EL LIDER RESONANTE CREA MÁS - DANIEL GOLEMAN RESUMEN CAPITULO 7

AUTOGESTIÓN Y EMPRENDIMIENTO

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LÍDER RESONANTE (GOLEMAN – CAP.7)

La Motivación para el Cambio

Se debe cobrar conciencia de tener las competencias de la inteligencia emocional necesarias para llevar a cabo un proyecto, especialmente conciencia social y gestión de relaciones.

Es importante obtener las competencias de la autogestión como confianza en sí mismo y adaptabilidad.

En otras palabras es necesario conectarse con el yo ideal para darse cuenta de las fuerzas con las que se cuenta para llevar a la práctica nuestras expectativas.

El primer paso es establecer contacto con el yo ideal.

El Primer Descubrimiento: El yo ideal, el comienzo del cambio

Conectar con los propios sueños da lugar a pasión, entusiasmo y energía que puede ser transmitido a los subordinados.

El yo ideal es la persona que a uno le gustaría ser, tanto a nivel personal como a nivel profesional.

Para seguir con el proceso de desarrollo de la inteligencia emocional es necesario comenzar estableciendo contacto con el potencial que se oculta en nuestro yo ideal.

El autentico cambio exige el compromiso y la dedicación profunda a una imagen ideal futura de uno mismo.

Se debe poner atención en que a veces después de tener la sensación inicial de entusiasmo por el futuro ideal, se pierde de inmediato y nos frustramos por cuanto dista lo real con lo ideal y nos preocupamos por los obstáculos que pueden presentarse.

Se debe activar la corteza prefrontal izquierda que permite imaginar lo bien que se siente alcanzar la meta ideal. No se debe activar la corteza prefrontal derecha que ocurre cuando no se presta tanta atención a la imagen ideal, sino que a los obstáculos que nos hace ser pesimistas y nos desmotiva alejándonos del éxito.

¿Cómo será ud dentro de 15 años?

Independientemente de la viabilidad de la visión, uno trata de imaginarse en 15 años más pensando en que el ideal se alcanzó.

Al hacer esto se libera una energía que despierta el optimismo.

Visualizar el futuro ideal nos hace establecer contacto con las posibilidades reales de transformar nuestra vida.

El YO DEBERÍA frente al YO IDEAL

En The Hungry Spirit (Charles Handy) se describen dificultades para conectarse con el yo ideal. El escritor muestra como se ve seducido por el poder y la fama y acaba sucumbiendo a las expectativas de los demás.

Cuando otras personas nos dicen como debemos ser, nos dan SU versión de nuestro yo ideal.

El yo debería es la persona en la que supuestamente deberíamos convertirnos.

Max Weber denominó “Jaula de Hierro” al momento cuándo aceptamos ese yo debería, convirtiéndose en una prisión. (estudiar la carrera que los padres nos dijeron que estudiaramos)

Con el paso del tiempo las personas acaban perdiendo contacto con su yo ideal y su visión se torna confusa y pierden de vista sus sueños.

Cuando la entre el yo ideal y el ideal impuesto por el programa de formación es muy grande, el resultado es la apatía o la subordinación.

Sin visión no hay entusiasmo

Los líderes que quieran mejorar su rendimiento laboral deben hallarse emocionalmente comprometidos con su propio desarrollo personal y, para ello, es necesario que establezcan contacto con lo que realmente les importa.

Reflexionar sobre como uno se ve en el futuro y hacer un plan para convertir ese sueño resulta movilizador e inspirador.

La Filosofía: como determinamos los valores

Los valores desempeñan un papel muy importante en el descubrimiento del yo ideal, pero como estos cambian con el tiempo, se debe prestar atención a nuestra filosofía que es más estable.

Cada persona puede tener el mismo valor más importante pero la conciencia sobre estos varía y se interpretan de diferente manera.

Estas diferencias reflejan las distintas filosofías subyacentes: Pragmática, intelectual y humanista. Cada una de ellas nos hace actuar de manera diferente, pensar y sentir diferente.

La filosofía pragmática dice que el valor de una idea, esfuerzo, persona u organización reside en su utilidad. Estas personas creen ser los principales responsables de sus vidas y miden las cosas para determinar su valor. Valoran más la autogestión. Su visión individualista los empuja demasiado a un estilo de liderazgo timonel en vez de uno democrático.

La filosofía intelectual gira en torno al deseo de comprender a las personas, las cosas y el mundo elaborando modelos de su funcionamiento para predecir el futuro dándonos seguridad emocional. Estas personas toman decisiones siguiendo la lógica, pautas racionales y confían en competencias cognitivas dejando de lado las competencias sociales.

La filosofía humanística considera que el sentido de la vida se asienta en las relaciones personales. Estas personas valoran más a la familia y amigos que al resto de las relaciones. Valoran más la lealtad que las habilidades o dominio de una tarea. Los líderes humanistas tienden a las modalidades de liderazgo democrático, afiliativo o coaching.

Los principios que nos guían

Cuando ampliamos nuestra visión y pensamos, por ejemplo, en lo que podríamos hacer antes de morir, se abre ante nosotros un horizonte de posibilidades completamente nuevo.

En estudios, más del 80% de los principios guiadores que se mencionan, no tienen nada que ver con la carrera.

El ideal del cambio constante

Los sueños van reformulándose a lo largo de la vida profesional y lo mismo ocurre

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