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OLIGARQUIA Y CACIQUISMO


Enviado por   •  12 de Enero de 2013  •  4.130 Palabras (17 Páginas)  •  496 Visitas

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Tema 8: Población, economía y movimiento obrero en el siglo XIX

Durante el siglo XIX, la economía española sufrió muchos cambios; la agricultura continuó ocupando a la gran parte de los españoles, y sólo en el País Vasco y Cataluña se produjo una ligera industrialización, el impulso del ferrocarril revolucionó el ámbito de los transporte, el Estado liberal promovió la creación de un mercado único español, y además durante este período, apareció el movimiento obrero cuyo máximo exponente sería la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) que se dividió en socialistas y anarquistas.

La demografía: La población de los principales países europeos creció durante el siglo XIX de manera vertiginoso, en España, el crecimiento no fue tan espectacular como en la mayoría de los países industrializados.

{text:list-item} Se explica porque la tasa de mortalidad se mantuvo alta durante todo el siglo XIX (guerras civiles, epidemias). Distintas crisis demográficas se sucedieron durante esta centuria debido al cólera, durante la segunda mitad del siglo España se mantuvo a la par que el resto de Europa en cuanto a crecimiento demográfico aunque a un ritmo más lento, aparte del movimiento de población del centro hacia la periferia, el aumento de la población llevó a un aumento de la población urbana y un descenso de la población dedicada al sector primario. El mayor ritmo de crecimiento se produjo a raíz de la independencia de las colonias y la finalización de la tradicional emigración

a América.

{text:list-item} Durante el último cuarto del siglo, la población española aumentó pero a un ritmo más lento debido a que la natalidad aún se reducía muy lentamente y la mortalidad era alta (atraso médico (cólera), económico (hambrunas) y social (guerra de Cuba y carlistas)), a esto se le añadió la corriente migratoria hacia América, Francia y Norte de África, cuyo origen se encontraba en las zonas rurales (éxodo rural).

Los cambios en la agricultura: Los políticos ilustrados se preocuparon por modernizar la agricultura, no consiguieron su objetivo pues la mayor parte de ella pertenecía a la nobleza o a la Iglesia, y este carácter rentista de los propietarios impidió que en España se produjera un avance económico.

2.1El problema de la propiedad de la tierra:

Para que el campo fuese rentable, era necesario que los propietarios invirtiesen en maquinara para obtener mejores rendimientos, pero los nobles y clérigos vivían de las renta y al no necesitar de esos ingresos para sobrevivir no sacaban partido a sus tierras (manos muertas), las cuales eran cultivadas por arrendatarios los cuales se quedaban con una parte de las cosechas para subsistir, entregaban el resto al propietario y debían de pagar impuestos (diezmo). Los campesinos eran muy pobres y trabajaban tierras pequeñas, esto dificultaba el ahorro que permitiese la inversión, además muchas propiedades pertenecían a los municipios (tierras comunales) y a menudo estaban improductivos aunque los

habitantes de los pueblos tenían en ellas una ayuda para mejorar su penosa situación.

2.2Las desamortizaciones:

los políticos liberales eran conscientes de que era necesario invertir en la modernización del campo para obtener mejores beneficios y su primera medida fue eliminar los vestigios del régimen señorial por lo que era necesario eliminar el sistema de manos muertas y vender las tierras a nuevos propietarios emprendedores. A pesar de algunos intentos (Cortes de Cádiz, Trienio Liberal), los cambios más importantes se produjeron por las desamortizaciones aplicadas por los gobiernos de los años 1836 y 1855, consistieron en la apropiación por parte del Estado de gran parte de los bienes de la Iglesia y de las tierras comunales, los cuales serían vendidos en subasta pública.

La primera desamortización; se llevó a cabo durante la regencia de María Cristina, su ministro de hacienda (Mendizábal), fue su impulsor. Con los ingresos obtenidos de la venta intentó disminuir la deuda pública generada por la guerra carlista.

La segunda desamortización; realizada durante el Bienio Progresista, por su ministro de hacienda (Madoz), puso a la vente todas las tierras cultivadas que formasen parte del patrimonio municipal, estatal y de órdenes militares. El pago se podía realizar o en efectivo o pagando una parte de deuda pública.

La primera consecuencia fue un cambio de propiedad, el 40% de la tierra cambió de manos y tres quintas partes de la propiedad de la Iglesia

fueron vendidas, los compradores fueron terratenientes y clérigos seculares, esto produjo un deterioro económico también fortalecido ya que muchos agricultores perdieron la ayuda que les ofrecían las tierras comunales lo que llevó, en alguna zonas a la proletarización. No emergió una nueva clase de propietarios rurales activos como se esperaba, pero al menos se logró una ampliación de la superficie cultivada, otras medidas que ayudaran en este cambio son la supresión de la Mesta, la abolición de los señoríos y del diezmo.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se fue imponiendo una agricultura dedicada a la comercialización, tanto en el mercado interior como en la exportación, los grandes cultivos seguían siendo el cereal, el olivo y la vid, pero se incrementó el cultivo de frutales y cultivos de regadío, de esta manera se amplió el panorama agrario, que se vio favorecido por el ferrocarril. La reducción del cereal se debió al abandono por su bajo rendimiento y a la expansión de la viña que tuvo un crecimiento importante a finales de siglo, debido a la filoxera que invadió los viñedos franceses, España triplicó su volumen de exportación, sin embargo la llegada de esa misma plaga a España acabó con la supremacía española en producción vinícola. El olivar creció, aunque el signo evidente de transformación lo tenemos en el aumento de la superficie cultivada dedicada a frutales y cultivos de regadío, lo que facilitó un mercado con estos productos, a pesar de ello seguía dominando el

cultivo cerealista tradicional de la que gran parte de su producción era exportada, pero debido al cese de conflictos europeos este mercado también sucumbió ya que no podía competir con el precio de los cereales de otros países.

Las transformaciones industriales: La Revolución Industrial afectó de lleno a dos zonas, Cataluña y País Vasco, no fue tan importante como en otros países europeos, a finales del siglo XIX, España era un país con un pobre desarrollo industrial.

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