El Papel Del Trabajo En La Transformación Del Mono En Hombre

El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre

Federico Engels

Resumen: Esmeralda Contrucci

El escrito de este filósofo, tiene data aproximada de junio de 1876, y en principio, pretendió ser una Introducción de uno más amplio, cuyo título sería: “Tres formas fundamentales de esclavización”, pero se dio cuenta que no iba a cumplir esa función, y lo re-tituló tal cual como está expuesto y se conoce históricamente.

En el mismo, desarrolla una explicación del papel del trabajo , la producción de instrumentos, en la adaptación y cambios físicos del ser humano y la conformación de la sociedad, proviniendo del antepasado parecido al mono, y con el trascurrir de los hechos históricos, se conformó provocando la transformación en un ser totalmente distinto: el hombre.

Comienza exponiendo la posibilidad, basada en los estudios existentes para la época de su escrito, que hacía centenares de años, en fechas indeterminadas, posiblemente a finales del terciario, en una zona tropical, de un continente ya desaparecido (zona del Océano Índico) unos mono de forma y apariencia similar al humano que hoy día conocemos; los cuales describió conforme lo hizo el científico que estableció la Teoría de la Evolución de las Especies: Charles Darwin.

Por el mono de vida que estos monos comenzaron a desarrollar, las habilidades manuales progresivamente hicieron que desistieran de usar las de los extremos superiores para desplazarse, y mas bien manipular objetos.

Hoy día puede observarse la posición semi-erecta, por circunstancias especiales, en los monos, sin embargo, continúan usando los nudillos de sus manos, apoyadas en el piso, para “caminar.”

Entre estos seres vivos, la especialización de funciones de manos y pies, ha sido una necesidad: las manos, aparte de ayudar a trepar, le sirven de medio para alimentarse, algunos construyen sus nidos, e incluso, hasta realizar tejidos sencillos entre las ramas, empuñar palos, lanzar frutos y piedras.

Observaciones de estos en cautiverio, han permitido verles imitando acgtos similares al ser humano, por copia o imitación de movimientos.

Estas comparaciones dan evidencia de la importancia que ha tenido el desarrollo y evolución humana del hombre, para que su manos haya desarrollado las capacidades que hoy día posee. Y más… Las manos del hombre y del simio, están morfológicamente constituidas por los mismos huesos y músculos, pero, ningún simio, ha elaborado herramienta alguna.

Desde la transformación del primer silex en cuchillo, tuvo que pasar un tiempo prácticamente inimaginable, además, la mano es aparte de un instrumento de trabajo, producto de él. Y, de acuerdo a los estudios darwinianos, existen ciertas relaciones, que son casi inexplicables, pero que están conexas entre unos órganos y otros y sus funciones, así, el cambio en algunas características de unos, afectan también a otros del mismo organismo.

Esto vendría a explicar el porqué, al progresivo cambio de las funciones y habilidades manuales, les correspondió el cambio postural a erecto, y la función del caminar sobre los dos pies.

La mano, entonces, fue permitiéndole al homo, ir descubriendo las propiedades de los objetos con los que interactuaba; el trabajo, como actividad, también fomentó la ayuda mutua, y así también, a posibilitar la reunió (agrupación) de más congéneres. Estas son las sociedades primitivas, que a la par, necesitaron de comunicarse verbalmente los unos con los otros, perfeccionando sus sonidos hacia modulaciones cada vez más perfectas, lo que conllevaría a la transformación de los sonidos hacia el sentido del lenguaje, a partir del trabajo social, esto, es lo que conllevó a otra gran diferenciación del hombre con otros animales: la capacidad de ir construyendo la capacidad de articular palabras, a desarrollar el lenguaje articulado.

Una relación especial, es, por ejemplo, el logro de la domesticación que el hombre ha realizado sobre algunos animales, entre los casos más reconocidos: el perro y el caballo; quienes por su directa relación con el humano, han desarrollado, dentro de sus primigenias capacidades, en cualquier parte del mundo, la capacidad de distinguir o reconocer algunas vocalizaciones, o emisiones verbales por parte del hombre, para acompañar la ejecución de algunas de sus funciones en la relación mascota-hombre.

En este caso, es difícil no observar que el afecto, respeto y la búsqueda de compañía humana, es una característica bastante visible en estos mamíferos.

Trabajo y palabra articulada, entonces,

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