ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA DÉBIL BASE EMPÍRICA DE NUESTRA CIENCIA EMPÍRICA


Enviado por   •  6 de Octubre de 2013  •  7.504 Palabras (31 Páginas)  •  388 Visitas

Página 1 de 31

LA DÉBIL BASE EMPÍRICA DE NUESTRA CIENCIA EMPÍRICA

El presente trabajo pretende tratar en la perspectiva de K. Popper la naturaleza de la cienciaempírica haciendo manifiestos algunas de sus limitaciones aun cuando se la desee estimar comoun “saber fuerte”, por oposición a otras formas de saber. Si bien la ciencia empírica es la construcciónde una forma de conocer con pretensión de objetividad empírica, la base empírica en quese apoya es notablemente débil. El hacer patente este aspecto no significa un desmerecimiento dela naturaleza de la ciencia empírica, sino simplemente hacer notar sus límites dentro de otras formasde saber propias de la cultura occidental. El presente artículo no pretende hacer un nuevoaporte a la teoría popperiana de la ciencia, sino prestar atención a esos límites de la ciencia, desdelos supuestos de la concepción popperiana. La ciencia empírica, que parecería ser la más valiosaprecisamente por su referencia a lo real, se encuentra, sin embargo, con notables limitaciones enel momento de hacer manifiesto su valor de empiricidad, después de más dos milenios en los quelos investigadores intentan conocer sistemáticamente la realidad. Esto permite afirmar que continúasin ser resuelto por la ciencia (y también por su derivado, la técnica), un problema fundamental,quizás no empírico: el sentido del hombre y de la vida humana.

El sentido de la ciencia en nuestra cultura occidental.

1. Quizás podamos aceptar que la llamada “cultural occidental” posee, inicialmente,tres grandes vertientes: el aporte de la forma de pensar griega (ateniéndose alos procesos de la observación, la inducción y deducción y, en general, al método lógicoy matemático), el aporte de la forma de actuar romana (la organización militar,civil, el derecho, la aplicación de los conocimientos a las construcciones técnicas parael dominio de la naturaleza) y la forma de creer del pensamiento hebreo (la trascendenciay el sentido de la vida humana, el valor de la moral, de la sociedad y del hombre).En este contexto y en esta hipótesis (no carente de fundamentos históricos), laciencia es la heredera de un modo de pensar típica y fragmentariamente occidental: laforma griega, revivida y casi recreada después del Renacimiento, y orientada a la aplicacióndel conocer al hacer a fin de obtener poder, primero, sobre la Naturaleza (enlos siglos XVII y XVIII) y, luego, también sobre los hombres (con el surgir de las ideologíasmodernas)1.

2. La ciencia, como hoy la conocemos, surge en la época moderna, con una fuertecarga de búsqueda que fuese precisa (y por ello recurrió a la formulación matemática) y empírica (y de ahí el recurso a la observación). Como los presocráticos, ylos griegos clásicos, habían recurrido al logos o racionalidad para superar las contradiccionescreídas en los mitos (dioses antropomórficos, llenos de las debilidades humanas

2), los modernos recurrieron a la observación y experimentación, matemáticamente formuladas, para superar las formas de conocimientos cabalísticos, alquímicoso simples e ingenuamente creídos3.

Sociológicamente, la ciencia moderna surge en un período cargado, por un ladode desconcertantes noticias procedentes de nuevos mundos (Asia y América), signadoscon nuevas formas de vida; y por otro, con Estados europeos en creciente búsquedade poder (imperios) que se fragmentan en naciones modernas y necesitan nuevasformas de defensa armada y diplomática. Nacida en estas circunstancias, la ciencia moderna refleja, al menos en parte,los avatares de la mentalidad moderna, y la opción moderna a favor de los aspectosgriegos y romanos dentro de la cultura occidental, en desmedro de los problemas dela trascendencia, aunque no siempre contra el sentido de la vida y de la sociedad humana4.En este clima de ideas, no es de extrañar que “la ciencia” se convierta en sinónimode “ciencia empírica” y que la ciencia, frecuentemente sea tomada por los ciudadanoscomo si fuese el saber seguro, cierto. Pero cuando la ciencia se convierte enuna pretendida filosofía del saber superior, entonces nos hallamos ante un cientificismo,ante una distorsión del sentido de la ciencia. En efecto, el proceder científicodebería ser consciente de los límites de su saber -que es un saber humano, arraigado,en consecuencia, en un sentido de humildad, de su posible falsabilidad, por el quedebería buscar corregirse de sus propios errores, más bien que confirmarse en suscreencias.

Karl Popper y el sentido de su filosofía.

3. Para Karl Popper, (sin duda un representante eminente de la epistemología delsiglo XX), la ciencia se ha convertido en búsqueda empírica, precisa pero refutable.Popper ha sumido una concepción filosófica de tipo kantiano, por lo que: a)acepta, en hipótesis, el realismo (existe una realidad aunque no es cognoscible en símisma, sino mediante nuestras formas de pensar); b) admite el valor de la idea debuscar la verdad; c) pero no acepta que podamos conocer la realidad con certeza. Larealidad es una X, una incógnita, acerca de la cual formulamos hipótesis: conjeturamos;pero no tenemos ninguna seguridad de que nuestras conjeturas representen loque es la realidad. Por ello la actitud más prudente es admitir que somos falibles ysometer a refutación nuestras conjeturas, aun cuando creamos que pueden ser verdaderas.

La filosofía de Popper se constituye, pues, por un lado, en un falibilismo(todohombre es falible); y, por otro, en una fe respecto de la verdad: cree que la verdadacerca de la realidad debe ser posible, aunque nunca sepamos con certeza cuándo lahemos hallado5.“La situación de la verdad en el sentido objetivo, como correspondencia con los hechos, y su papel como principio regulador pueden ser comparados con un pico montañosoque está permanentemente, o casi permanentemente, envuelto en nubes. El alpinistano solamente puede tener dificultades para llegar a él, sino que puede ser incapazde distinguir, en medio de las nubes, la cumbre principal de algún pico subsidiario. Peroesto no altera el hecho de la existencia objetiva de la cumbre... La misma idea de error ola de duda (en su normal sentido directo) implican la idea de una verdad objetiva que podemosno alcanzar”6.Aceptado el error y la falibilidad humana, la existencia de la verdad es algo quese acepta por implicación: es una creencia racional; una persuasión firme que aceptada da sentido a las consecuencias y que, por otra parte, las mismas consecuencias(la idea de error y falibilidad) la exigen o postulan para tener sentido. Resulta,en efecto, absurdo admitir el error y la falibilidad sin admitir la existencia de la verdad(esto es, la posibilidad de conocimientos verdaderos), aunque incluso no se puedasaber si ha llegado a ella. Antes de admitir la existencia del error,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (50.8 Kb)  
Leer 30 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com