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Pena De Muerte


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2012  •  2.111 Palabras (9 Páginas)  •  352 Visitas

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LA PENA DE MUERTE

En las siguientes líneas se intenta dar a conocer las ideas que se oponen a la pena de muerte. Con la intención también de despejar ciertas responsabilidades que el hombre mismo se atribuye a veces sin merecerlo.

En el transcurso de la historia de la humanidad se ha castigado de maneras terribles y a la vez públicamente antes los ojos del pueblo que contemplaba la desgracia ocurrida, a veces con naturalidad, en ocasiones con indiferencia y otras veces con sumo gozo. Pues bien, más allá de ésta morbosidad ante éstas ejecuciones; lo cierto es que tradicionalmente se ha pensado que matar de ese modo era un acto de sumo ejemplo, y que de ésta manera se intimidaba a la comunidad para que esté enmarcada dentro de un comportamiento “adecuado”.

El mundo está sumergido en un ámbito de violencia y masacre, día a día más personas pierden la vida por culpa de otros haciendo que en nuestro país muchos de nuestros valores vayan disminuyendo o que finalmente desaparezcan por completo. Frente al incremento de la violencia humana, de las violaciones, de la delincuencia y de los asesinatos, muchos sectores de la población poseen un sentimiento rechazo y venganza hacia aquellas personas, en tanto a su comportamiento criminal y tan faltante de respeto hacia otros; de tal manera que hasta se llega a pedir la pena de muerte para cada uno de estos individuos que perturban la sociedad, sobre todo cuando se tiene que soportar las noticias de un nuevo crimen en el día a día. La indignación y la rabia que se produce hacen que se levanten los peores sentimientos de venganza que anidan en el corazón humano.

Por eso se necesita analizar la situación de la manera más objetiva posible, sin dejarse llevar por tales emociones. Aun así, varios quieren imponer sus propias ideas en cuanto a la sanción que se debería aplicar. Uno de ellos es el Estado, que en ciertos países es aceptada la pena de muerte como un correctivo de la sociedad. ¿Tiene el Estado la facultad de retirar este derecho fundamental-el derecho a la vida- a un ciudadano de acuerdo a su conducta? ¿Qué razones o argumentos se pueden presentar para estar en contra de la mencionada pena de muerte? ¿Es un adelanto o retroceso de la sociedad, el continuar con la pena de muerte en las sociedades modernas? ¿Es un remedio eficaz para reducir la delincuencia, el terrorismo o la violencia humana? ¿Cuál es el valor de la vida humana? ¿Se puede tomar cada uno la justicia por sus propias manos? ¿Habría que dar un escarmiento eficaz a los delincuentes? ¿Seria venganza o justicia? ¿Qué dice Dios o la religión de todo esto? Mi tesis propone que los delitos deben ser sancionados; pero no existe “autoridad” alguna sobre el Estado o alguna persona para impedir la continuidad de vida de otra persona.

Cuando hablamos de pena de muerte, ésta ha sido entendida como un mal que se impone al que ha delinquido como retribución por haber violado el deber jurídico de no cometer delitos. Ahora bien, éste mal que se paga el daño causado a la sociedad o a una persona en particular, para ser aceptado debe estar dentro de lo que e el Derecho Natural –teoría ética del derecho que postula la existencia de los derechos del hombre fundados en su misma naturaleza- pues está basado en principios que superan al hombre. Beccaria César, en su libro “De los delitos y las penas” nos dice que si se respeta el derecho natural se dará una correcta aplicación de la justicia. En términos más exactos, es una sanción jurídica radical, la más antigua de todas, consiste en quitar la vida a un condenado mediante procedimientos establecidos dentro de un Estado. El derecho natural rige gran ligación con los derechos del hombre, éstos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna. Los Estados asumen las obligaciones y los deberes de respetar, proteger y realizar los derechos humanos. Los artículos 3 y 5 lo respalda; el art. 3 dice: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la seguridad y a la libertad de su persona. Art. 5: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. De la misma manera el art. 11 resalta la probabilidad de error en los fallos que ejecutan la pena de muerte: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, asegurando todas las garantías necesarias para su defensa.

