Formaciones De Altarejos

Formación Estética

Francisco Altarejos nos menciona que hablar de formación o educación estética se refiere a las potencias sensitivas, el desarrollo de la capacidad para prescribir y apreciar la belleza, una persona educada estéticamente es aquella que puede gozar de las múltiples situaciones bellas de la vida como puede ser obras de arte, artes plásticas, música, pintura, etc. esto se refiere a los sentidos de la vista y el oído, pero también se cuenta con los otros sentidos como el gusto, el olfato, y el tacto, las experiencias estéticas en las percepciones sensoriales, como las gustativas, olfativas y táctiles.

La educación estética tiene como elemento primario y esencial la formación de las potencias sensitivas.

Todas las personas desde que nacemos ponemos en práctica nuestros sentidos tal es el caso que menciona Altarejos que desde bebes las primeras y más precisas sensaciones son las táctiles y las cuales deben ser atendidas.

Educación Estética por la propia capacidad que tiene de desarrollar la sensibilidad en el hombre, potencia la formación de individuos: reflexivos, creativos, aptos para insertarse en la dinámica de la vida y transformarla.

La educación estética va en conjunto con las potencias afectivas, que son la base abstracta de la inteligencia, que debe tenerse en cuenta que no solo es una potencia que reproduce los objetos percibidos mediante imágenes sino que también crea síntesis de las imágenes reproducidas.

La educación estética se ve aplicada en todo lo que nos rodea como la naturaleza (la puesta del sol, el canto de un pájaro, la forma y los colores de las flores en fin el paisaje). En las relaciones de humanas (relaciones de parejas, un gesto amable una palmadita de aliento), en las cosas creadas por el hombre (una casa, un edificio), en el propio hombre (la belleza externa, su apariencia física, su forma de vestir, la higiene), en el arte (atreves de obras de arte, música,) etc. todo esto constituye los contenidos de la experiencia de la vida.

También nos hace mención las narraciones porque pueden contemplarse personajes, que mediante su acción nos relacionan con el mundo desde otros modelos, visiones y experiencias, incitando así la dimensión radical humana de la apertura personal, las narraciones incitan la sensibilidad interna, por ello es muy importante inculcar a un niño la creación de cuentos infantiles para que ellos experimenten todo el potencial de su sensibilidad.

Formación Afectiva

Sentimiento, se toma como un sentido genérico, acogiendo todos los restantes nombres afines a él, como emoción afecto, o pasión.

La sensibilidad y la afectividad son dos instancias inseparables en la actuación human, esto es necesario mencionarlo para comprender más la formación afectiva.

En esta formación hace referencia a la templanza que es el autodominio, mesura, sosiego, si esto se desordena la persona no podría gobernarse desde la razón, el sentido originario de la virtud de la templanza es “hacer un todo armónico de una serie de componentes dispares”, y con respecto a nosotros como personas es “hacer orden en el interior el hombre”.

Nos dice que la templanza es la virtud propia de la formación de la afectividad en la primera infancia que abarca de 1año a los 5 años. Aquí los niños aprenden a regular sus gustos, impulsos, deseos, movimientos, temores, placeres, la templanza es un beneficio educativos que pueden y sobre todo deben recibir los niños, ya que la primera infancia es el momento inicial y decisivo de la formación humana, ya que los niños en esta formación tienen sensibilidad, y se ejecuta la memorización, en esta etapa la fortaleza aun no es una virtud, pero si son costumbres moderadas.

La segunda infancia está conformada de los 6 años a los 11 años, y la adolescencia son las etapas donde ya está desarrollada la fortaleza como una virtud, y esta la posibilidad de conseguir un carácter irascible que se refiere a la fuerza y coraje, la voluntad, la valentía y la fortaleza o por otro lado, el concupiscible, que es indócil, rebelde, la resistencia, fondo esencial de la virtud de la fortaleza.

Nos deja claro que la fortaleza se forma ayudando a sostener el esfuerzo que conlleva la actuación humana, la templanza se refiere a la auto posesión de la persona mediante el orden interior.

Aquí en la lectura hay un ejemplo muy claro de del valor formativo del deporte que nos da un ejemplo de la virtud de la fortaleza, por principio nos lleva a la iniciación de la competencia social, afrontar las fatigas y dificultades, sin embargo el valor formativo del deporte, es el esfuerzo, base de la virtud que lleva a afirmar el bien en medio y por encima del sufrimiento que conlleva a realizarlo.

Estas dos virtudes Templanza y Fortaleza las debemos establecer durante la infancia, adolescencia, y la juventud como un procesos natural de formación.

Formación Moral

La formación moral se refiere a nuestra voluntad, a las virtudes propias del apetito racional.

Es el actuar con justicia y prudencia, con el deseo racional y la elección.

La virtud de la justicia es la virtud idónea de la adolescencia de los 12 años a los 16 años y especialmente de la juventud. En medida que va pasando la adolescencia, va madurando el sentido de la justicia. La justicia se vive y se entiende como reclamación de derechos que se perciben de los demás, progresivamente según se asienta y consolida, el “otro” se convierte en punto de referencia de los justo, principio esencial de la justicia dar a cada quien lo suyo.

Una plena formación moral se realiza obrando justamente, la enseñanza expone la Doctrina: no es la enseñanza de un saber teórico, sino de un saber práctico; no se trata de enseñar qué es la virtud, sino cómo obrar de modo acorde con el bien. Debe darse esta enseñanza

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