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Acto Moral


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2011  •  2.697 Palabras (11 Páginas)  •  1.994 Visitas

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EL ACTO MORAL

39.1) Su estructura personal

39.2) Objetivo, fin y circunstancias

39.3) Impedimento del acto moral

39.4) El problema de los actos indiferentes

39.5) Actos y actitudes; la opción fundamental

39.1 Su estructura personal

En el hombre hay dos series de operaciones, de acuerdo con el modo que hayan sido realizadas: los llamados actos del hombre, que proceden del hombre, pero sin dominio racional; y los actos humanos, que el hombre realiza según su modo específico propio, es decir, en cuanto ser racional y libre. Se puede decir que actos humanos son aquellas acciones internas y externas en las que el hombre actúa por su voluntad, a propuesta del entendimiento y previa la deliberación anterior. Se les define también como los actos voluntarios y deliberados.

El acto humano implica una estructura cuyos elementos generales y esenciales son: A) El cognoscitivo: B) El volitivo: c) La libertad

A) El cognoscitivo

Es el elemento imprescindible, porque no se puede querer algo si antes no se conoce, y tampoco podemos querer algo libremente si no somos conscientes de ello. Este conocimiento incluye la advertencia - atención de la mente al acto-, la deliberación - valoración sobre la conveniencia o inconveniencia del acto-, y el imperio -la determinación al querer-.

No basta cualquier conocimiento para que haya un acto humano; pero no se requiere un conocimiento tan completo y exhaustivo que apenas podría darse en la práctica. Puede decirse que, en general, para que haya un acto humano es necesario y suficiente con que el sujeto tenga advertencia del acto que va a realizar y de su conveniencia o inconveniencia: así el sujeto puede ser dueño de ese acto.

B) El volitivo:

Santo Tomás define el acto voluntario como "el que procede de un principio intrínseco con conocimiento del fin" (S. Th I-II, q 6, a 1). Dos cosas son, así, necesarias para que algo se diga, en sentido verdadero, voluntario : a) Que procede de nuestra voluntad a manera de efecto; y b) que el efecto o resultado de nuestra voluntad haya sido, al menos en su causa, previsto por el entendimiento, previamente a ser realizado por la voluntad. Son también voluntarios los efectos o resultados de las acciones y hasta de las omisiones, con tal que se hubieran previsto y fuera obligación de evitarlo.

c) La libertad

Es característica esencial de los seres inteligentes y, por tanto, de su actividad. Sin ella, el obrar humano se queda a un nivel puramente animal. Sin libertad no puede haber vida moral porque, para obrar moralmente, no basta con saber distinguir entre el bien y el mal, se necesita también tener posibilidad de autodeterminarse con dominio del acto. Sólo de esta manera se puede ser responsable y, por tanto, capaz de mérito o culpa, de premio o castigo.

39.2 Objeto fin y circunstancias

La determinación de la bondad o malicia de los actos humanos se hace por los elementos que los integran: El objeto, el fin y las circunstancias. Estos elementos no intervienen todos de la misma manera, cuando determinan la moralidad de los actos humanos buenos y la de los actos malos. Para que un acto sea bueno, deben serlo a la vez necesariamente el objeto, el fin y las circunstancias; y para que sea malo basta con que uno de ellos contraríe la norma moral.

El objeto de la moral: Es la primera y fundamental fuente de moralidad: si el objeto es malo, el acto será siempre malo, aunque las circunstancias y el fin sean buenos; "No se puede hacer el mal para que sobrevenga el bien" (Rom 3,8); el fin no justifica los medios. En cambio, si el objeto es bueno, el análisis para una calificación completa y verdadera del acto debe proseguir por el fin y las circunstancias.

Las Circunstancias del acto moral: Son aquellos aspectos accidentales del objeto o de la intención del agente, que afectan de algún modo a la bondad de la acción, pero sin cambiar su sustancia. Por ejemplo, el cariño con que se da una limosna, etc. Si el fin y el objeto eran como la forma y la materia, respectivamente, del acto moral, las circunstancias son como sus accidentes. Por tanto, si el acto es bueno o malo por su objeto y fin, las circunstancias acrecientan o disminuyen accidentalmente su bondad o maldad.

El fin del acto moral es el objetivo al que el agente ordena sus actos, es decir lo que se propone conseguir. Este fin, junto con el objeto, determina la sustancia del acto moral. El fin es la intención subjetiva que pretende el agente con la acción.

39.3 Impedimentos del acto moral

El conocimiento intelectual y la voluntariedad son decisivos para la libertad; todo aquello que de una u otra manera reduzca el conocimiento o la voluntariedad de la operación humana, disminuye o anula la libertad.

Estos obstáculos son fundamentalmente la ignorancia, las pasiones, el miedo, y la violencia. Se dan también otros trastornos psicopatológicos, que pueden influir muy directamente en la libertad requerida para los actos humanos. Todas estas dificultades se conocen como impedimentos del acto humano:

Violencia: Es la acción exterior que fuerza a la persona para que actúe contra su voluntad. Para que haya violencia completa o coacción, se requiere: a) que sea ejercida por otro, pues nadie puede causarse violencia a sí mismo; b) que se oponga al querer del sujeto: si este cede o colabora, ya no se puede hablar de violencia al menos perfecta.

Ignorancia: Es la carencia del conocimiento requerido para el acto moral. Destruye o debilita la libertad del acto externo al impedir el conocimiento necesario para la voluntariedad del acto. La ignorancia es carencia de ciencia en quien debería tenerla. Difiere de la nescencia o simple falta de un conocimiento, en quien no tiene deber de poseerlo. En la ignorancia se puede distinguir:

a)Iuris: Es el desconocimiento de la ley, divino o humano, civil o eclesiástica.

b)Facti: Es el desconocimiento de algunos aspectos de la acción que la hacen buena o mala.

c)Inculpable: Se da cuando se han puesto los medios debidos y, pese a ello, no se ha llegado al conocimiento de la verdad. También es llamada invencible, en cuanto quien la padece no puede vencerla y librarse de ella, pese a los debidos esfuerzos puestos para alcanzar

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