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El Cuerpo Como Unidad Filosófica


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2012  •  1.941 Palabras (8 Páginas)  •  453 Visitas

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La naturaleza filosófica del cuerpo

Julieta Rodríguez Mayer

¿Cómo pensamos al mundo? ¿Acaso fantaseamos nombres y definiciones para no entrar en caos con lo que llamamos mundo? Me parece que toda la historia de la Humanidad se ha obstinado en responder la inquietud sobre cómo pensamos el mundo, de cómo y en qué sentido nos hacemos un concepto íntimo o colectivo de ese todo creado por las culturas, concebidas aquí como civilizaciones. Los pensamientos se avocan al intento siempre pasajero por determinar el sentido del mundo frente a nuestra fragilidad humana, un mundo, repito, creado por los seres humanos, para habitar la Tierra, que no siendo creación humana, buscamos dominar, modificar, explotar.

Los Ecos de la historia rebotan en nuestros días aturdiendo nuestra zona de confort moderna. Los actos del pasado, sucesos, parte aguas y cuestionamientos nos remiten a tiempos donde el hombre era libre, es decir, libre de conciencia histórica. Conseguía libertad haciendo de su cuerpo (física y mentalmente) lo que él quería, porque es lo que por naturaleza es NUESTRO.

Estaba pues el homo sapiens entregado a los vaivenes de la naturaleza, adherido a ella, fusionado a sus condiciones. Pero ese estado primitivo y el actual tienen, entre tantos puntos de contacto, dos aspectos que me resultan fascinantes, auténticamente indispensables para replantear el sentido de la existencia, de la presencia de esta criatura llamada ser humano en un universo que, nos ha demostrado la física, se expande inexorablemente, esos dos aspectos tienen que ver con dos órganos del cuerpo, que a la vez albergan uno de nuestros cinco sentidos: el oído y la lengua; con el primero escuchamos y con el segundo hablamos, emitimos sonidos, palabras cuyos significados son la primera aprehensión del mundo, con ambos sentidos creamos, evolucionamos, sobrevivimos y llegamos a la modernidad sin cuestionarnos lo evidente. El mundo se transforma a partir de la función sensible e inteligible de estos dos órganos: son parte esencial de complejos sistemas de comunicación: Emisor y receptor. Claro, el cuerpo es un todo indivisible, que si bien puede verse y tratarse por partes, no deja de ser concebido como un todo complejo. Mi intención es afirmar aquí que siendo el habla, y el oído como receptor del habla, los dos puntos medulares de la comunicación, considero que no hay mejor entendimiento de la presencia del ser humano en la Tierra que su naturaleza comunicativa. Los historiadores, así como los antropólogos, del mismo modo que psicólogos y filósofos, han ahondado en este punto: el del lenguaje como medio de comunicación, cuya base son las palabras y con ellas y a partir de ellas, construimos la explicación o aproximación al sentido de nuestra presencia en la Tierra. Un Eco, una resonancia llega de los primeros homo sapiens a los hipercomunicados ciudadanos globales de hoy: seguimos preguntando lo mismo, las mismas preguntas que obtienen respuestas al calce de la coyuntura contemporánea. Y es así, o así lo entiendo, porque generación tras generación nos hacemos, como especie, las mismas preguntas y al innovar las respuestas logramos evolución y progreso; pero no nos alcanza una vida humana para entender o cambiar, para transformar el mundo en ese espacio más habitable que acaso la naturaleza del habla y su sentido de comunicación, desde su compleja sencillez, pudieran hacernos comprender nuestro propósito, el por qué de nuestra existencia, la razón de nuestra presencia en un planeta cuya naturaleza es vida en estado puro transformándose.

El Eco en la Historia es el proceso por el cual el hombre intenta darle coherencia al mundo, a su movimiento, al Tiempo y los estragos que éste hace en nuestra existencia. El Eco del que hablo, el que aquí evoco, es esa sensación de sentirnos pequeños frente a lo inconmensurable que es el Mundo y las respuestas que tanto necesitamos para sentirnos completos, íntegros y consumados (¿Qué es la vida? ¿Por qué de esta forma y no de otra? ¿Para qué estamos en este planeta? ¿Cuál es la finalidad del Hombre? ¿Existe un Dios-Creador? ¿Qué es lo Bueno y lo Malo?) Es una verdadera necesidad del hombre comprender el mundo para, así ¿explicarlo, manipularlo, dirigirlo? Escuchamos el Eco de aquellos primeros humanos que admiraban al Mundo a través de sus fenómenos, los cuales intentaban –primero– repetir y comprender, para después explicar y controlar. Y precisamente podemos escuchar el Eco de aquel humano porque tenemos todavía la misma inquietud como especie. El Lenguaje es, pues, la herramienta con la que atrapamos al mundo es mediante este que lo hacemos real, manejable, verificable, discutible y posible de argumentación. Al asir el mundo con el lenguaje el mundo es, en apariencia, comprensible. El poder dar nombre a las cosas, nos da la sensación de pertenencia y de control. Aprehender al mundo, si lo podemos nombrar, lo podremos conocer y hacerlo nuestro. Sabemos que el Humano por necesidad se comunica, es primordial el poder tener un intercambio de ideas y pensamientos para que no se queden estancados en un fugaz arranque de cuestionamientos.

Escribe Platón en sus Diálogos : " Los filósofos, al ver que su alma está verdaderamente ligada y pegada a su cuerpo, y forzada a considerar los objetos por medio del cuerpo, como a través de una prisión obscura, conocen perfectamente que el alma misma encadenada, contribuya a apretar esta ligadura", y Santo Tomás de Aquino, tiempo después lo entiende como: “El cuerpo es la cárcel del Alma”, la verdad está oculta en el interior de uno mismo, la Voz es nuestra capacidad para “Decir” al Mundo, para hablar de él, para contenerlo en pensamientos convertidos en ideas, nociones y explicaciones. La voz (el lenguaje) es aquello que nos permite distanciarnos del mundo físico para pasar al mundo suprasensible y construir verdades más duraderas, más profundas y con una mayor fuerza para la transformación del entorno humano-cultural, religioso e histórico. La palabra (lenguaje)

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