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Historia Filosofía


Enviado por   •  21 de Mayo de 2015  •  824 Palabras (4 Páginas)  •  283 Visitas

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Durante el primer tercio del siglo XIV escribía y obraba bajo la influencia del libre pensamiento Guillermo de Occam. El movimiento insurreccional en política, en religión y en filosofía que con su palabra, con su pluma y con su ejemplo había provocado y sostenido este libre pensador, perseveró después de su muerte en la escuela nominalista, heredera legítima del pensamiento libre y de las tendencias heterodoxas de su fundador. La acción lenta, pero eficaz y perseverante, de esta escuela, encarnación del nominalismo occámico, que en la práctica y para la mayor parte de sus partidarios se tradujo en alardes escépticos, en menosprecio de las cosas y personas eclesiásticas y en resistencias más o menos veladas contra la autoridad pontificia, preparó el advenimiento del reinado racionalista y de la secularización completa que caracteriza a la Europa de hoy, y que hace de ella la antítesis más absoluta de la antigua Europa cristiana.

Juntóse a la influencia perniciosa del pensamiento racionalista incubado por la escuela escéptico-nominalista, la influencia no menos perniciosa y funesta del Renacimiento, a causa de sus exageraciones y exclusivismos, a causa de sus sarcasmos contra la escolástica y sus representantes, a causa del entusiasmo excesivo y exagerado hacia los libros y sistemas de la antigüedad, a causa de la preferencia y supremacía exclusivistas que sus adeptos concedieron al elemento pagano sobre el elemento cristiano. Efectos inmediatos y directos de estas dos corrientes amalgamadas y unidas fueron: en el orden religioso, el protestantismo; en el orden político, el absolutismo absorbente y avasallador de la libertad eclesiástica y de las libertades populares, y en el orden filosófico, el racionalismo, tímido, incompleto y como vergonzante al principio, franco y completo después. Porque es cosa sabida que el racionalismo que hoy se presenta negando paladinamente la existencia y hasta la posibilidad de lo sobrenatural, durante el Renacimiento y en los primeros pasos del cartesianismo, sólo hablaba de cosas verdaderas en Filosofía y falsas en Teología, como decían los renacientes italianos, o de separación entre la ciencia y la fe divina, y de no admitir como verdadero sino lo que es evidente para el libre pensamiento, según decía Descartes. Andando el tiempo, y por una serie de evoluciones tan lógicas como funestas y amenazadoras para el porvenir de la Europa y del mundo, la manifestación religiosa de aquellas dos corrientes se ha transformado en indiferentismo y deísmo; el absolutismo absorbente, en cesarismo tiránico que nivela y aplasta todo lo que ofrece alguna resistencia al Dios-Estado; el racionalismo, en ateísmo y positivismo materialista. Por lo demás, todas estas manifestaciones del error y del mal, lo mismo las contemporáneas que las que nacieron inmediatamente de aquellas dos corrientes, deben apellidarse y son meras derivaciones y aplicaciones del racionalismo, porque todas

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