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FILOSOFIA


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2014  •  2.371 Palabras (10 Páginas)  •  207 Visitas

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Filosofía mexicana

Históricamente podemos considerar que la filosofía mexicana se hace posible a partir de la toma de conciencia de una realidad que nos es propia reflexionando con radicalidad todas sus problemáticas por un lado y, por otro a partir de lo anterior, de la existencia de filosofías a través de nuestra historia en un franco proceso de identidad y desarrollos filosóficos propios –incluso a escala latinoamericana o iberoamericana.

Expliquemos esto con el caso concreto y cercano de la filosofía mexicana. Desde el siglo XIX, después de la Reforma y con el positivismo en México, Gabino Barreda[2] desarrolla una interpretación filosófica de la historia inmediata anterior de México a partir de la ley de los tres estados de Comte. El positivismo europeo de capa francesa, no sería en México el mismo, ya que aquí, por ejemplo fue elevado al rango de fundamento de la base educativa de la Nueva república, y posteriormente como ideología del porfiriato. Barreda y después Justo Sierra sugerirían “mexicanizar el saber universal”.[3] El principio metodológico en el filosofar de partir de la propia realidad haría variar –intuirían ellos- la filosofía occidental al aplicarla nosotros, derivando en aportes y/o diferencias formales que aquella no tenía. Posteriormente en el siglo XX, Antonio Caso en sus Discursos a la nación mexicana [4] despertaría el anhelo por crear y desarrollar una filosofía propia, otra más, la mexicana que detuviera ese afán de imitación extralógica que mucho daño nos hizo, sobre todo en las instituciones y la cultura. José Vasconcelos seguiría por esta línea sosteniendo el proyecto de la filosofía mexicana, más que hacerla a la manera “europeizante o yanquizante”.[5] Este movimiento por una filosofía propia con Vasconcelos y Caso toma trascendencia regional con los reconocimientos de maestros de América que se les da a ambos.

La conciencia de que somos una unidad más basta que nos identifica es la base del pensamiento latinoamericanista o iberoamericano. Samuel Ramos dará fundamento y base a este movimiento filosófico mexicano al enfrentar los modos de ser y cultura que posibilitan nuestro filosofar. Heredero de los maestros mencionados Ramos impulsa los estudios, de filosofía en México y desarrolla la filosofía del mexicano con la intención expresa de dotarnos de una filosofía más, la propia, la mexicana, de ahí sus trabajos programáticos de El perfil del hombre y la cultura en México, La historia de la filosofía en México, Hacia un nuevo humanismo y Filosofía de la vida artística.[6] Contemporáneo de él, José Gaos, se vería tocado por Ramos y fortalecería el movimiento con el historicismo y el circunstancialismo de su maestro Ortega. Posibilitando la filosofía mexicana, de hecho y por derecho, frente a los ataques de los que sostenían la filosofía estrictu sensu.[7] Esta fundamentación Gaos la extiende a sus estudios de filosofía en lengua española e hispanoamericana.[8]

Aquí viene algo interesante en este breve resumen histórico, con la influencia de Ramos y Gaos se formaría al grupo Hiperión donde se encuentran entre otros, Leopoldo Zea, Emilio Uranga, Luís Villoro, Joaquín Sánchez Macgregor, Ricardo Guerra y Jorge Portilla. Todos excelentes representantes de ese movimiento por definir lo propio de nuestra filosofía llevando con radicalidad, las tesis del movimiento de la filosofía mexicana.[9]

De esta diáspora saldría Leopoldo Zea a confirmar posteriormente el movimiento de la filosofía latinoamericana de la cual se convirtió –como todos sabemos- en promotor y principal representante. Luego desarrolla la filosofía del tercer mundo al conocer las regiones de África y Asia e incorporarlas a su reflexión hasta caracterizar la filosofía de la liberación dado que -comprendió Zea- México, Latinoamérica y el tercer mundo comparten problemas de dominación y dependencia ancestrales por el hecho de haber sido colonias y, por lo mismo, su filosofía debe buscar la cancelación y superación de ese estado con la liberación.

En cada país latinoamericano encontró Zea, problemas semejantes, así como características que nos identifican regionalmente y por supuesto otros hombres y filósofos que tenían iguales preocupaciones y se unieron a la conformación de la filosofía propia, latinoamericana.

Espero con lo anterior haber mostrado la relación entre la filosofía mexicana y la latinoamericana; de la misma forma si estudiamos las filosofías de otros países encontramos semejantes relaciones y desarrollos con sus variantes específicas por supuesto. Tal es el caso también de la filosofía hispánica.

En cuanto a sus problemáticas como movimiento, aunque consolidadas como filosofías (hoy ya no se les niega ese carácter) requieren de manera innovadora de difundirse y ampliarse en el interior por un lado; y por otro a fortalecer sus aparatos teóricos para enfrentar las nuevas formas como se presenta la realidad. Por ejemplo, la filosofía mexicana ya no requiere o al menos no debe buscar reconocimiento al exterior sino buscar la difusión y reconocimiento hacia el interior. Aún son muchos los mexicanos que desconocen nuestra filosofía y sus aportes. Y se presentan como obstáculos epistemológicos para su desarrollo los problemas de si es filosofía o no, de su originalidad o autenticidad, el si es particular o universal etc. Todos estos problemas ya han sido resueltos por nuestros filósofos[10], pero por desconocimiento de la historia de la filosofía mexicana, se siguen manteniendo al interior obstaculizando teóricamente su avance y a veces dando pasos atrás sobre el terreno ganado. Por ello considero que la filosofía mexicana está en paralelo con su enseñanza y difusión al interior de nuestras instituciones educativas, en su relación con la sociedad y en el tratamiento de nuestros más urgentes problemas, claro desde la óptica filosófica para que no se convierta en pura sociología o política.

En ese sentido me parece que se deben seguir otras estrategias para realizar lo que nuestras filosofías proponen; a) la concientización al interior de las pueblos latinoamericanos, de nuestras posturas y argumentos frente a las problemáticas que se viven, b) la actualización de nuestro discurso filosófico frente a la evolución de la realidad y sus problemáticas.

En resumen. La filosofía mexicana requiere ser difundida y enseñada en el interior, con los connacionales, pues uno de sus principales obstáculos consiste en el desconocimiento general que se tiene de ella. Principalmente pero no únicamente.

Nuestra filosofía, consolidada ya pero enfrentada a la realidad del sistema globalizado requiere también desarrollar otras estrategias argumentativas acordes con las nuevas formas como

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