EL AVANCE DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA EN LA ÉPOCA CONTEMPRANEA

RESUMEN

En el presente ensayo se revisaron diferentes artículos con el propósito de analizar las diferentes teorías de la argumentación, dándole mayor importancia a los aportador por los filósofos Perelman y Robert Alexy, partiendo del escrito del autor Manuel Atienza. De igual forma, afianzar cada una de las teorías presentadas por estos filósofos. El objetivo de este ensayo es aclarar, encadenar, complementar y entrelazar las teorías argumentativas, en la medida en que para un autor es y para lo que el otro le da más relevancia. Puedo, entonces, concluir que si se unen estas dos teorías para hacer ejercicio de las técnicas argumentativas en un discurso, enfrentándose a un auditorio –independientemente del que sea- el manejo de éste va a ser más fluido; por lo que, saber distinguir estos dos autores en lo que nos centramos, es vital para llevar con eficacia las argumentaciones que se desee en cualquier tipo de escenario u espacio.

Palabras Clave: Argumentación, auditorio, discurso.

INTRODUCCIÓN

El surgimiento de las teorías argumentativas data desde la antigua gracia, cuando el filoso clásico Aristóteles empieza a plantear los razonamientos analíticos o lógicos formales como también los razonamientos dialécticos o retóricos. De esta manera y a partir de ahí, Perelman basa su teoría de la argumentación en los razonamientos dialécticos para así dar inicio a lo que hoy le llaman “nueva retórica”, implantada por éste desde la segunda mitad del siglo pasado, donde para él lo que primaba en la implantación de su argumentación el auditorio, que es y giran en torno de sus argumentos retóricos expuestos por el orador. Posteriormente a Perelman, es Habermas es quien habla de la argumentación, y comparte con Perelman la idea de un concepto amplio de razón; pero, a diferencia del filósofo polaco, Habermas la dan gran importancia al discurso que profiere el orador. En este orden de ideas, es Robert Alexy quien hace de la teoría de Habermas suya, pero poniéndole un “toque” de mejoría. De tal manera que éste hizo una recopilación de la teoría del discurso pero ya más procedimental con fundamentos en unas reglas.

En este contexto, en este ensayo se pretenda dar cuenta de cuál de las teorías expuestas da mayor claridad y es más conveniente dar uso de ella. No obstante, si se encuentra que, -si la una es complemento de la otra y que un autor le aporta al otro-, se combinan las dos teorías, se recomendará, pues que se profundice con cierta destreza los dos autores y ambas teorías para el ejercicio de unos muy buenos argumento para el fin que estos dos autores proponen.

EL AVANCE DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA EN LA ÉPOCA CONTEMPRANEA

Chaim Perelman –el llamado Cicerón de la época- ubica su teoría en los razonamientos dialecticos y retóricos de origen aristotélico, como ciencia de lo probable, es decir, de la argumentación. Su teoría se centra, pues en ampliar el campo de la razón más allá de los confines de las ciencias deductivas y de las ciencias inductivas o empíricas, para dar cuenta también de los razonamientos que se presentan en las ciencias humanas, en el derecho y la filosofía, para probar su tesis; a lo que Perelman ciertamente le interesa es el estudio la estructura y la lógica de la argumentación. Arranca, el filósofo del derecho, de la idea de que el análisis de los razonamientos que utilizan los políticos, los jueces y los abogados debe ser el punto de partida para la construcción de una teoría de la argumentación jurídica .

La nueva retórica consiste, por tanto, en una teoría argumentativa, complementaria de la teoría de demostración objeto de la lógica formal . Los argumentos retóricos tratan de mostrar el carácter razonable (persuadir), plausible de una determinada decisión u opinión. Perelman en conjunto con Tyteca, en el Tratado de la argumentación, dividen el estudio de la teoría de la argumentación en tres partes: los límites de la argumentación, la tesos de partida, y las técnicas argumentativas, es decir, los argumentos en sentido es estricto; es por ello que Perelman distingue tres elementos esenciales para que la argumentación se lleve a cabalidad, ellos son: orador, discurso y el auditorio. Este último es –para Perelman- el actor más importante dentro de la argumentación, pues que es –como él lo define- “el conjunto de todos aquellos en quienes el orador quiere influir con su argumentación ”. Él hace una clasificación en los auditorios: Universal, conformado por todos los entes dotados de razón, cuya finalidad es el convencimiento; y, por último, el particular, donde la finalidad es la persuasión, lo que interesa es lograr una acción o un resultado.

Para argumentar, según Perelman, se necesita de un discurso, y el propósito de ese discurso es lograr la adhesión del auditorio. Esta adhesión –de la que nos habla Perelman- se llega por medio de la persuasión, que es la finalidad de los argumentos retóricos. El logro de esa persuasión requiere el contacto del orador con el auditorio, lo cual necesita de un contacto intelectual,

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