Paradigma Y El Imaginario Social.

CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA.

INTRODUCCIÓN.

Durante el desarrollo, vamos adquiriendo grandes habilidades, conocimientos y experiencias que van haciéndonos la vida más fácil, siempre vemos hacia el futuro y deseamos alcanzar ciertos ideales y se cree que cuando se alcancen se será completamente feliz. Pero ¿qué pasa cuando ya se han alcanzado?, o ¿cuándo tras arduo trabajo no se ha logrado obtener aquello por lo que tanto se ha luchado?, aunado a que la vitalidad ya no va incrementando como cuando se es joven y va decayendo paulatinamente. Es cuando se llega a una cúspide en la vida, que propone una nueva forma de continuar con el viaje. Esto es lo que se presenta en “la crisis de la mitad de la vida”.

Borja Vilaseca (2010), señala en su artículo de “la crisis de los cuarenta”, que las personas están determinadas por una sociedad deshumanizada que los ha deshumanizado, viviendo de manera superficial y dejando pasar los días sin darse cuenta de ello. Cuando al fin logra hacerse consiente de su existencia, cuando despertamos después de la hipnosis en la que se había vivido, el vacío se deja sentir y empiezas a cuestionarte sobre el sentido de la vida. El sentido de la vida ha ido cambiando a medida que avanza la sociedad, en un principio la necesidad de trabajar y de poseer objetos tenían por único objetivo satisfacer las necesidades de vida de las personas, el trabajo entonces era un medio para obtener una vida mejor. En la actualidad la vida se ha dejado de lado, el trabajo y la posesión de objetos (que en muchas ocasiones son innecesarios), son en ocasiones el fin último de la existencia. Ahora no se trabaja para vivir, sino que se vive para trabajar.

Los intereses de las personas en la mitad de la vida recaen sobre los procesos interiores, es decir, sobre sí mismos, a diferencia de los años de juventud y los de adultez inicial, cundo había un incremento notable sobre los intereses sociales (Cornachione, 2006).

Cornachione (2006) sostiene que una gran cantidad de hombres y mujeres, al llegar a la edad de 40 años atraviesan por una crisis personal, donde se refleja una gran insatisfacción por la situación en la que se encuentra, ya sea por la rutina, el aburrimiento, los fracasos, las relaciones personales, la situación laboral, o la familia. En esta etapa de la vida las personas se enfrentan con una sensación de desequilibrio acompañada de una depresión leve. Hay un anhelo nostálgico, con un pesar y deseo de rejuvenecimiento urgente (Amorin, 2007).

Durante el inicio de la crisis los sentimientos pueden presentarse de manera tenue y algunos no le prestan demasiada atención por considerarlo algo fugaz, sin embargo los sentimientos ya mencionados se van haciendo cada vez más presentes (Cornachione, 2006).

Las áreas que suelen causar más descontento en las personas, son las relativas al matrimonio, la vitalidad y el área laboral. Cornachione (2006) menciona que el centro de la insatisfacción radica en que las personas se han centrado demasiado en un área específica durante su vida y han dejado otros aspectos de lado, así que a esa área le atribuyen mayor importancia y cualquier cosa que lo perturbe crea grandes conflictivas.

Según Moargis y Volpato (citado por, Dallal, 2003) las tareas evolutivas que se dan en las etapas medias de la vida son:

1. Resignificación de los objetos de la vida y la preparación para enfrentar la vejez. La vida se mide por los años que quedan por vivir y se contempla con más seriedad el final y la muerte, además, hay una preparación para el futuro, donde se contempla con más certeza las cosas que quiere realizar en los años siguientes. En esta parte es

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