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Nietzsche Lloro


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  9.898 Palabras (40 Páginas)  •  501 Visitas

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La película comienza cuando el doctor Josef Breuer recibe en sus vacaciones una extraña solicitud enviada por una joven de nombre Lou Salomé a quien no conoce, en la carta la chica lo cita para un encuentro que ella menciona de gran importancia, Josef molesto y confundido decide finalmente acudir al lugar propuesto por ella. Al parecer acudirá esa cita valió la pena para el puesto que quedo cautivado por la bella joven

Afirma que el hombre a quien quiere que trate, llamado Friedrich Nietzsche, se encuentra al borde del suicidio. Sin embargo, lo que más sorprende, es que la joven insiste en que su pérdida sería de gran importancia para todo el mundo, puesto que en él reside el futuro de la filosofía. Acto seguido le extiende una carta escrita por el compositor Richard Wagner, a quien Breuer admiraba, dirigida a Nietzsche con grandes elogios pero también con profundas preocupaciones por su estado de ánimo. A continuación Lou Salomé le explica su elaborado plan para curar la enfermedad del filósofo. Le aclara, a su vez, que éste no está al tanto de su visita y que, además, éste no debe saber que está siendo ayudado. De lo contrario, todo se vendría abajo.

Le informa que el problema de Nietzsche es la desesperación y, ante la negativa de Breuer, que afirma no tener remedio alguno para la cura de dicha enfermedad, ella hace referencia al caso Ana O., recientemente llevado a cabo por el médico y concluido con el éxito de una cura para la histeria. Si bien Breuer insiste en que el caso Ana O. y el de Nietzsche presentan diferencias tan grandes que sería casi imposible curar la desesperación del filósofo, más aún si éste presentaba una negativa a aceptar ayuda, termina accediendo, influenciado por la convicción de la joven.

Breuer recibe, ya en su consultorio en Viena, la visita de Lou Salomé. Antes de esto atiende a tres pacientes y medita sobre la cura de sus enfermedades, cómo éstas afectan su personalidad. Finalmente, cuando llega, él la hace pasar y ella le cuenta con toda sinceridad su relación con Nietzsche y consecuentemente el por qué de su sentimiento de responsabilidad para con la situación del filósofo. Ella, Nietzsche, y Paul Reé (un amigo de ambos) habían estado involucrados en una clase de amor triangular, denominada por ellos mismos como "La Profana Trinidad", la cual, según destacaba la propia Lou Salomé, era puramente casta y filosófica. Aporta datos también sobre su adversa relación con Elizabeth, la hermana de Nietzsche. Cabe destacar el importante dato de su radical antisemitismo, al que hace relación al mencionar cómo vilipendió a Paul Reé al enterarse de su origen judío. Se sabe también, como es aclarado a su vez por Lou Salomé en el segundo capítulo, que Elizabeth era muy posesiva para con Nietzsche, y ésta ejercía a su vez una gran influencia sobre el filósofo. Es muy probable que, por consecuencia, el repudio de Nietzsche hacia los judíos fuese en gran parte debido a su hermana y otros factores mencionados posteriormente en la novela, tales como el oficio de su padre, entre otros.

En un intento por dar explicación al reciente y repetitivo sueño de Breuer (como siempre relacionado con Bertha), apreciamos tanto la imaginación como la indiscutible capacidad de Freud para interpretar los sueños. En dicho sueño, Breuer siente un temblor, viéndose al instante corriendo en medio de la oscuridad, buscando a Bertha. Luego cae desde cuarenta pies sobre una losa de mármol, de la cual no es capaz de leer la escritura inscripta. Luego de relacionar los cuarenta pies con los recientemente cumplidos cuarenta de años de Josef Breuer, y ante la interrogante de este sobre que, de ser así, éstos se transformarían en cuarenta y uno al alcanzar esta edad, apreciamos cómo por primera vez hace referencia Freud a su aún apenas forjada idea del inconsciente. Insiste en que algo más allá de nuestro conocimiento habita en nuestra mente, enviándonos mensajes que expresan nuestros deseos o temores, siempre de forma críptica.

Sin embargo, a pesar de todo esto, Josef Breuer parece mostrarse confiado en su capacidad de abordar los problemas psicológicos de sus pacientes a través de sus malestares de salud. Lo que comprobaremos a lo largo de la historia, es cómo fue ésa confianza, ese, por así llamarlo, "subestimar" con respecto a la confianza de Nietzsche, lo que casi hizo colapsar el plan.

En la llegada de Friedrich Nietzsche al consultorio de Breuer en Viena, y cómo impacta en éste último la primera impresión, "la… discrepancia entre el Nietzsche de carne y hueso y el Nietzsche de papel". Sin embargo, al principio, se centra en el temor profesado por el médico ante el paso de los años. Se mira al espejo buscando la juventud que antaño poseía, sólo para descubrir los estragos que poco a poco causa en él el inminente envejecimiento.Desde el principio de la conversación, Breuer trata de captar la atención de Nietzsche de una forma especial, tratando de demostrarle que él es diferente a los demás médicos. Varias veces intenta encaminar su charla, que en un principio estaba destinada a tratar los problemas de salud de Nietzsche, a un campo más personal. Sin embargo esto se le hace difícil ya que Nietzsche insiste siempre en mantener la conversación centrada en su salud. "No es un hombre con el que se pueda hablar de temas cotidianos e intrascendentes", según propias palabras de Breuer.

Cuando Nietzsche le extiende unos documentos hechos por otros médicos sobre su enfermedad, Breuer afirma que, si bien no sería conveniente pasarlos por alto, prefiere hacer su propio análisis antes de leerlos, para así no disminuir la capacidad imaginativa. Haciendo referencia al antiguo trabajo de Nietzsche como profesor de filología griega en Basilea, pretende demostrarle al filósofo que ambos comparten las mismas ideas, para así compenetrar más con él. El capítulo concluye cuando Breuer comienza a hacer el análisis a Nietzsche, instándolo a que lo describa primero él con sus propias palabras.

También le sorprende a Breuer la cantidad de males que afectaban a Nietzsche, tal cual sucedió en su vida real. Al hacer mención a los períodos negros en el humor de Nietzsche, según sus propias palabras: "no forman parte de mi enfermedad, sino de mi ser. Podría decirse que tengo la valentía de padecerlos", hace referencia a una de las grandes ideas del filósofo. Toda su vida sostuvo que era necesario para el nacimiento del Superhombre el padecimiento de ciertos males, los cuales lo fortalecerían. "Lo que no nos mata, nos hace más fuertes", como es una de sus frases más famosas.

Otro dato importante, que hace referencia a aspectos de su vida personal, es la vida casi nómada en busca del clima perfecto, ya que su salud, en especial sus fuertes jaquecas,

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