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Ideal Del Hombre


Enviado por   •  15 de Agosto de 2013  •  862 Palabras (4 Páginas)  •  255 Visitas

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Ideal del hombre según Rousseau

Según Rousseau decía que a partir de estas afirmaciones habitualmente se deriva que entre el hombre entendido como individuo, cuyo ideal presenta Rousseau en sus primeras obras a través del “hombre natural”, y el ciudadano, entendido como el miembro de la comunidad política ideal, presentado en el Contrato Social, existe una discontinuidad insalvable. En otros términos, o nos encargamos de la educación del hombre, o nos encargamos de educar un ciudadano, o somos un individuo o somos parte de un todo que nos supera.

Además, la propia concepción política de Rousseau, que se ubica en la tradición contractualista, procede, como en sus predecesores, estableciendo una relación discontinua entre el “estado de naturaleza” y el “estado civil”, oponiéndose a la concepción clásica, que entendía el orden político como un orden según leyes naturales. En líneas generales la argumentación de los contractualistas como Hobbes y Locke, sigue el camino de establecer la legitimidad del orden político partiendo de cierta concepción antropológica, es decir, atribuyendo a la naturaleza humana un conjunto de rasgos más o menos fijos, de lo que deducen la inestabilidad que necesariamente sobrevendría si los hombres carecieran de un poder común y superior que limite y condicione el accionar de los individuos. De esta forma, en esta línea argumental la “naturaleza humana” justifica la necesidad del pacto así como los límites del orden político resultante de éste.

No fue esta la línea argumental de Rousseau, de hecho, si bien las referencias al estado de naturaleza y a la naturaleza humana son fundamentales en su obra crítica y moral, no aparece casi referencia alguna a éstos en su obra política madura posterior al Segundo Discurso. Tal ausencia de referencias, su particular y compleja concepción de la naturaleza humana, así como expresiones tan radicales como las señaladas en un principio, han propiciado una lectura de su obra política separada de su obra crítica y moral.

Sin embargo, al final de la educación de Emilio, tal oposición, entre el individuo y el ciudadano, parece allanada cuando al referirse a la última fase de la formación moral, la que supone la relación con otros hombres, tematiza cual ha de ser el comportamiento de Emilio respecto a la organización política y en este contexto Emilio, el “hombre natural educado para vivir en sociedad” es presentado como el ciudadano ejemplar, es decir, como el que tiene la constitución moral suficiente para hacer suyo el interés general, o en otros términos, para identificar su voluntad particular con la voluntad general; de lo que finalmente puede derivarse que no queda fuera de la virtud del individuo moral la virtud del ciudadano.

“El bien público que sirve de mero pretexto para los demás, para él solo es un motivo real. Aprende a pelear contra

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