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Que Es El Personalismo


Enviado por   •  19 de Marzo de 2013  •  4.567 Palabras (19 Páginas)  •  699 Visitas

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El texto al que vamos a referirnos, ha sido obra de Emmanuel Munier como fruto de sus reflexiones a lo largo de los diez años transcurridos después de la aparición del Manifiesto al servicio del personalismo en Francia en 1936. El texto no pretende cambiar las ideas principales del personalismo, pues su esencia sigue constante, sin embargo, la intención de Mounier sí es enriquecer las ideas de antaño y poner avisos de atención donde los conceptos y las intenciones no son fieles al personalismo como tal. El primer punto de atención que Emmanuel Mounier desea plasmar es que el “personalismo […] no será jamás un sistema ni una máquina política” [1] también pone en aviso la “tentativa de usar” el termino ‘personalismo’ “para la pereza histórica, para la defensa de formas de civilización que la historia condena.” [2] El deseo de Mounier ante el personalismo es expresado desde un inicio para no causar sorpresas: “habiendo despertado en bastantes hombres el sentido total del hombre, desaparezca sin dejar rastro, por haberse confundido completamente con el cotidiano transcurso de los días.” [3] Pero para que esto suceda según sus deseos es necesario dejar en claro qué es el personalismo en sus raíces mas intimas.

Cuando se habla de personalismo se debe referir siempre a la intención de “empuje totalitario” donde se comprenda la totalidad de la persona humana y se acentúe su defensa contra la opresión de los aparatos, pero esta comprensión y defensa de la persona esta asociado al termino “comunitario”, no puede separarse de este termino porque correría graves peligros de desvirtualización pues la persona no es una célula “ni siquiera social” sin o una “encrucijada de donde arrancan todos los caminos del mundo” [4] precisamente por ello el hombre esta inmerso en el mundo a través de la historia y el personalismo como doctrina también lo está e indudablemente no es un esquema de pensamiento que se pueda trasladar intacto en la historia.

El documento que tratamos comienza haciendo una remembranza histórica para poner en claro las raíces de este esquema filosófico, el movimiento nace de la crisis de 1929 de Wal Street y se dio a conocer mediante la creación de la revista Espirar en 1932. Ante esta crisis se presentaban dos explicaciones: a) La de orientación marxista que decían que era una crisis económica clásica, una crisis de estructura y la solución es transformar la economía; b) Los moralistas se oponían pensando que era una crisis del hombre, de las costumbres y los valores; la solución por tanto está en cambiar al hombre para restablecer a la sociedad. Sin embargo el grupo de personalistas no estaban de acuerdo con ninguna de los dos opiniones, pensaban que ambos incurriera en el mismo error moderno- cartesiano de separar el “cuerpo y el alma, el pensamiento y la acción, el homo faber y el homo sapiens”; por esto los personalistas afirmaron que la crisis era simultáneamente una crisis económica y una crisis espiritual, crisis de estructuras y del hombre.

Los personalistas le objetaron a los marxistas que su materialismo, por sutil que sea, mutila al hombre y compromete la revolución, pues es una filosofía que, “insistiendo justamente en un humanismo del trabajo y de la función fabril, considera ilusorias otras dimensiones no menos esenciales del hombre, en especial la interioridad y la trascendencia” [5].

Por otro lado la crítica que se hizo del espiritualismo radicaba en que “habéis dejado confundir el destino del hombre con habladurías del espíritu por el espíritu” [6]un espíritu que se torna esclavo y ciego y ante esta confrontación nace la convicción espiritualista que consiste en que “el primer paso de la ‘revolución espiritual’ es la revolución económica y política que le abre un camino hasta estos destinos demasiado ofuscados aún por las preocupaciones elementales de la defensa vital para ir hasta ella” [7], Así en general la crítica que los personalistas han hecho del “organismo histórico” en que vivieron los condujo a posiciones revolucionarias contra el aparato capitalista, la democracia formal y las instituciones inherentes a dicho sistema, sin embargo no por ser revolucionarios se inscriben en un partido marxista pero su voluntad era autentica y profunda, menos orientada hacia los medios revolucionarios que hacia la purificación de la misma revolución, los personalistas buscaban continuamente una “técnica de los medios espirituales” por ello su primer trabajo fue el de purificar valores, esto es lo que llaman “anhelo de pureza revolucionaria” que va unido a un anhelo de Absoluto el cual es la columna primordial de la acción personalista. En cuanto a este absoluto se puede ver en la historia como rostro siempre nuevo y fiel, pues la historia no es una relatividad que nace en cada instante. Pero Mounier pone atención en este aspecto de absoluto pues la preocupación autentica de absoluto y del esfuerzo constante hacia la perfección corre el riesgo de devenir en dogmatismo estéril, sin embargo, aclara el autor que el personalismo no ha caído en él pues mientras que la pureza abstracta va siempre hacia lo general y cae en la esterilidad el personalismo tiene cuidado en ser afirmación e inserción concreta “responsabilidad asumida en un mundo de situaciones”; No obstante el personalismo al permanecer inclinado hacia esta preocupación corría algunos peligros: el primero era deslizarse hacia la utopía que existe desde el momento en que la proyección histórica que guía la acción es el producto de una construcción puramente conceptual; la búsqueda de una revolución pura por vía de la limpieza ideológica podía hacer caer las pretensiones personalistas en un vil conjunto de buenas intenciones, ante este peligro el personalismo se afianza en el anhelo de pureza como búsqueda incansable de una cierta delicadeza de actitudes ante el mundo en la acción, es precisamente la acción un componente indispensable de este anhelo de pureza. Otro peligro es caer en un ámbito de estrechez individualista, nada mas contrario al personalismo, pero que se corre el riesgo de presentarse precisamente por estas intenciones de pureza. Para lograr no caer en estos peligros una estrategia infalible es el pequeño conjunto de hombres de buena voluntad decididos a mantener en las solicitaciones de la acción cierta intransigencia de principios y de medios.

Una característica del personalismo es que necesariamente debe elegir, de hecho, dice Mounier, siempre han elegido, en lugar de dar rodeos, y después de un tiempo se han podido percatar que han elegido lo mejor de cada momento. La prueba misma de estas elecciones nos esclarecerían el sentido verdadero del compromiso espiritual. El compromiso es para el personalismo una servidumbre y no una maldición en la medida en que contribuye al equilibrio

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