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Pensadores Humanistas


Enviado por   •  5 de Junio de 2012  •  2.044 Palabras (9 Páginas)  •  655 Visitas

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(Cheapside, 6 de febrero de 1478 - Londres, 6 de julio de 1535)

Humanista inglés del Renacimiento. Cursó en Oxford estudios humanísticos hasta 1494, año en que ingresó en New Inn para iniciar la carrera de Derecho. Como humanista, coincidió con Erasmo de Rotterdam en muchísimos aspectos y a ambos les unió una profunda amistad.

Desde joven fue un hombre exageradamente religioso. Interesado por los acontecimientos políticos de su tiempo, es miembro del Parlamento en 1504. Desempeñó durante algunos años diferentes cargos en el Gobierno. En 1514, fue administrador de legados; en 1521, tesorero de Hacienda; en 1523, speaker de la Cámara de los Comunes y, en 1529, sucedió a Wolsey en el puesto de canciller.

Fiel súbdito de la corona, sin embargo se opuso al rey en lo referente a las cuestiones de supremacía de poderes y al divorcio. En 1532, al aprobarse la ley que privaba al Papa de los primeros ingresos del año por beneficios, renunció al Gran Sello, abandonando su trabajo en la Corte. A pesar de los intentos que el rey de Inglaterra realizó para conseguir de nuevo su colaboración, Tomás Moro, como católico y antirreformista, no transigió en ningún momento, perdiendo con su decisión los favores y protección del monarca.

En 1534, ante su negativa a reconocer al rey como jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra, es hecho prisionero y encarcelado en la torre de Londres. Acusado de alta traición, tuvo que comparecer ante los tribunales; fue considerado culpable y, después de un año de prisión, decapitado.

Tomás Moro fue el creador del tan apasionante género de las utopías o representaciones de estados y situaciones imaginarias con el fin de poder realizar y hacer realizar experimentos mentales insospechados. Tal es el carácter de su obra «De optimo ripublicae statu nova insola Utopia». Para no alejarse demasiado de la realidad, antes de comenzar a narrar las diversas historias de la fantástica islita, Moro nos muestra, irónica y sarcásticamente, como funcionaba la justicia en Inglaterra.

Además nos explica el origen económico de las injusticias sociales. Propone una serie de remedios a este tipo de problemática, sin encontrar en ninguno de ellos la verdadera solución a tales injusticias, y afirma rotundamente que la única vía posible para superar la iniquidad social siempre motivada por cuestiones económicas, es la abolición absoluta de la propiedad privada, que es, en definitiva, el eje de todo proceso socio-económico.

(Rotterdam, 28 de octubre de 1467 - Basilea, 12 de julio de 1536)

Filósofo y teólogo flamenco. Hijo natural, a la muerte del padre fue desprovisto de su pequeña herencia por sus tutores. Su infancia fue trabajosa.

La primera juventud la pasó en Gonda, donde estudió en las escuelas latinas de Derenter y Hortegensboch. Ingresó en el monasterio agustino de Stein en 1487, donde se inició en la «devotio moderna». En el mismo monasterio fue ordenado sacerdote en 1492, pero pidió dispensa de las obligaciones de las órdenes recibidas e incluso del hábito. Hombre de espíritu independiente, rechazó toda oferta o cargo que le impidiera mantener su independencia.

Entre 1493 y 1516 viajó por diversos países. Estuvo al servicio del obispo de Cambrais; estudió en la Universidad de París; fue a Inglaterra, donde tuvo la suerte de conocer a John Colet y a Thomas Moro. De Inglaterra se dirigió a Italia, donde obtuvo el grado de maestro y doctor en teología por la Universidad de Turín. Pero Erasmo fue, sobre todo, un gran humanista. Ante lo que él consideró corrupción de la lengua de Cicerón propugnó volver a las auténticas fuentes del latín, resucitando a los clásicos.

En Venecia, conoció a Aldo Manucio, uno de sus editores.

En 1508, apareció la edición completa de sus «Adagios», colección de sentencias griegas y latinas, que, junto con el «Manual del soldado cristiano» (1503), le dieron a conocer en toda Europa. Esta última obra contenía ya las principales prácticas e ideales de la reforma protestante. En 1509, durante uno de sus viajes a Inglaterra, escribió la más famosa de sus obras: «Elogio de la locurapublicada en París en 1511.

Se valió de la sátira y del sarcasmo para poner al desnudo la decadencia moral del mundo de su tiempo, y, especialmente, de la Iglesia. Condenó las indulgencias y toda la práctica de devoción formal tan decisivamente como lo hizo, más tarde, Lutero. Contra las obras meritorias, la religiosidad formalista y las reglas monásticas está, según Erasmo, la verdadera religiosidad, que es fe y caridad, conforme a las enseñanzas de los Evangelios.

Todos los temas de la polémica protestante contra la Iglesia se comentaron ya en la obra de Erasmo. Cuando se desencadenó la Reforma, Lutero se dirigió a Erasmo, que había sido precursor de ella, pidiéndole apoyo, pero Erasmo se negó a dárselo. No quiso ligarse a ningún partido, y menos a cualquier movimiento que pudiese alterar el orden. Con el fin de mantenerse neutral rechazó la oferta del capelo cardenalicio que le ofrecía el papa Pablo II en 1535. En Cambridge impartió clases, hasta 1517, como profesor de Teología. De 1517 a 1521 enseñó en Lovaina. La lucha religiosa le obligó a abandonar esta ciudad y a instalarse en Friburgo.

Otras obras importantes de Erasmo fueron; los «Colloquiafamiliaria», «Prefacios al Nuevo Testamento» y los escritos pedagógicos, de los que hay que destacar «Derationestudii» (1511), que es el programa del humanismo alemán.

(Florencia, 3 de mayo de 1469 - 25 de junio de 1527)

Humanista y político italiano del Renacimiento. Se le considera el fundador ideológico del Estado moderno y se le ha llamado, no sin razón, el primer clásico moderno en asuntos militares. Maquiavelo es un pensador, pero sin un sistema filosófico concreto, un humanista con nostalgia de la grandeza de la antigua Roma; patriota, sin principios éticos y oportunista.

Si Tomás Moro es un idealista, Maquiavelo está en el extremo opuesto. No se distinguió ni por su amor ni por su respeto a sus semejantes. Procurar el bien moral o material del pueblo quedaba relegado frente al objetivo de afianzar el poder del déspota.

A los veintinueve años de edad recibió el cargo de secretario de la segunda cancillería de la República,

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