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RESENA Ricoeur Paul, "EDUCACIÓN Y POLÍTICA: De La Historia Personal A La Comunión De Libertades", Primera Edición - Buenos Aires: Prometeo Libros: Universidad Católica Argentina, 2009#


Enviado por   •  24 de Agosto de 2012  •  5.433 Palabras (22 Páginas)  •  1.803 Visitas

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RESEÑA

Obra: Ricoeur Paul, “EDUCACIÓN Y POLÍTICA: de la historia personal a la comunión de libertades”, Primera Edición - Buenos Aires: Prometeo Libros: Universidad Católica Argentina, 2009#

114p.

Sin lugar a dudas cualquiera de las obras de Paul Ricoeur# representan un desafío para el lector, dado que este filósofo y antropólogo francés fue un verdadero innovador en cuanto a que sus planteos llevan a ver la realidad personal y la social desde diferentes ópticas, desde diferentes visiones tan antagónicas como semejantes, y consecuentemente es ésto lo que ineludiblemente lleva al lector a replantearse cuestiones tales como el “yo” el “tu” y la verdadera concepción de sociedad y de valores como la ética, la moral y el rol que éstas cumplen en todas las relaciones. Sus obras fueron una mediatización entre concepciones, materias y posturas, marcadas por la hábil pluma de Ricoeur.

Esta obra no es la excepción. Si bien es cierto que la concepción de este libro no es la “tradicional” -dado que el mismo nace como una recopilación de una serie de conferencias dictadas por Ricoeur en nuestro país poco antes de morir- entendemos que ello, por un lado nos permite conocer el pensamiento del autor casi sin ediciones, en “crudo”, pero por otro lado, genera algunas complicaciones dado que, en algunos capítulos pueden verse dificultada la lectura, debido a que en muchos casos da por sentado ciertos conceptos.

A fines de evitar repeticiones, el libro -que consta de seis capítulos- ha sido reorganizado en diferentes núcleos temáticos tan variados como los intereses del autor pero cohesionados con ideas, conceptos y definiciones tan emparentados con la hermenéutica como pueden ser la narratividad, los símbolos, el yo y la comunidad, entre otros.

Es por ello que sin lugar a dudas esta obra no está destinada a un público general. Es una obra signada por el uso de tecnicismos -en algunos casos exacerbado-, y de metáforas -esas que Ricoeur las llamaba “vivas”-, lo que no hace más que alejarlo del llano lenguaje coloquial, y consecuentemente, siembra de dificultad la comprensión de sus argumentaciones y el seguimiento de su pensamiento a través de una primera la lectura. Arroja al lector -casi de manera obligada- a la relectura de cada capítulo. Quizá esto se deba a la concepción oral del libro o a la propia edad del autor -casi 90 años al momento en que tuvieron lugar las conferencias-, o al propio estilo de Ricoeur -¿quién puede a esta altura firmar que ha querido ser popular?-.

Pero, ¿cuál es el mensaje del libro?. Entendemos que Ricoeur quiso darnos un mensaje de esperanza al mostrarnos que - si bien es cierto- que nuestro presente se encuentra condicionado por nuestro pasado y por nuestro futuro, y que sólo una pequeña parte de las relaciones humanas pueden ser “personalizadas” dado que el resto queda reducido a un juego de roles: el rol del ser humano no es pasivo, sino que uno es protagonista de sus propias historias.

Esa concepción llevada a lo social - en base al pensamiento Hegeliano- nos lleva a concluir -en la concepción de Ricoeur- que cada individuo se convierte en ciudadano “...una vez que la ley de todos se convierte en ley de cada uno, se da la coincidencia entre la conciencia de si y el espíritu del pueblo...”#.

Es decir, que nos habla de comunidad de hombre de culturas, de países y de estados, en los cuales, debemos ser protagonistas activos y no meros testigos de los acontecimientos de la humanidad y la historia. Esa es la finalidad del libro. Para ello, esta obra lleva al lector a recorrer un camino “mediatizado” a través del cuestionamiento de figuras básicas tales como los conceptos de la vida, la humanidad, el ser, la tradición, la moral y la ética, a través de la mirada de la filosofía, el psicoanálisis, la lingüística, la ética, entre otros. Encontramos en esta obra decenas de definiciones que no hacen más que entrelazarse unas con otras. Ahí radica parte de la complejidad de su lectura, pero también ese es su gran logro. Cada término termina hermanado de tal manera que resultan casi inescindibles unos de otros. El libro permite navegar en un mar de conceptos de uso cotidiano pero cuyo análisis profundo es poco frecuente. Así, la interrelación de conceptos aparentemente disímiles entre sí no ha sido obstáculo para que el autor los pueda concatenar casi naturalmente.

Ese estilo de pensar de Ricoeur -basado en la mediación, en la articulación- es lo que lleva a que él mismo privilegie sobre una reducida síntesis formal una unidad viva y real, lo que hace que su método sea esencialmente dialogante. De la mano del Ricoeur uno puede ir de la filosofía a la lingüística en cuestión de segundos.

El libro se inicia con un primer Capítulo -“Poética y simbólica”- a través del cual el autor principalmente desarrolla su concepción respecto al simbolismo (al que le atribuye 5 características#) en su nivel preliterario - el de las llamadas civilizaciones sin escrituras según la etnología-, es decir de la experiencia humanas relatadas por pinturas, mitos, etc. Parte de esa tradición oral para luego -a lo largo de otros capítulos- lograr llegar hasta las culturas más avanzadas efectuando una relación con la narrativa actual.

Siguiendo su pensamiento, podemos diferenciar el gesto de un simple movimiento físico. Es el gesto -para el autor- la conjugación perfecta entre el alma y el cuerpo, entre el aspecto mental y el físico, que se ve reflejado como una unidad de expresión con cierta intencionalidad específica. Pero cuidado, Ricoeur habla de intención atribuida a las acciones deliberadas es decir, las reguladas por preferencias- no aludiendo a las causas, al antecedente constante, sino a la razón de activar, a los motivos.

Pero es el símbolo el verdadero generador del pensamiento, porque nos obliga a buscar su verdadera interpretación. Esa tarea implica por un lado un encontrar el equilibrio entre la crítica que se encarga de desmitificar - a la que el autor llama arqueología- y una escatología que respeta, conserva y mantiene el núcleo esperanzador del símbolo. Veremos más adelante como el yo se posiciona en un lugar intermedio entre el inconsciente y lo sagrado.

Ricoeur nos dice que los símbolos se estructuran de manera narrativa conformando mitos y generando metáforas La metáfora viva es la que innova sentidos por "impertinencia semántica": Es decir, frente a la referencia habitual de un término, la metáfora genera una nueva referencia, y frente al sentido literal, una nueva pertinencia semántica,

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