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Entre Razón Y Religión.


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  1.524 Palabras (7 Páginas)  •  370 Visitas

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Entre razón y religión: una dialéctica de la secularización

El libro toma un debate que se lleva a cabo de la Academia Católica de Baviera, una tarde del 19 de enero del 2004. Por un lado, Jurgen Habermas, afamado sociólogo y filósofo alemán, perteneciente a la escuela de Frankfurt y especialmente reconocido por su trabajo acerca de la construcción teórica de la acción comunicativa y la democracia deliberativa. Y por el otro lado; el cardenal Joseph Ratzinger, teólogo alemán, que en ese entonces era prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y después sumo pontífice de la Iglesia Católica (Benedicto XVI)

El tema propuesto por Habermas es el de “¿fundamentos prepolíticos del Estado democrático?”, con el cual pretende cuestionar la capacidad del estado de poder crear presupuestos normativos recurriendo a fuentes propias. Habermas sospecha que el estado depende de factores externos a este, como por ejemplo: tradiciones autóctonas, cosmovisivas o religiosas.

Habermas utiliza el concepto de “republicanismo kantiano” para defender la postura del estado liberalmente constituido. Habermas cree que un estado liberal tiene la suficiente fuerza como para no tener que depender de argumentos religiosos o metafísicos para justificar la legitimación del poder y de los preceptos normativos.

“A los ciudadanos de una comunidad liberal solo puede superponérseles una disponibilidad para responder en caso necesario de conciudadanos extraños, que además permanecerán en el anonimato, así como la disponibilidad para asumir ciertos sacrificios por el bien común”

“El estado concebido democráticamente no solo garantiza la negación de libertades para sus ciudadanos, preocupados por su propio bienestar, sino que en la medida en que emite libertades comunicativas mueve a los ciudadanos a participar en el debate público sobre temas que afectan al conjunto de la sociedad.”

Habermas llama a los ciudadanos del estado a no conformarse con la democracia tradicional, que de acuerdo con él, conlleva tendencias despolitizadoras y limitantes, y a crear nuevas formas de llevar al debate las necesidad especificas de los grupos a los que los preceptos normativos emitidos por el legislador afecten.

Habermas, por último, trata el tema de cómo pueden relacionarse los ciudadanos secularizados y aquellos otros ciudadanos que profesan alguna religión; la respuesta que el filosofo nos da es simple: El estado deben permanecer neutral, laico, y garantizar las mismas libertades éticas para todos los ciudadanos, y los ciudadanos secularizados no pueden objetar la participación política de los ciudadanos que emitan argumentos en discusiones públicas en un lenguaje propio de la religión.

“Supuesto que la sociedad postsecular tiene el mayor interés en defender la igual dignidad de sus miembros, ¿Por qué habría de ignorar los recursos para esta tarea que le brinda la sabiduría moral decantada de las tradiciones religiosas?” así concluye su ponencia Habermas.

Lo que cohesiona al mundo, es el tema de la ponencia de Joseph Ratzinger. En la primera parte, la que se llama fundamentos morales y prepoliticos del estado liberal, Ratzinger establece que para el, de la ciencia no surge un Ethos, es decir, del debate científico por si solo no surge una conciencia ética, agrega además que le parece necesario que la filosofía analice de manera critica los resultados obtenidos por cada disciplina científica, y las conclusiones que pudieran hacerse, y la importancia de cada una de estas para el hombre.

Acerca de la relación entre el poder y el derecho dice: “no debe regir el derecho del más fuerte, sino la fuerza del derecho” un aforismo interesante y cierto, sin embargo esta sección de su discurso está centrada en una crítica a los fundamentos éticos de los preceptos normativos, es decir, ¿Cómo se determina que debe ser derecho y que no?, mejor dicho, ¿Quién lo determina? Y si el derecho precede al hombre o el mismo hombre lo determina.

Continua, Ratzinger formulando la siguiente pregunta; ¿es verdad que la gradual eliminación de la religión, su separación, se ha de considerar como progreso necesario de la humanidad, capaz de permitirle hallar el camino de la libertad y de tolerancia universal? Es interesante la manera en que el teólogo responde a su propio cuestionamiento, pues esgrime argumentos que desvirtúan la razón como camino a la libertad (¿felicidad?) naturalmente que se opone, y si no se opone, al menos no concuerda con esta línea de pensamiento, la de la razón, pero la razón sola, sin religión.

Opinión Personal

La lectura de este pequeño libro, en tamaño,

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