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El Valor De Educar Fernando Savater


Enviado por   •  25 de Abril de 2014  •  1.539 Palabras (7 Páginas)  •  522 Visitas

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INTRODUCIÓN

El presente ensayo contiene un breve resumen del libro del autor Fernando Savater “el valor de educar”, donde se plantea el escenario de la educación y algunas reflexiones que son dirigidas al maestro en lo que respecta a su papel como educador, se hace mención de cinco capítulos donde se resalta el compromiso que tiene el Estado, las autoridades en educación, instituciones educativas, principalmente el maestro con relación a la disciplina, la enseñanza de la libertad y la universalización de la educación. El objetivo principal de este magnífico libro es enseñar a ser maestro, así como también darle la importancia necesaria a todos y cada uno de los miembros que participan en este proceso.

La elaboración de este ensayo con el único propósito de conocer situaciones reales o ficticias a partir de las cuales se pueden identificar interpretaciones diversas acerca del significado de los valores, sus orígenes o implicaciones en diferentes contextos y así enriquecer mis argumentos al momento de defender mis puntos de vista acerca de la educación moral.

Capítulo I. El aprendizaje humano

En el primer capítulo del libro “el valor de educar” del autor Fernando Savater, nos explica la necesidad de la humanización del ser humano, no como especie si no en su formación moral, una de las frases con las que el comienza es “Ser humano es también un deber ser”, esta frase hace mención a que todos nacemos humanos pero esto no basta, sino que hay que llegar a serlo.

De los humanos es de quienes aprendemos cualidades como la compasión, la solidaridad, la reciprocidad, la capacidad de formarnos y que vamos adquiriendo a lo largo del tiempo es lo que nos diferencia de cualquier otra especie. Para poder desarrollar la capacidad de “ser humano” consiste en la habilidad de compartir lo que ya se sabe, el proceso educativo pude ser formal por medio de un grupo de personas que la sociedad haya destinado para ello, e informal a través de los padres o cualquier individuo que esté dispuesto a enseñar lo que sabe.

El proceso educativo es un quehacer humano; lo que hace al aprendizaje meramente humano, no es la capacidad que el hombre tiene para aprender sino, ser enseñando otros miembros de su especie.

Capítulo II. El eclipse de la familia

En este capítulo se hace referencia al papel que juega la familia como institución educativa, lo que los niños aprenden dentro de la familia que es el primer contexto en el que adquiere aprendizajes significativos, relacionado con su convivencia y en relación con otros, participación en juegos colectivos, etc., es lo que los estudiosos llaman Socialización primaria, en donde el niño se convierte en un miembro más o menos estándar de la sociedad.

La socialización secundaria es la continuidad de la socialización del niño, la cual queda a cargo la escuela, grupos de amigos, el trabajo etc. Si la socialización primaria se realizó de modo satisfactorio la socialización secundaria será más fructífera, ya que cuenta con una base sólida sobre la cual asentar conocimientos y enseñanzas.

Dentro del ambiente familiar el niño aprende de una forma diferente de la que aprende en la escuela, ya que dentro de la familia el clima está dotado de afectividad, el aprendizaje familiar hace al niño dependiente del cariño logrando que éste no sepa cómo sobrevivir si ese cariño le llegará a faltar, existiendo por tanto el miedo de dejar de ser amado, por esto Goethe afirmaba que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte. Sin embargo la carga afectiva que recibe el niño en la familia sirve para el fortalecimiento de principios morales que le ayudará a resistir las tempestades de la vida, en los casos favorables, en los que no hubo esa carga afectiva los niños se llenan de prejuicios que son difícil de eliminar

Las familias están dejándole toda la carga con lo que respecta a la formación moral y social de sus hijos debido a su mal funcionamiento como familia ya que existen casos en que los padres no se resignan a ser adultos y se comportan como amigos o hermanos de sus propios hijos, delegando estas responsabilidades a la escuela, la cual no solo tiene que educar en cuanto a una exigencia curricular, sino también llenar esos vacíos en cuanto a moral, ética y valores en general que las familias están dejando a un lado.

Capítulo III. La disciplina de la libertad

En este capítulo surge el cuestionamiento: ¿Es acaso cierto que obligamos a los niños a estudiar por su propio bien?

Entendemos que la educación gira en torno a los intereses de los educadores y no de los educandos, es decir la educación está regida por intereses sociales y esto es en cualquier grupo humano , debido a que la educación es a menudo

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