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Principios Y Codigos De Conduta


Enviado por   •  26 de Abril de 2012  •  1.674 Palabras (7 Páginas)  •  1.030 Visitas

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Principios

Principios fundamentales en la vida del hombre

A las pautas de desarrollo contenidas en la idea del hombre se le llama principios.

El hombre a diferencia de los animales tiene la posibilidad de ser diferente, de ensanchar su propio ser o de degradarlo.

El hombre al ser libre no solo ante las instancias y reclamos de su entorno, sino también las instancias internas, debe definir o formulares principios, aun sabiéndose libre de guardarlos o no. La ignorancia o desprecio de tales principios constituye la forma más grave de degradación en el hombre, al carecer de señalizaciones y pautas que le ayuden a rectificar el camino.

Los códigos de conducta

La principal diferencia entre los principios éticos y el código ético, es que los primeros debed descubrirse y los segundos formularse.

Un enfoque acertado de la ética personal y corporativa deriva de la convicción de que los códigos de conducta, en caso de formularse, no son más que expresiones concretas y claras de principios preexistentes, superiores a mí.

El código de conducta debe ser público y capaz de ser entendido por todos, ya que ayuda a saber a qué atenernos. Por esto debemos tratar de que cuente con las cualidades que Ortiz Ibarz (1955) pide que contenga: Información relevante, clara, precisa, suficiente y actualizada.

El código de conducta representa un ideal del comportamiento, pero el comportamiento real no reside en la norma, si no en la virtud o capacidad de la persona para actuar de forma que crezca.

El decálogo bíblico

El decálogo bíblico debería ser siempre considerado como referencia en cualquier código de conducta de una empresa. Y nunca los conceptos morales clásicos que fueron reunidos en este documento, deben quedar como supuestos de ningún código de conducta.

Es de notar que los 10 mandamientos de la ley de Dios tienen todos un punto en común, que es el desarrollo de la persona. Tanto de aquella persona que ejerce la acción como de aquella a la que va destinada.

Parecería que algunos de estos mandamientos o principios de Dios se refieren a mera prohibiciones, pero no es así. A modo de ejemplo, el sexto mandamiento “no fornicaras”. La persona al fornicar es degradada como instrumento de placer, de tal manera que el cuerpo humano, digno constitutivo de cada persona, se ha convertido en objeto, afectando su desarrollo.

Del primer mandamiento, no hablando en el sentido del amor a Dios si no referente al amor al prójimo como así mismo, es el modo más concreto de amor, ya que no hay nadie que ignore como es el amor a sí mismo.

Este mandamiento más que ningún otro fortalece el hecho de que cualquier persona cuenta o es poseedora de dignidad , pues toda persona es tan digna como yo dado que debo amarla como a mí mismo.

Principios formales de moralidad

A continuación se exponen algunos principios formales de moralidad, los considerados más importantes y específicos para el juicio ético del trabajo de la empresa.

1) El bien debe seguirse y evitarse el mal

A la capacidad de autorreflexión, en su vertiente moral, se le llamara conciencia. En base a esta conciencia el hombre puede juzgar sobre la bondad o maldad de sus actos. Nadie moralmente debe actuar en conciencia de que su acto es malo y debe primero que nada considerar como un deber el ejercicio de cualquier acción que juzgue en conciencia buena.

Uno de los deberes de la mas importantes que tiene la empresa es poner a flor de piel el sentido de moralidad de sus actos, al menos como tiene en la epidermis de su sensibilidad el beneficio económico.

2) No deben emplearse medios moralmente malos aunque los fines sean buenos

“El fin no justifica los medios”

Este principio reside en el anterior (el mal debe evitarse), según el cual no debe hacerse nada malo, aunque los resultados sean buenos.

El bien para serlo debe ser integro y plenario.

3) No deben perseguirse fines buenos que tengan efectos resultantes desproporcionadamente malos.

En el supuesto de que los fines sean buenos, tampoco estos pueden pretenderse ya no digamos si los medios para alcanzarlos son malos, sino si lo son los efectos que producen una vez alcanzados.

Este principio alude expresa e inteligentemente a la proporción de la maldad del resultado respecto de la bondad del bien perseguido. Solo debemos reprimirnos de pretender fines buenos que tengan efectos resultantes desproporcionadamente malos.

4) Ha de considerarse valioso todo aquello que contribuya al desarrollo del hombre.

Este importante principio formal se deduce directamente del hecho de que la persona humana es sujeto de dignidad.

Se llama valor a todo aquello que contribuya al desarrollo o perfeccionamiento del hombre.

5) Hay valores que son objetivo, válidos para toda persona y cultura.

Considerando que la naturaleza humana es la relación cósmica de un pensamiento divino, el relativismo es la oposición a este principio.

Cabe advertir que el relativismo, como admitió Francis Yukuyama, es la dificultad más grande

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