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ETICA PARA AMADOR


Enviado por   •  25 de Octubre de 2014  •  2.457 Palabras (10 Páginas)  •  161 Visitas

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CAPÍTULO I

DE QUÉ VA LA ÉTICA

Hay muchas cosas en las que el ser humano se diferencia del resto de los seres vivos y nos hace suponer una dignidad mayor a la de cualquier otro animal, es decir, nos colocamos con preferencia respecto de los demás seres porque tenemos la capacidad de conocer y ejercer la libertad.

Este es el fundamento principal de la ética, ya que no puede existir sin la idea de libertad, o sea, la libertad es la razón de ser de la ética.

Un animal cumple su función con el simple hecho de vivir, no tiene que preocuparse por actuar de un modo o de otro porque, sencillamente, no puede. Es carente de perfeccionarse a sí mismo, de ese modo, se puede afirmar que los animales, exceptuando a los seres humanos ya son perfectos. Incluso, si cometen actos de “salvajismo” en realidad sólo están siendo partícipes de leyes naturales; recordemos que una ley es la relación constante que deriva de la naturaleza de las cosas, y la idea de salvajismo, compete ya a una valoración meramente humana, por lo que el salvajismo sólo es aplicable a los seres humanos.

Los humanos, en cambio, al ser capaces de la libertad pueden elegir entre hacer o no una cosa, por esta razón, es más valioso un acto que se realiza cuando bien se pudo haber omitido tal acción o simplemente hacer algo contrario.

La ética es el arte del vivir o del saber vivir, porque los hombres podemos ir construyendo nuestra conciencia.

CAPÍTULO II

ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS

El que el hombre sea libre no significa que lo sea para todo, pues hay cosas que no elige, como el clima, la familia de la que desciende, etcétera. Sin embargo, nosotros expresamos nuestra libertad por la manera en que elegimos cómo actuar ante las circunstancias que se nos presentan, esas que no fueron elegidas por nosotros.

También es cierto que hay actos que realizamos de manera automática, a esos les llamamos “costumbres”; hay otros que los hacemos porque nos han sido impuestos: “órdenes”; por último, tenemos otros que los hacemos por simple gusto, llamados “caprichos”. Tanto las costumbres, las órdenes y los caprichos, constituyen los motivos por los que hacemos algo y siempre van a estar presentes al momento de elegir o actuar.

Lo importante de éstos es que debemos saberlos manejar para poder vivir satisfactoriamente, aunque cada tipo de motivos te condicionen de diferente manera.

CAPÍTULO III

HAZ LO QUE QUIERAS

La frase “haz lo que quieras” debe interpretarse en el sentido de que decidamos pero con responsabilidad y conciencia de lo que estamos decidiendo. Mucho tiempo estamos sometidos a órdenes, costumbres y caprichos pero al final de cuentas, nosotros tenemos la última palabra. Esto no quiere decir que decidamos nada más porque esa es nuestra voluntad, sino que pensemos en el por qué y para qué de nuestras decisiones; esto sólo es posible con la madurez y la independencia.

Todo esto nos dirige al arte de vivir bien, de lo que respecta a la ética. Está claro que los seres humanos tenemos la facultad de considerar lo bueno y lo malo, ya sea en las cosas o los actos. Se complica el asunto porque no siempre es tan fácil determinar o valorar adecuadamente; lo que para unos es bueno, es malo para otros y lo que es malo para unos, es bueno para otros. De modo que la ética, no se reduce a estudiar si algo funciona o no, o si algo es como es, sino a las intenciones de los seres humanos al realizar tal o cual acto.

Por lo anterior, “haz lo que quieras”, bien interpretado, influye no sólo en el campo de la utilidad o funcionalidad, sino en un sentido humanista o valorativo de los actos.

CAPÍTULO IV

DE LA BUENA VIDA

Uno de los problemas más complejos que atañen a la libertad es la libertad misma: hay que cuestionarla, preguntarse uno mismo qué es lo que debemos hacer con nuestra vida.

Hay que darnos la buena vida, eso sí, vivir el tiempo, no malgastarlo. De hecho, (y de aquí deriva la complejidad de la ética) si desperdiciáramos el tiempo, estaríamos haciendo uso de la libertad, es decir, nosotros elegiríamos malgastar nuestro tiempo. Jean Paul Sartre decía que estamos condenados a la libertad”. Quizás con esto quería decir que cualquier cosa que hagamos es una elección, incluso obedecer una norma.

La ética es el intento racional de vivir mejor, o sea, darnos una vida meramente humana porque, a diferencia de los animales, nosotros somos resultado de una realidad cultural que vamos construyendo como personas.

Si queremos darnos la buena vida tenemos que dar la buena vida; eso me recuerda al dicho popular “no hagas lo que no quieras que te hagan”, pero después de leer este capítulo, me agrada más la frase “haz lo que quieras que te hagan”, aunque no sé si esta frase ya exista y sea un dicho popular, pero me parece más positiva.

CAPÍTULO V

¡DESPIERTA, BABY!

En ocasiones, haciendo uso de nuestra libertad y pretendiendo darnos la buena vida, fallamos porque no sabemos en qué consiste la buena vida. Es necesario tener una visión global de las cosas y no enfocarnos en una sola perspectiva, como la de los placeres, por ejemplo.

Otra cosa muy común es tomarle amor a las cosas, no sé si sea posible tomarle amor a las cosas, pero lo que quiero expresar es que nos preocupan demasiado, más de lo que debieran preocuparnos. Lo que sí debiera preocuparnos, y mucho más que las cosas, es la familia, por ejemplo. Nuestras cosas no pueden cuidarnos cuando estamos enfermos; nuestra familia sí.

Es sencilla la idea: debemos tratar a las cosas como cosas y las personas como personas. Por muy obvio que se escuche, sabemos y al menos yo, soy testigo de que no siempre es así, porque algunos quieren a las cosas como personas y otros tratan como cosas a las personas. ¡Qué ironía!

Lo anterior es algo que a mucha gente adinerada y apoderada le falta conocer. Su seguridad personal la fundan en su bolsillo y miran a sus empleados como cosas que se valen del dinero que ellos les pueden dar. Algunos dirán que para eso les pagan a los empleados pero esa no es la idea. ¿Qué pasaría si un día el millonario perdiera toda su fortuna y no podría pagarles más a los empleados? ¿Acaso no se sentiría débil ante sus empleados? Un millonario bueno con sus empleados, aunque perdiera todo y ya no tuviera para pagarles, al menos no se sentiría débil ante ellos porque nunca fundó

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