La Obediencia Al Derecho

LA OBEDIENCIA AL DERECHO

Ante la interrogante del por qué debemos obedecer al derecho, nos enfrentamos a un análisis muy complejo y repetitivo en la que es muy difícil exponer ideas en modo sencillo y no controversiales, al respecto se han vertido muchos puntos de vista éticos, teóricos o políticos, que han sido motivo de estudio de grandes filósofos desde la antigüedad hasta nuestro tiempo, sin que se halla conseguido algún consenso de opiniones. Antes de preguntarnos si debemos obedecer el derecho, es necesario que se conozca a fondo la definición término Derecho, conceptualizada por Luis María Olaso, como “la recta ordenación de las relaciones sociales, mediante un sistema racional de normas de conducta declaradas obligatorias por la autoridad competente, por considerarlas soluciones justas a los problemas surgidos de la realidad histórica.”,

Tomando como referencia la definición anterior, nos invita adentrarnos en nuestra conciencia moral aunque algunos pretender desvincular la moral con el derecho, particularmente, ambas se encuentran muy ligadas entre sí, puesto que, nosotros mismo desde nuestra ética individual, asumimos bajo nuestro propia perspectiva la frontera de la obediencia y la desobediencia, recordemos que “La obediencia a la ley que uno se da a sí mismo es cabalmente libertad”, Kant. No obstantes sumergirnos en el difícil estudio de si somos libres o si podemos ser libres, al respecto podemos describir la Libertad como la condición de no sujeción o subordinación indistintamente de las normas que rijan nuestra conducta, es decir , la capacidad que tenemos de obrar se nos dicte nuestra propia conciencia, sin que ello perjudique a terceros.

Ahora bien, adentrándonos en al ámbito político cuando la autoridades de turnos pretenden compeler a un pueblo a sus propios beneficios favoreciendo a una minoría, es allí donde la muchedumbre en su afán de defender sus derechos de manera pacífica asumen conductas contrarias a lo que supone la ley, que nos es más que la desobediencia civil y la objeción de conciencia, manifestaciones que aumentan cada día en cada rincón del planeta en pro de la defensa de sus valores, principios, convicciones morales y espirituales.

En mi opinión, los ciudadanos contemporáneos han perdido la fe en el mismo derecho y esto nos ha hecho pensar en la desobediencia civil como una forma de presión antes las autoridades en la búsqueda de un cambio que nos permita acabar con tanto abuso de poder y adentrarnos en un más mundo humano con mayores oportunidades y equitativo.

Cuando hablamos de desobediencia civil es importante resaltar que estos actos son públicos y pueden realizarse con total independencia de las acciones legales que las ordenanzas jurídicas establezcan apoyados en la moral social, la desobediencia civil no implica una expresión criminal por ende no es una rebelión ni tampoco una revolución, no así, la objeción de conciencia que no es más que el desobedecimiento de preceptos legales o administrativos, es de carácter privado apoyados en la moral crítica con manifestaciones de violencias, afirman autores; en algunos casos justificables según la opresión

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