Herbet Blumer, El Interaccionismo Simbólico.

El ser humano considerado como organismo agente.

El interaccionismo simbólico admite que el ser humano ha de tener una estructura en consonancia con el entorno de la interacción social.

Herbert menciona que; “Se le concibe como un organismo capaz, no sólo de responder a los demás en un nivel no simbólico, sino de hacer indicaciones a los otros e interpretar las que éstos formulan”.

Y lo anterior, es que las persona sólo pueden hacer esto porque posee un “si mismo”. Es decir, un individuo puede ser objeto de sus propios actos. Por ejemplo, nosotros podemos concebirnos como personas humildes, pudientes, intolerantes, cordiales, si somos personas productivas o somos perezosos, etcétera.

George Mead (autor en que se basa Herbert Blumer) señala que, para que una persona se convierta en una esencia para sí misma ha de contemplarse desde fuera. Y esto sólo puede hacerlo poniéndose en el lugar de otra y observándose o actuando en relación consigo misma desde una nueva perspectiva.

Los papeles que una persona puede asumir son:

• El de individuos distintos (“La etapa de juegos”). Es cuando nos percatamos del rol que queremos ser.

• Una comunidad abstracta (“el otro generalizado”). La comunidad abstracta es como queremos que nos vean.

• Y el de grupos organizados (“etapa del juego organizado”). Es cuando nos ponemos en el lugar de otro y como querer que nos vean.

Al asumir tales papeles una persona se encuentra en situación de dirigirse o aproximarse a sí misma. De ello se deduce que nos vemos a nosotros mismos a través del modo en el que los demás nos ven o definen.

El hecho del que ser humano posea un “Sí mismo” lleva implícito que ello le capacita para entablar una interacción consigo mismo. Adopta la forma de una interacción de índole social, es decir, una forma de comunicación, en la que la persona se dirige a sí misma como tal y responde en consecuencia. Por ejemplo, como cuando advertimos que estamos enojados con nosotros mismos y debemos autoestimularnos para hacer un trabajo. También cuando meditamos sobre nuestros actos y damos cuenta de nuestros errores.

Los ejemplos anteriores dan paso a la autointeracción porque, adopta principalmente la forma de un proceso en que el individuo se hace indicaciones a sí mismo. La vida consciente de una persona consiste en una serie de indicaciones de este tipo que se hace así misma y de las cuales se sirve para orientar sus actos.

El ser humano es un organismo que entabla una interacción consigo mismo. Este punto de vista sobre el ser humano es distinto del que prevalece en la ciencia social y psicológica

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