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Agosto 11 nota2


Enviado por   •  6 de Mayo de 2015  •  819 Palabras (4 Páginas)  •  162 Visitas

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Leí por primera vez este libro hace mucho tiempo, fue por allá por 1980, cuando apenas tenía 15 y leía casi todo lo que caía en mis manos, sin discriminar mucho entre gustos, autores o ideologías, incluso.

Con afanes algo intelectuales, luego de tres o cuatro años de universidad, repetí su lectura unos seis años después. La efervescencia política era grande en Chile y no podía sustraerse uno al mensaje de denuncia de la obra en comento. Más aún si en la universidad había tenido ya varios enfrentamientos con el mundo “progresista” por ese incomprensible afán de quemar bancos, cerrar con candado las salas e impedirnos tener clases normales a quienes no estábamos de acuerdo con su lucha violenta, ideologizada y desprovista de intereses académicos. No me perdonaba la izquierda querer estudiar y me tildaron con todos los sobrenombres posibles, aunque podían reducirse a uno: “fascista”.

Mi lectura del Iván Denisovich en esa época se tiñó, por tanto, de mis malas relaciones con la izquierda universitaria.

Hace pocos días, al quitar un poco de polvo de mi biblioteca (nunca todo el polvo, pues algo de venerable tiene aquel que se acumula en la paciencia de los libros), se me apareció el rojo tomo publicado en 1963 por Luis Caralt en Barcelona.

La relectura me reveló mundos nuevos que vale la pena compartir.

Es distinto leer el Iván denisovich cuando ya ha terminado la Guerra Fría. Adquiere otra dimensión la lectura de esta novela realista cuando ya no existen ni el Muro de Berlín, ni la Unión Soviética, ni los campos de concentración del Gulag.

Se levanta, entonces, una nueva dimensión en esta obra que la hace, en justicia, ubicarse entre las indispensables de todo buen lector.

Como recordarán Shukov (Iván Denisovich), joven oficial del ejército rojo, cae prisionero de su propio país al volver de una misión en tierras alemanas. De nada le vale el esfuerzo desplegado en la guerra, es encontrado culpable y enviado a un campo de concentración donde será vejado, mal alimentado y obligado a ejecutar trabajos forzados, convirtiendo su vida en apenas una supervivencia.

Aquí es donde, a mi juicio, se alza la gran enseñanza de esta obra: la búsqueda y encuentro de la más genuina dignidad humana. Todo está en contra del pobre Shukov: su injusta condena y el maltrato a que es sometido podrían, en un espíritu de menor altura, minar sus esfuerzos por vivir y por conservar la dignidad humana pero el lo mantiene aún a costa de ingenio y sacrificio enormes.

Desde el no perder nunca la esperanza, el nunca entregarse a la bota que pisotea y humilla, el encontrar en todo momento algo que hacer para sentirse vivo, el recoger y guardar cada cosa que pueda ser útil para sobrevivir -aguzando con ello el ingenio y la volunta-, hasta detalles mínimos como

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