Ensayo Sobre La Estética

LA ESTETICA COMO DESARROLLO DE LA SENSIBILIDAD

Antes de abordar el tema sobre la estética como desarrollo de la sensibilidad es pertinente hacer claridad de qué se entiende por estética.

Empezaríamos por decir que Estética es un término con diferentes apreciaciones. En principio, y en el lenguaje coloquial hace referencia a lo bello, lo divino o lo hermoso de la vida; aunque no necesariamente lo que es bello para una persona o una cultura determinada lo es para otra u otras.

En el campo de la filosofía tiene diversas definiciones: por un lado es la rama que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza; por otro, puede referirse al campo de la teoría del arte, y finalmente puede significar el estudio de la percepción en general, ya sea solamente sensorial o entendida de manera más amplia. La palabra se deriva de los vocablos griegos “aisthetis” e “ica”, que significan “sensación, percepción” y “relativo a” respectivamente. . Introduce el término en la acepción de ciencia de la belleza (y el arte también), que es la más difundida.

Hesíodo decía que “El que es bello es amado, el que no es bello no es amado”, y el oráculo de Delfos respondía: “Lo más justo es lo más bello”. Observemos cómo por un lado, la belleza está íntimamente ligada al amor y por otro, se la relaciona con la justicia.

Posteriormente, para la época de la edad media se precisa un nuevo concepto de estética ligado al concepto de armonía entendido como “equilibrio de contrastes”. En el movimiento Barroco asistimos a una hermosura “que está más allá del bien y del mal, que puede expresar lo bello a través de lo feo, lo verdadero a través de lo falso, la vida a través de la muerte”.

Por tanto, lo bello es bueno, es divino ceñido a unos códigos éticos y morales acordes a los patrones de la naturaleza, mientras que lo feo es malo y demoníaco.

Si tomamos la primera acepción de estética, tomada como la rama de la filosofía que estudia las razones y las emociones estéticas, así como las diferentes formas del arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo divino, lo eminente, lo feo o la disonancia, se convierte en fuente de estudio inexorable el aporte realizado por el filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten en el año 1750, quien usara la palabra estética como "ciencia de lo bello, la misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores".

Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: “calología” que atendiendo a su etimología significa ciencia de lo bello (kalos, «bello»).

Para Kant el término “estética” toma un sentido más amplio; es decir, la considera como la ciencia que estudia e investiga el origen del sentimiento puro y su manifestación, que es el arte. Se puede decir entonces que es la ciencia cuyo objeto primordial es la reflexión sobre los problemas del arte. Esta acepción la vislumbra en su libro “Crítica del juicio”. El problema estriba en que no es posible sentir la naturaleza y esencia de lo bello sin descubrir lo que llamamos placer sensible estético. Lo bello y, en general, lo estético (lo que comprende también lo artístico) nos es dado, fundamentalmente, por medio de la sensibilidad.

A partir de fines del siglo XVIII, la Estética, ya considerada como teoría de la belleza sensible, según Jacques Aumont presenta cuatro consecuencias:

 La consideración del placer estético, donde la Estética se centra en el placer, en el agrado, en la simpatía que produce la experiencia estética. Es una visión subjetiva enfocada en los sentimientos y la afectividad, donde sensibilidad y entendimiento se unen para revelar la interioridad humana.

 El conocimiento sensible como vía de acceso al mundo, hace alusión a la sensación, percepción e imaginación como centro de la Estética. Estas son las que potencian, nuestra sensibilidad, permitiéndonos comprender mejor tanto al mundo como a nosotros mismos.

 El juicio del gusto como intuición, se refiere al carácter universal, donde “lo importante es el salto de lo concreto a lo espiritual”. Este salto, produce una síntesis, una unidad, donde lo espiritual se hace sensible al mismo tiempo que lo sensible se espiritualiza es, justamente, intuitivo, así la experiencia estética puede tener la capacidad para unirnos, en un mundo tan disociado como el actual.

 El gusto como hecho social, se teje en una continua dialéctica entre el sujeto de la experiencia estética y la sociedad. Se trata de formas imaginarias, creadoras, donde se desafía a la sociedad; es el caso de los artistas incomprendidos en su época, en razón a la renovación constante posible en la estética. Esta dialéctica constante nos obliga a afinar la sensibilidad, a perfeccionar nuestro gusto estético, lo que significa que nuestra interioridad se activa, poniendo en juego todas las facultades, en un ejercicio que nos revela lo que los demás lenguajes no pueden entregar. De esta manera se amplía nuestra comprensión del mundo y del hombre.

Según Hans Georg Gadamer (2006), “la experiencia estética es un encuentro consigo mismo, en el encuentro con lo otro de sí, pero tal encuentro (….) no se reduce a un mero verificarse en lo que uno queda confirmado con lo que ya es, sino que deviene otro, como algo nuevo que cumple con lo que ya era”.

En palabras del mismo Baumgarten: la belleza ya no tiene como punto de partida una relación con el mundo de las ideas platónicas, sino que está unida al mundo sensible; depende de nuestra intuición sensible, presidida por la sensibilidad estética. En esta perspectiva, es fundamental la historicidad de la existencia humana, es decir, solo comprendiéndose, mediando consigo mismo el ser humano accede a la totalidad de su existencia y esto incluye las instituciones y formas de vida. La estética así, engloba lo bello en la naturaleza, en el arte y en lo sublime, sin el predominio de uno sobre los otros.

En esta misma perspectiva se encuentra Juliane Bámbula Diaz (1995),

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