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MITO/ REDACCIÓN DEL MINOTAURO


Enviado por   •  22 de Marzo de 2013  •  1.832 Palabras (8 Páginas)  •  790 Visitas

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Introducción

La historia del minotauro un relato lleno hechos irreales, fantasía, drama, suspenso, donde podemos apreciar las creencias de una ciudad en donde se utiliza los sacrificios como parte de una venganza y que da paso al nacimiento de un ser mitad hombre y mitad toro, de allí su nombre minotauro.

Una historia que empieza con el rey Minos quien ofrecía sacrificios al dios Poseidón como agradecimiento a todo lo recibido, el nacimiento de un toro precioso blanco y lindo como ningún otro animal marca el comienzo del desenlace ya que este animal tenia que ser sacrificado al dios Poseidón pero debido a su gran belleza se falto a la promesa al dios, lo que trajo como consecuencia el desato de la furia del dios que hizo caer dicha una maldición sobre el rey Minos y su esposa.

Dicha maldición consistía en el enamoramiento de la esposa del rey Minos y el animal preciado el toro, tanto que la esposa del rey Minos sintió lujuria por el toro mas lindo, de ese encuentro entre ella y el toro nació el MINOTAURO.

El rey Minos construyo un laberinto como escondite para que nadie supiera de este y protegerse de la furia de la media bestia.

EGEO un joven valiente con mucha fuerza se enfrento al minotauro para acabar con la vida de la media bestia, logrando lo propuesto la muerte del Minotauro.

Desarrollo

Teseo y el Minotauro

Hace miles de años, la isla de Creta era gobernada por un famoso rey llamado Minos. Eran tiempos de prosperidad y riqueza. El poder del soberano se extendía sobre muchas islas del mar Egeo y los demás pueblos sentían un gran respeto por los cretenses.

Minos llevaba ya muchos años en el gobierno cuando recibió la terrible noticia de la muerte de su hijo. Había sido asesinado en Atenas. Su ira no se hizo esperar. Reunió al ejército y declaró la guerra contra los atenienses. Atenas, en aquel tiempo, era aún una ciudad pequeña y no pudo hacer frente al ejército de Minos. Por eso envió a sus embajadores a convenir la paz con el rey cretense. Minos los recibió y les dijo que aceptaba no destruir Atenas pero que ellos debían cumplir con una condición: enviar a catorce jóvenes, siete varones y siete mujeres, a la isla de Creta, para ser arrojados al Minotauro.

En el palacio de Minos había un inmenso laberinto, con cientos de salas, pasillos y galerías. Eran tan grandes que si alguien entraba en él jamás encontraba la salida. Dentro del laberinto vivía el Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre.

Cuando se enteraron de la condición que ponía Minos, los atenienses se estremecieron. No tenían alternativa. Si se rehusaban, los cretenses destruirían la ciudad y muchos morirían. Mientras todos se lamentaban, el hijo del rey, el valiente Teseo, dio un paso adelante y se ofreció para ser uno de los jóvenes que viajarían a Creta.

El barco que llevaba a los jóvenes atenienses tenía velas negras en señal de luto por el destino oscuro que le esperaba a sus tripulantes. Teseo acordó con su padre, el rey Egeo de Atenas, que, si lograba vencer al

Minotauro, izaría velas blancas. De este modo el rey sabría qué suerte había corrido su hijo.

En Creta, los jóvenes estaban alojados en una casa a la espera del día en que el primero de ellos fuera arrojado al Minotauro. Durante esos días, Teseo conoció a Ariadna, la hija mayor de Minos. Ariadna se enamoró de él y decidió ayudarlo a Matar al monstruo y salir del laberinto. Por eso le dio una espada mágica y un ovillo de hilo que debía atar a la entrada y desenrollar por el camino para encontrar luego la salida.

Llegó el día en que el primer ateniense debía ser entregado al Minotauro. Teseo pidió ser él quien marchara hacia el laberinto. Una vez allí, ató una de las puntas del ovillo a una piedra y comenzó a adentrarse lentamente por los pasillos y las galerías. A cada paso aumentaba la oscuridad. El silencio era total hasta que, de pronto, comenzó a escuchar a lo lejos unos resoplidos como de toro.

El Minotauro era tan terrible y aterrador como jamás lo habían imaginado. Sus mugidos llenos de ira eran ensordecedores. Cuando el monstruo se abalanzó sobre Teseo, éste pudo clavarle la espada. El Minotauro se desplomó en el suelo. Teseo lo había vencido.

Cuando Teseo logro reponerse, tomo el ovillo y se dirigió hacia la entrada. Allí lo esperaba Ariadna, quien lo recibió con un abrazo. Al enterarse de la muerte del Minotauro, el rey Minos permitió a los jóvenes atenienses volver a su patria. Antes de que zarparan, Teseo introdujo en secreto a Ariadna en el barco, para cumplir su promesa.

*El viaje de regreso fue complicado. Una tormenta los arrojó a una isla. En ella se extravió Ariadna y, a pesar de todos los esfuerzos, no pudieron encontrarla. Los atenienses, junto a Fedra, continuaron viaje hacia su ciudad. Cuando Ariadna, que estaba desmayada, se repuso, corrió hacia la costa y gritó con todas sus fuerzas, pero el barco ya estaba muy lejos.

El rey Egeo iba todos los días a la orilla del mar a ver si ya regresaba la nave. Cuando vio las velas negras pensó que su hijo había muerto. De la tristeza no quiso ya seguir

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