Según la Amnistía Internacional, más de dos tercios de los países del mundo ha abolido la pena de muerte en su práctica o legislación, estos son 140; Y los países recepcionistas aún de éstas ejecuciones son 58. A veces la pena de muerte es muy aceptada en algunos países debido a que se basa en la aceptación de la opinión pública. Existen encuestas en donde la población parece mostrar un fuerte apoyo e incluso exigen la aplicación de ejecuciones.

Según Manuel Cruz (2000) aun así, el respeto por la vida de las personas no debe depender de la opinión pública. Dar muerte a las personas no se debería admitir ni siquiera en el caso de que la opinión pública apoye su uso. Por otro lado, cuando la opinión pública habla sobre éste tema, se basa en la comprensión incompleta de toda la información que se debería tener acerca de la pena de muerte. Hay personas que no apoyarían las ejecuciones si estuvieran debidamente informados de los hechos y consecuencias que están implícitas en éste “correctivo”. Por ejemplo, el argumento del gobierno japonés para mantener la pena de muerte, es que la población la exige. Pero si el público estuviese enterado de la crueldad que rodea la pena de muerte y sobre su terrible realidad, definitivamente podría decir que apoyaría la abolición de la misma. Aquí se realizó una encuesta en donde el 66.5% de la población apoya las ejecuciones, sin embargo, la encuesta de realizó poco después de que los medios de comunicación informaran sobre varios crímenes violentos, y pareció aprovecharse del temor de los ciudadanos al preguntar si apoyaban o no la pena de muerte. Por otro lado, no hay una seguridad completa con el implantamiento de la pena de muerte, ya que cabe la posibilidad de incurrir en un error. La muerte de inocentes es un error inhumano que no podría corregirse jamás.

No se tiene la certeza de la cantidad de personas ejecutadas injustamente. La Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos de personas a las cuales se les quito la vida a pesar de existir muchas dudas sobre si eran culpables o no. Por ejemplo, A Curtis Kyles lo dejaron en libertad en 1997 y sus cargos que se le habían impuesto fueron retirados. Con él ya fueron 75 las personas excarceladas ya que habían sido condenadas a muerte por equivocación. Aquí se habla, otra vez, de una irreversibilidad de muerte con respecto a un error del poder judicial. Si bien cada día se van reduciendo los errores, aún hay riesgo de condenar a un inocente, y en éste caso es imposible compensar al sujeto ejecutado equívocamente.

Florencio, Juan nos explica que la pena de muerte trae más violencia y muerte. Para ciertas personas que están relacionadas o que pertenecen al terrorismo, las ejecuciones de sus “compañeros” pueden servir de motivación atrayendo mayor atención. Éstas ejecuciones de muerte pueden crear un tipo de mártires; éstos castigos no impresionan a los terroristas o a otros delincuentes que tienen una ideología bien marcada y que hasta están dispuestos a sacrificarse por una causa. Nunca la amenaza de muerte a impedido el terrorismo. Así que los que piensan realmente que la pena de muerte pondrá fin a los actos terroristas, son víctimas de un engaño. Por ejemplo, las autoridades británicas de Palestina ahorcaron a varios miembros de la organización clandestina Irgum, que habían sido condenados por atentados de violencia. Menahem Begin, dirigente del Irgum, dijo que estas ejecuciones habían avivado a su grupo y que por lo tanto ahorcaron también a varios soldados británicos como represalia.

