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Pedagogía De La Autonomía


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  1.523 Palabras (7 Páginas)  •  1.850 Visitas

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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 2

CAPÍTULO I. No hay docencia sin discencia 2

CAPÍTULO II. Enseñar no es transferir conocimiento 3

CAPÍTULO III. Enseñar es una especificidad humana 5

REFLEXIÓN 6

INTRODUCCIÓN

Paulo Freire, nos invita a reflexionar acerca de lo que los maestros deben saber y hacer en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje. Sobre todo, cuando la intención de la educación es de lograr la transformación y la igualdad en todos los individuos de la sociedad. Para Freire, la educación y las posibilidades de mejora que ella brinda son fundamentales en la concepción sobre la liberación de los individuos y su inclusión en la sociedad.

La práctica educativa de los profesionales de la educación, están comprometidos tanto con la enseñanza como con el aprendizaje. Y para ello, menciona varios saberes o principios a tener en cuenta, vinculados a los tres capítulos del libro.

CAPÍTULO I. No hay docencia sin discencia

En este capítulo Freire define los saberes que considera fundamentales para la práctica docente. Él destaca que estos saberes son demandados por la práctica educativa en sí misma, cualquiera que sea la opción política del educador o educadora, sea progresista o conservador/a.

En este primer escrito nos deja claro que el maestro debe ser un buen aprendiz, y estar abierto a las realidades de los educandos. No hay docencia sin discencia, ya que el que enseña, aprende al enseñar y quien aprende, enseña al aprender.

“Para ser un buen maestro primero debes ser un buen aprendiz”.

Este pensamiento de Freire, me lleva a la reflexión de que nunca dejamos de aprender, que constantemente aprendemos algo nuevo en todo momento. Como maestro tanto como aprendiz.

El ser maestro no implica que lo sepas todo, no implica que el educando únicamente escuche y lo tome como una verdad absoluta. Lo que se requiere es llamar la atención del alumno, estimulándolo a que escuche y de alguna manera tome los temas que están incluidos en las programaciones académicas como temas de investigación. Si fuera lo contrario, el querer que el alumno convierta la enseñanza en dogmas en donde no podrá cuestionar ni investigar, asumiendo que el tema es absoluto, se está cometiendo un grave error, ya que se está incurriendo en opresión contra el alumno obstaculizando su pensamiento crítico, tema que Freire analiza en su libro Pedagogía del oprimido.

Los alumnos deben desarrollar la investigación constantemente, leer y buscar información anexa a los temas impartidos en sus diversas asignaturas, convirtiéndose en personas autónomas de su propio aprendizaje y de su pensamiento.

La práctica educativa no debe quedar únicamente en la educación bancaria. Paulo decía: ”El enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural.” Freire hace referencia que los docentes deben asumir una identidad cultural y al mismo tiempo respetar la identidad cultural de los educandos. La diversidad cultural demuestra que el educando es diferente uno del otro, pero esta diferencia no debe ser visto como si fuera un problema en el aula, sino al contrario. Las diferencias ayudan a aprender cosas nuevas, conocimientos nuevos. El profesor debe respetar las diferencias de los alumnos y tratar a todos por igual generando un clima de respeto e igualdad.

CAPÍTULO II. Enseñar no es transferir conocimiento

El segundo capítulo del libro, defiende la idea de que el docente no debe transmitir su conocimiento como dueño de las verdades absolutas. La enseñanza es la creación de posibilidades de producción de conocimiento. Paulo Freire propone la existencia de intercambio de saberes que permitan el crecimiento tanto para el educador como para el educando. El educador debe crear en el educando un pensamiento crítico y reflexivo para despertar la curiosidad y la motivación y así lograr un aprendizaje significativo.

“Enseñar no es transferir conocimiento”.

Es importante remarcar esta frase, ya que como educadora, debo tenerla presente en mis prácticas educativas.

Para Freire el inacabamiento es propio del ser humano, ya que somos seres culturales, históricos, pero hay que ser conscientes de este inacabamiento, ya que esto permitirá seguir adquiriendo conocimientos y desarrollando nuestra capacidad crítica.

El buen juicio del docente incluirá en las prácticas docentes valores y factores y así hacer del educando una persona que viva en el mundo de hoy como un ser íntegro y no como una máquina social. Si un profesor no tiene un “buen juicio”, no incluirá los valores, sino que centrará su práctica educativa en enseñar los contenidos preestablecidos por las autoridades del gobierno.

Además, para que

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