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Resumen: CRITICA DEL JUICIO ESTETICO -IMMANUEL KANT


Enviado por   •  29 de Agosto de 2012  •  2.080 Palabras (9 Páginas)  •  3.397 Visitas

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Kant en su crítica del juicio busca fundamentar la estética, él la supone algo fuera de conocimiento y de la moral, como algo especial. El juicio estético, según Kant, deja subsistir libremente lo que existe fuera y, está dictado por el placer que se espera conseguir del objeto como tal, al margen de cualquier otra consideración pues el objeto tiene su objetivo en sí mismo. Esto coloca al juicio estético en una posición independiente, el objeto no tiene como base un concepto, sino que éste se relaciona directamente con el sentimiento en el sujeto. Pero además también lo hace desinteresadamente, la satisfacción estética no tiene interés, en diferencia de los otros juicios, sólo se complace con la contemplación. Hasta el momento en que Kant intenta encontrar un principio para la estética, para que sea independiente, nunca nadie se había planteado esta tarea. Simplemente el arte o era un problema del conocimiento o lo era de la moral, pero nunca algo que pudiese fluir por sí mismo. Aquí es donde radica la importancia de Kant dentro de la estética.

Los juicios de gusto son sintéticos a priori porque establecen una relación entre la representación y el estado sentimental del sujeto y su carácter de desinterés y la pretensión de universalidad así lo certifican.

Los juicios estéticos según Kant, expresan un modo de sentir las cosas por lo que el a priori estético será el a priori de la idea, la finalidad. La finalidad estética es objetiva, no concibe objetos, ni concibe fines de la naturaleza, sujeto es el estado del espíritu, es una finalidad subjetiva. La finalidad estética es una finalidad sin concepto. No le interesa el concepto del objeto, que es la causa de la existencia del objeto. tampoco es la finalidad que se busca en lo agradable y útil, porqué ésta busca un fin determinado y un interés que nos hace desear el objeto. tampoco es el bien en sí, porque el bien es un concepto que determina el juicio ético. Por tanto, la finalidad estética es una finalidad sin fin. Lo bello, el arte no es ni bueno, ni útil, ni malvado, ni es un oficio ni un artificio, etc. Sin embargo tiene una finalidad y es espíritu y libre juego. La finalidad estética se refiere a la conciencia misma, a toda ella, sin escisiones, ni determinismos, por ello es una finalidad sin fin.

Así pues, el juicio estético tiene su base en el sentimiento y este sentimiento encuentra su principio en el idealismo de la finalidad.

El juicio estético es un juicio de valor, distinto por consiguiente, no sólo de los juicios de existencia sino también de los demás juicios axiológicos, pero mientras en estos hay satisfacción de un deseo o correspondencia con la voluntad moral, en la adecuación de lo bello con el sujeto, en el juicio estético, por el cual encontramos algo bello, no hay satisfacción sino agrado desinteresado. El desinterés caracteriza la actitud estética en el mismo sentido en el que el juego es la actividad puramente desinteresada, la complacencia sin finalidad útil o moral. Por eso lo estético es independiente y no puede estar al servicio de fines ajenos a él. Lo bello no es reconocido como un valor absoluto, sino que tiene sólo relación con el sujeto. La prioridad del juicio estético requiere, a pesar de su referencia al sujeto, el desprendimiento en éste de cuanto sea ajeno al desinterés y a la finalidad sin fin.

Una vez resumido lo que es el juicio estético en Kant, la pregunta a contestar sería: ¿es para Kant la naturaleza, lo natural estético?

Según Kant, aunque la imaginación cree “otras naturalezas”, otros mundos para la contemplación estética, estos se nutren de la naturaleza propia. El sentimiento que objetivamos y llamamos belleza, sublimidad, etc. No puede contener otra cosa que naturaleza y moralidad.

El producto del arte debe parecer, dice Kant, un producto natural, así como el producto natural bello debe parecer un producto del arte. El sentimiento estético no puede tener más contenido real que naturaleza y moralidad. El arte debe atenerse a la naturaleza y para el hombre moderno, la naturaleza, muchas veces, supera en belleza y esplendor estético al arte más refinado y genial.

En el párrafo cuarenta y cinco de la crítica del juicio dice Kant: “la naturaleza era bella cuando al mismo tiempo parecía ser arte, y el arte no puede llamarse bello más que cuando, teniendo nosotros conciencia de que el arte, sin embargo parece naturaleza”. Para Kant, la naturaleza es un principio fundamental de lo bello, de lo estético, es más, opina que el que es capaz de tomar un interés inmediato en la belleza de la naturaleza, éste posee una alma buena, y está en disposición de poseer un espíritu favorable al sentimiento moral. “Esa superioridad de la belleza natural sobre la del arte, que consiste, aún cuando éste sobrepuje a aquella según la forma, en despertar sólo un interés inmediato, concuerda con el más refinado y profundo modo de pensar de todos los hombres que han cultivado su sentimiento moral” (párrafo 42).

Además, la naturaleza se muestra como arte no por casualidad, sino intencionadamente, como conforme a la ley y como finalidad sin fin, y éste fin, no es externo, no está fuera del hombre, sino que lo buscamos dentro de nosotros mismos, en la determinación moral.

Kant expone claramente porque el arte bello no está unido en nuestro interés inmediato como lo está la naturaleza bella y esto ocurre porque el arte es una imitación de la naturaleza que llega a la ilusión (belleza natural) o es un arte encaminado a nuestra satisfacción.

En Kant la naturaleza tiene un importante papel en la estética, sin ella no sería posible el arte, porque el hombre crea, hace arte partiendo de lo bello inmediato que es la naturaleza.

El pensamiento se mezcla y se deja llevar por la naturaleza al mismo tiempo que el placer y el goce son justificados, siendo que naturaleza y libertad, sensibilidad y concepto, están en Kant, en el mismo nivel, tienen los mismos derechos y son una unidad indisoluble.

Hegel al contrario de Kant opinaba que lo bello artístico es superior a lo bello natural, porque es un producto del espíritu.

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