Lo mismo sucede con los comerciantes del tráfico de drogas. Alrededor de 26 países los “castigan” con la pena de muerte. Se cree que la ejecución será un factor de disuasión más radical que cualquier otra. Pero aún con los centenares de ejecuciones, no hay pruebas claras que demuestren una disminución en cuanto a tráfico de drogas se trate y según la Comisión Internacional de Control de Estupefacientes, el tráfico de drogas sigue manteniendo el rango de personas que trafican con estas sustancias.

De acuerdo a las bases bíblicas, para los que son creyentes de Cristo y todo el ordenamiento que Él establece en las Santas Escrituras, el matar no cabe en la vida de un cristiano que vive por voluntad propia cumpliendo las leyes establecidas por Dios.

En Génesis 9:5 dice: Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; (…) de mano del hombre la demandaré. El texto empieza con ciertamente; quiere decir que Dios nos enfatiza la certeza de que Él hará su respuesta en cuanto a derramamiento de sangre humana. Es como que si Él dijera: Que no haya duda de que Yo vengaré es asesinato.

Demandaré, habla de la respuesta que Dios hará en cuanto a la acción de quitar la vida humana. Demandar significa buscar, pedir, exigir. Se usaba este verbo en un contexto legal dentro del Antiguo Testamento; pero como Dios no necesita investigar ningún asunto-debido a su naturaleza omnisapiente y omnipotente- es Él quien demandará la sentencia. Dios valora tanto nuestras vidas que no dejará que el asesinato quede sin ser vengado. Sólo Dios es el dueño e iniciador de la vida; ningún hombre tiene el derecho que tomar la vida de otro. Nadie puede usurpar éste atributo exclusivamente divino. En Éxodo 20.13: “No matarás” El mandamiento lo sentencia sin necesidad de explicación alguna. Además, Caín al matar a Abel es castigado por Dios, pero Éste protege su vida y prohíbe que se le mate, para que, en adelante, viva de otra manera. Esto nos afirma que Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y que viva. El libro de los Salmos se habla de un Dios de Vida que perdona siempre. Cristo ordenó perdonar hasta setenta veces siete, pese a que Él también murió injustamente, enseñándonos tal mensaje en su conocida parábola del hijo pródigo. El delincuente, condenado a muerte con el mismo Cristo, no sólo fue perdonado sino que Dios le dijo que “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Al enseñarnos el Padre Nuestro nos dice que imploremos el perdón del Padre como nosotros perdonamos.

En fin, en las Sagradas Escrituras, la enseñanza de Jesús abolió la pena de muerte en la ley (Mateo 5:38-39), asumiendo, además que el Sermón del Monte es válido no sólo para los cristianos sino para toda persona, y dicha abolición la consagró por medio de su ejemplo (Juan 8:3-11):

Los maestros de la ley llevaron entonces a una mujer que habían sorprendido cometiendo adulterio y dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio. En nuestra ley, Moisés ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres: ¿TÚ QUÉ DICES? Jesús les dijo: Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, (...). Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, le preguntó: Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Ella le contestó: Ninguno, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno; ahora vete y no vuelvas a pecar.

Sin duda alguna, la pena de muerte es la sanción que más controversia tiene a nivel mundial. Poco a poco se está logrando un llamado a la conciencia humana ya su capacidad de razonar para que la pena de muerte sea eliminada en todas sus formas. Los delitos son causa de castigo; pero, no hay una autoridad comprobable en una persona para dejar vivir o no a otra. Nadie está en la capacidad ni en el derecho de tomar decisiones tan serias que le es otorgada sólo a un Ser Superior; y si en caso no existiera, es demasiada responsabilidad para el hombre. Decir también que oponerse a la pena de muerte no significa simpatizar con los asesinos. Por el contrario, el asesinato demuestra falta de respeto por la vida humana; por ésta misma razón, el asesinato es aborrecible; y una política de matanzas sustentada por un “Estado Democrático”, es inmoral. La realización de ejecuciones resume la ineficacia y brutalidad de la violencia en lugar de la razón, como solución a problemas sociales.

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