y tiempo; la ética, en cambio, procede de la costumbre.

La virtud del hombre será también el hábito por el cual el hombre se vuelve bueno y, por el cual, realiza bien su función propia. La virtud, por tanto, es un hábito voluntario y electivo, que consiste en un término medio respecto a nosotros, determinado por la razón y específicamente por aquella razón por la cual decidiría el hombre prudente. La virtud es un término medio. Por todo aquello, es trabajoso ser bueno y ello es así porque es trabajoso hallar el término medio en todas las cosas. Por ejemplo, si se trata de dar y recibir dinero, el término medio lo constituye la generosidad, siendo el derrochamiento el exceso y la tacañería el defecto.

Libro III: Acciones Voluntarias e Involuntarias.

El hombre, dueño de sí mismo por el contrario, actúa mediante elecciones y no impulsado por el hábito. La opinión se distingue por ser verdadera o falsa, jamás por ser buena o mala, mientras que la elección se distingue justamente por lo último, es decir, por ser buena o mala. Gracias a nuestras elecciones de lo bueno o de lo malo, tenemos un carácter determinado (personalidad y temperamento) pero nunca por nuestras opiniones.

Cuando tomamos una decisión después de haber deliberado, nuestros deseos concuerdan con esta deliberación. En efecto, el bueno juzga bien las cosas y en todas se le muestra la verdad. Lo que más diferencia al hombre bueno es su capacidad de ver la verdad en todas las cosas. Al afirmar que las virtudes son voluntarias, somos en ciertos modos responsables de nuestros hábitos y en consonancia con nuestra condición proponemos un fin determinado.

La virtud del intelecto es la sabiduría, o el conocimiento de los fines de la vida; la virtud de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la virtud de las emociones es la templanza, o el autocontrol.

Libro IV: Examen de las virtudes Éticas.

El término medio respecto de las riquezas, Liberalidad. Es más propio del hombre generoso dar a quienes se debe dar donde se debe. Por esta razón, el reconocimiento o gratitud se tributa al que da, no al que recibe. La magnanimidad, tiene por objeto grandes cosas, el magnánimo es aquel que tiene grandes pretensiones y es acreedor de ellas. La generosidad es un término medio relativo a dar y tomar riquezas. El generoso dará y gastara en lo que se debe y cuanto se debe, tanto en las cosas grandes como en las cosas pequeñas y lo hará siempre con agrado y, del mismo modo, tomará de donde debe y cuanto debe. El hombre sincero es el que ama la verdad y la dice cuando es indiferente decirlo o no, claro que la dirá cuando no sea indiferente decirlo, es decir, cuando sea importante. Al final menciona la vergüenza, un sentimiento virtuoso que ayuda a los jóvenes a encontrar el medio en sus sentimientos.

Libro V: La Justicia

Hay común acuerdo en llamar justicia a la disposición que hace capaces a los hombres de practicar lo que es justo, obrar justamente y querer lo justo. Atribuimos el calificativo de justo a todo aquello que tiene una condición capaz de producir y conservar la felicidad y sus constitutivos para la comunidad pública. Efectivamente, todos están de acuerdo en lo referente a las distribuciones o

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