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SER DESDE EL EGO O DESDE LA ESENCIA HUMANA


Enviado por   •  25 de Julio de 2013  •  1.897 Palabras (8 Páginas)  •  251 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Al momento de iniciar mi recorrido por el mundo con una visión filosófica, en búsqueda del conocimiento por/de mi misma (como aquella utilizada en su origen por los griegos clásicos), y usándola de una forma popular para referirme a un conjunto de actitudes y valores básicos respecto a la vida, la naturaleza y la sociedad, comencé por recordar la célebre frase de Descartes “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). ¿Por qué? Porque son un conjunto de palabras que me llevaron a preguntarme: al momento en que uno se pone a pensar ¿Lo hace desde su esencia humana o lo realiza a partir de su ego?

Esto apunta al observar al individuo como ser social, es muy probable que no se manifieste como realmente Es, sino que se presenta como quiere que las demás personas crean que es uno.

¿Qué objetivo se persigue con esto? Quizás la necesidad de pertenecer a ella con sus modalidades, costumbres y todas las exigencias que una sociedad seudointegradora, pide a cada individuo.

ENSAYO

El individuo está, siempre en peligro de ser sumergido en el mundo de los objetos, en la rutina diaria, y en el convencional y superficial comportamiento de la multitud. El sentimiento de temor, lleva al individuo a unas confrontaciones, pero sólo por estos enfrentamientos puede adquirir un auténtico sentido del ser y de la libertad.

Ahora bien; cabe ahora preguntarse, para poder clarificar mejor este panorama: ¿qué es Ser?

Sartre, concebía a los humanos como seres que crean su propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptar la responsabilidad personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la moral tradicional o la fe religiosa. Su teoría afirmaba la responsabilidad de los individuos al adoptar sus propias decisiones y hacía del reconocimiento de una absoluta libertad de elección la condición necesaria de la auténtica existencia humana. Expresaba su creencia de que la libertad y la aceptación de la responsabilidad personal son los valores principales de la vida y que los individuos deben confiar en su poder creativo más que en la autoridad social o religiosa.

Por otro lado, Descartes decía que hay una estrecha relación entre Ser y existencia: la existencia es una forma determinada de ser, pero no agota todas las posibilidades del Ser.

El Ego es justamente lo contrario a lo que verdaderamente uno Es, es la personalidad de uno, es el engaño creado por la sociedad para que se pierda con los brillos cual cuentas de fantasía, como los collares que adornan algunos miembros de la sociedad de ayer y hoy.

Si se logra liberar del ego, uno dejará de preguntarse por la verdad. La habrán encontrado, pues es uno mismo. Uno nace auténtico, de acuerdo a como la existencia lo quiso, con todo lo natural. Hasta allí uno no tiene ego.

Todo lo que se ha traído al mundo es propio de todos los humanos, con las potencialidades listas para crecer y desarrollarse de acuerdo al transcurso del tiempo en eso denominado Vida.

El ego es todo aquello que uno va sumando mientras crece. A partir de las primeras directrices remitidas por el entorno, comienzan a formarse esas cáscaras (el ambiente exterior, la afectividad, el cuerpo y la mente), que cubre cada vez más íntegramente. Se llama Ego y dota al Ser de una personalidad.

Son capas que construyen la personalidad y puede ser bueno y positivo si está unido a la esencia del Ser y permite el desarrollo como persona. Es negativo, cuando se separa del Ser y se independiza, comenzando a ser una ilusoria seguridad, dando identidad; divinizándola y la personalidad comienza a apoyarse en ella.

No extrañe entonces que uno se sienta confundido cuando se habla de una personalidad, porque no se puede determinar fehacientemente como algo definitivo. Algunas se afirman más con el transcurso del tiempo.

Lo importante es que hay que comprender que la personalidad tiene su base en el Ego, de la misma forma que el Ego tiene su vida en la personalidad. El uno sin el otro no existe. Son los polos opuestos de una misma realidad inventada. Y sin embargo, manejan la vida diaria de cada Ser, eliminando de la superficie la alegría de lo espontáneo.

El Ego sepulta la eterna niñez. Crece y adquiere todo tipo de ambiciones y deseos y busca estar siempre por encima de todo. Si uno vislumbra algo más, quiere ese más, alejándose cada vez más de su verdadera identidad. No deja encontrar la manera de regresar a ese espacio de beatitud que una vez se tuvo y al cual se intenta regresar cuando uno duerme profundamente y descansan las ambiciones. El Ego hace que uno se pierda en la selva de la sociedad y allí adopte sus costumbres, culturas y hábitos; se hace dogmático y fanático entre otras cosas.

Si uno se mira con calma y desapego, encontrará el Ego que tiene puesto.

No siempre el Ego queda mal. Puede que para algunos esté hecho a la medida. Si se da esta situación, no hay nada de qué preocuparse, porque coincide con su realidad.

La visión del Ego desde cada individuo es la revelación de la divinidad del Ser.

A lo largo de la vida se ha ido condicionando a que cada ser se sienta incompleto, carente de poder e indefensos, y todas esas condiciones, temores y complejos se han alojado en la mente de cada persona y más aún en sus egos, impidiéndole que se puedan manifestar los verdaderos sentimientos de cada Ser e impidiéndoles fluir en la naturaleza de su esencia.

Desde la niñez hasta la adultez, el Ego se moldea día a día en base a la vida de un Ser en experiencias con las demás personas, dejando de lado su esencia que tenía cuando era pequeña y desconocía el mundo.

El ego no es inservible. Es parte de cada Ser, sin embargo es la parte que más se ve lastimada en esta vida, donde para sobrevivir, a veces, es necesario cubrir la esencia y adoptar un disfraz. Así una persona se comporta contrariamente

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